Como cualquier día de mi vida, desperté con ganas de no vivir, intentado que mi realidad cambie de un día para el otro, siendo imposible, casi tanto como llegar temprano al colegio, solo quería volver a casa, cuando todo era mas sencillo, silencie la alarma de mi móvil, me senté en la cama, miré por la ventana, no les mentiré, la mañana se veía como cualquier otra, un día soleado pero muy nuboso me arruinaba la mañana, el sol golpeaba de lleno mi rostro, casi arrastrándome llegue al baño para asearme, sin demasiada idea de que hacer con mi vida, me cepille los dientes, me lave el rostro y me dirigí hacia la cocina, preparé café y decidí tomarlo mientras caminaba al instituto.
El camino parecía mas largo de lo normal, había demasiado transito, algo había pasado, quizás un accidente, aun así no le di demasiada importancia, llegando al colegio me di cuenta de que se encontraba Gonzalo, mi amigo de la infancia, hablando con su nuevo grupo, había decidido que no era una buena influencia para el, dejándome cada vez mas solo, pero aun me hablaba cuando necesitaba favores, por alguna razón lo seguía ayudando, tal vez tenia la esperanza de volver a ser su amigo, pero siendo realista, no socializaba con nadie mas.
-Ey, Marcos, tienes la tarea de Matemáticas-Dijo mientras agitaba su lacio y amarronado pelo, había decidido dejárselo mas largo, lo suficiente al menos para poder atárselo
-No tuve tiempo de hacerla-Dije sabiendo que la había hecho con días de antelación, con tal de no acumular las tareas-¿Por qué no la haces tu?-pregunte irónicamente, el nunca podía recordar las tareas, era el típico alumno que abusaba se su simpatía para que otros hagan las tareas por el.
-¿Y para que te tengo a ti?-Dijo antes de reírse a carcajadas con sus amigos
Pensé en que responder pero era inútil, no tenia la valentía para hacerlo, nunca la he tenido, solo seguí caminando hacia el salón, mire mi móvil, estaba llegando tarde(Mierda, no puedo llegar tarde el primer día) pensé, apure el paso, debía buscar el salón 25, al llegar al salón la puerta ya se encontraba cerrada, quería que la tierra me tragara, tendría que quedarme afuera hasta la siguiente clase, otra alumna llegó, no parecía segura de donde estaba, me quede embobado al ver sus ojos color café, llevaba unos jeans holgados, una camisa blanca, que le quedaba muy sobrada y una gorra negra, me dirigió la mirada, me paralicé por completo, dijo algunas palabras que no llegue a entender, creo que mi gesto fue muy notorio, ya que se acerco a repetirlo, era lo que mas me temía, mientras mas se acercaba mas miedo me causaba decir algo estúpido, lo que no sabia era que se haría realidad mi miedo.
-Hola, emm-Dijo mientras sonreía, se llevo la mano a la barbilla, mientras no podía dejar de observar su perfecta sonrisa-¿Qué salón es este?
-Emm, este...- El corazón me latía a mil por hora, no podía entender porque
-Es el 25, ¿Verdad?-Dijo dibujando una sonrisa en su rostro, yo asentí con la cabeza-¿Eres de esta clase?, me llamo Danielle, es un gusto- Me extendió su mano para saludarme
-Eh... Si, claro-Estreche mi mano con la suya, pero se sintió incomodo-Soy... Marcos- Dije casi temblando.
-Excelente, nos vemos-Me saludó con la mano desde lejos, mientras se alejaba, pensaba lo peor.
Me senté al lado de la puerta, esperando que el tiempo pase rápido, para mi fortuna, lo hizo, la campana sonó, el profesor salió y yo pude entrar, tras ver varias veces pude ver un lugar vacío, fui rápidamente, estaba al lado de la ventana, el Sol me daba de lleno, un lugar mas cercano a mi se vació, pero no tenia sentido cambiarme, aun me daría el Sol, de repente la veo llegar a clase, saludo desde lejos a todos, presentándose, al fin y al cabo, era la nueva, se sentó al lado mío, se me acelero el corazón cuando sus hermosos ojos me vieron nuevamente.
-Hola, tu-Dijo mientras trataba de acordarse de mi nombre-¿Martin?
-Marcos, ¿Cómo estas?-Dije tratando de entablar una conversación para que no pensara que era un friki
-Bien, supongo-Me respondió, luego miro hacia adelante, me había ignorado
El profesor de lengua llego, proponiendo un trabajo en grupo, dijo que yo debía ayudar a la nueva alumna, su expresión fue reírse, risa que duro poco, el profesor anuncio que deberíamos trabajar de a dos, quizás porque un friki debía ser su compañero de grupo, me miro y me dirigió la palabra.
-Sera todo un honor-Dijo mientras esbozaba una sonrisa forzada, la idea no era de su agrado notoriamente.
-Por supuesto-También le sonreí.
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Ella y Yo
RomantizmUna aventura que nos carcomió hasta el punto de que intentamos borrarla, ya era tarde, quizás demasiado, demasiado tarde para echarnos atrás, al fin y al cabo el amor siempre vence. Ella era alguien alejada a mi por cuestiones de la vida, fuimos cas...