Durante el trayecto de regreso ambos permanecimos en completo silencio, me limité a solo observar el camino e impedir que más lágrimas escaparan de mis ojos.
Ahora estábamos nuevamente en la residencia.
Suspiré, ya me estaba empezando a acostumbrar a los giros que daba mi vida.
Antes de bajar del auto me observé en el espejo retrovisor de este, tenía la nariz y los ojos levemente rojizos, Leydan se bajó y yo solo lo seguí.
—¿Volvieron? —la voz de Jaden sonó desde la entrada.
—El puente está cerrado por la tormenta —Leydan habló un poco más frío del usual tono que había estado ocupando, su mirada no parecía enfocar nada en específico, parecía hundido en sus pensamientos.
—¿No había otro camino para llevarla a su casa que no fuera por el puente? —preguntó Jaden.
Leydan negó con la cabeza y se adentró en la casa sin decir una palabra más.
—¿Ahora que tiene? —me preguntó. Como si yo supiera la razón de su comportamiento.
Me encogí de hombros.
—¿Estás bien? —cuestionó inspeccionando mi rostro.
Asentí de inmediato.
—Soy muy sensible al frío —sonreí.
—Estás empapada, y tienes puesto el saco de Leydan.
—Mmm... Sí, es que yo... —me quedé en silencio pensando en alguna buena mentira.
—Está haciendo frío, entra —Leydan volvió a salir y me habló directamente.
Me salvó de darle explicaciones a Jaden. Así que le hice caso y entré.
—Deberías cambiarte de ropa —me miró de pies a cabeza—. Ven.
Me dispuse a seguirlo y él entró en su habitación no sin antes quitarse los zapatos, yo me quedé parada en la entrada.
—Te daría a escoger pero no quiero que agarres cualquier cosa —habló mientras abría varios cajones sacando ropa—. Toma —me entregó un pantalón y una camiseta, las tomé.
—Puedes cambiarte en mi baño —señaló una puerta que se encontraba dentro de su habitación—. O en el baño de abajo —salió de su habitación rodeandome y se desapareció al final del pasillo sin decirme otra palabra.
Me quité los zapatos y entré en su habitación. Me dirigí a su baño y me quedé plasmada observando como era por dentro.
Era un gran cuarto con azulejo de un sublime tono negro brilloso, el foco alumbraba lo suficiente para que no se viera nada oscuro, el lavabo era de un cristal transparente con el grifo plateado, en medio del cuarto había una puerta corrediza de cristal opaco que separaba hacía la ducha.
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Los Winsclerk
Romance**Primer libro de la trilogía "Secretos"** El amor puede presentarse en formas y momentos distintos para cada persona. A Leydan se le presentó a los trece años, él... Bueno, él la empujó a un charco de lodo. Y por otro lado, a Katherine se le prese...