Solo debes ser leal a mi

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El plan de los tontos
ha comenzado
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Coré estaba más que feliz, sentía que ahora si iba a conseguir todo lo que él merecía. En su cabeza ya se veía llenó de oro, viviendo en una gran y comoda casa, junto a su familia. Y lo único que tenía que hacer era llevar el cayado de Moisés a esa mujer que decía ser la madre de la reina, entonces ella se lo llevaría a los soberanos, y ellos le agradecerían a él por sus servicios, dandole una casa y dinero.

¡Vaya pensamientos más estúpidos!

Coré llegó sin muchos contratiempos a donde se encontraba Yunet, que se encontraba pidiendo o más bien, regañando, a sus dioses.

—Oye mujer —Yunet volteó enojada por tremenda osadía de quien fuera ese sucio hombre, dispuesta a decirle un par de cosas sobre de donde venía, pero al ver a Coré ahí parado, lo dejo para otra ocasión. —Ah, eres tú. ¿Ha que vienes? ¿Traes algo útil?

Coré ensancha una sonrisa antes de responder —Oh, pero por supuesto que sí, te traje la forma más eficaz de acabar con Moisés. Y es la siguiente...

El plan fue explicado, se unieron a este sugerencias de parte de la egipcia, hubieron quejas y gruñidos, pero al final, todo quedo resuelto. Esa misma noche se llevaría a cabo el plan, y al día siguiente, según ellos, sería su día de gloria. Claro que Yunet no estaba pensando en compartir su gloria con un esclavo hebreo (un sucio y piojoso hebreo como ella los llamaba).

Otro día más en el palacio "cumpliendo" con la misión de Dios. A Moisés realmente le preocupaba lo que pudieran ocasionar sus acciones, ya sea al pueblo egipcio o al hebreo. No sabía si estar tranquilo o preocupado de que Dios aún no le hubiera llamado y pedido otra vez que se centrará en su misión. Moisés estaba en un constante cambio de ánimo y trataba de que nadie notara esto, en especial su familia. Él estaba cumpliendo con su misión y debía demostrarles que así era. No podía ni siquiera imaginar que pasaría si se enteraban de su relación con Ramsés.

Ahora mismo Moisés no se encontraba con el soberano de Egipto, sino con su reina. Nefertari se seguía esforzando por llamar la atención del exprincipe, trataba por todos los medios volver a lo que alguna vez fueron. Ella lo único que quería era volver a los tiempos en donde era feliz con Moisés. Y gracias a esto, una idea surgio de repente.

—Se que tú ya no eres un egipcio y que no quieres volver a serlo —comenzó con cautela la reina. —pero tal vez si te cortaras un poco la barba y el cabello. —iba a seguir hablando pero se dio cuenta de que sus palabras se podrían mal interpretar. —No es que te veas mal, ni nada de eso, de hecho te ves bastante bien. Bueno lo que quiero decir es que, se te vería muy bien un cambio. He notado que la princesa a veces te extraña ver como antes, aunque no te lo diga, sabes que ella es tu madre y te quiere así como te ves ahora, pero yo siento que la harías muy feliz si volvieras un poco a tu apariencia anterior —terminó por decir, estaba un poco preocupada por lo que Moisés podría responderle, no quería que se enojara con ella, y decidiera marcharse del palacio.

Moisés nunca se había detenido a pensar sobre su apariencia, ciertamente había cambiado mucho desde que se fue, su barba había crecido, y que decir del cabello. Por lo que decia Nerfertari, Moisés no se veía para nada mal, pero, sí, un cambio no vendría mal, había pensado el hebreo, ademas si con eso podria alegrar a su madre, y por qué no, también a Ramsés.

—No me parece una mala idea lo que me acabas de decir —Respondió Moisés con una sonrisa —¿Y si vamos ahora a que me corten un poco de mi cabello? —sugirió. Aún era temprano, y ya que no habia nada que hacer.

—Excelente, entonces vamos.

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El cambio había sido un éxito, al final no solo había sido una pequeña rebaja, sino que su barba había desaparecido por completo; sin embargo, el cabello solo había sido arreglado un poco, el largo quedó igual, y fue atado en un pequeña media coleta para despejar un poco la cara. A Moisés no se le hizo mal hacerlo, era muy buena opción y de esta manera su cambio no sería tan radical. Había quedado en un punto intermedio.

—Te vez muy bien. —halaga la reina. —A la princesa le encantará verte.

Nefertari andaba en su mundo de ensoñaciones, estaba embelesada con la aparencia de Moisés, admitía con entusiasmo que ese cambio le favorecía aun más que los otros estilos que había tenido. Más enamorada no podria estar, y antes de que su fachada de buena amiga cayera, decidió ir a sus aposento a "descansar" un poco.

—Deberías de ir a hora y darle la sorpesa. —animó un poco.  —Yo iré a descansar un poco, me alegró mucho pasar el tiempo contigo.

La reina no detuvo su impulso de despedirse de Moisés con un pequeño y rapido beso en la mejilla, y antes de que este le pudiera decir cualquier cosa, se marchó. El hebreo decidió no darle importancia, era su amiga así que estaba bien.

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Un suave toquido se escucho en las habitaciones de la princesa Henutmire, y ella sin esperar a la persona que se encontraba detras de ellas, dijo el acostumbrado adelante.

—Madre.

La princesa que se encontraba de espaldas al escuchar esa voz volteo rapidamente, sonriendo extendió los brazos, su hijo había venido a visitarla. Su día automáticamente se volvió el mas feliz, le hacía tan bien ver a su hijo, y tenerlo en sus brazos.

—Moisés, ven aquí. —Él sin esperar nada mas, se acercó y la abrazó. —Cuanto te he extrañado. —Tanto había deseado ver a su hijo que el cambio reciente en su aparencia, ni siquiera lo notó, sino hasta que dejaron de abrazarse, y ella quiso darle varios besos como bienvenida.

Yunet ha comenzado a cabar su propia tumba, aunque bueno después de lo que planea hacer, no que creo que se le permita tener una tumba donde caer muerta jsjsjsjs.

Y como dice el inicio, el plan de los tontos ha comenzado.

HOLAAAAAAAAAAAAA

Nuevo capitulito, espero que les guste. Después de este capítulo empezará lo bueno, ya lo verán.

Cualquier falla ortográfica que tenga, haganmela saber con toda confianza.

En fin, gracias por todo su apoyo <33

Un agradecimiento especial a LuisaRamirez818564 por la idea del cambio de aparencia de nuestro querido Moisés.