...7...

3.8K 295 13
                                    

Ramsés había llevado a Moisés a la antigua habitación de este último, era un buen lugar para platicar sin interrupciones y ojos curiosos.

—Y bien —dijo Moisés sin moverse de la puerta —¿De qué querías hablar?

—No tengo nada importante que decirte, solo quería estar un momento a solas contigo —Ramsés se acercó con intenciones de abrazar a Moisés pero este no lo permitió apartándose antes de que tal acto se realizará.

—Mira Ramsés no puedo estar a tu lado —dolía decir eso pero era la verdad —lo que pasó ayer debes olvidarlo. Hay que olvidarlo ¿si?

¿Olvidarlo? Ramsés no podía creer lo que escuchaba, no podía ser cierto, solo estaba jugando ¿verdad?

—Es una broma ¿cierto? —Preguntó Ramsés riéndose nerviosamente fingiendo que le causaba gracia. —Porque yo no puedo olvidar todo lo que paso ayer, fue algo maravilloso que hasta podría hacertelo otra vez aquí y ahora mismo.

—¡No lo digas más, eso no volverá a pasar! —dijo en un grito Moisés —No podemos es que acaso no lo entiendes.

—Claro que podemos.

—No, no podemos —negó Moisés con lágrimas en los ojos —Por más que yo no tuviera una misión con mi pueblo, no podríamos estar juntos, tú tienes a Nefertari no es así.

Ramsés ahora si logró abrazar a Moisés, lo abrazó fuerte pero sin llegar a lastimarlo, no queriendo que se alejara —Eso no importa, ella no me importa. Yo te amo a ti, siempre lo he echo.

—Si es así, ¿por qué nunca me lo dijiste?  —Moisés trató de alejarse sin éxito —No te creo.

—Estaba confundido, pensaba que solo era amor de hermanos, y que el aprecio que sentía por Nefertari era amor, pensaba que ella era con la que compartiría mi vida —Ramsés recarga su cabeza en el hombro de Moisés sintiendo que lloraría. —Pero estaba equivocado, eres tú, tú eres al que siempre ame, solo que nunca quise aceptarlo.

¿Una mañana hermosa que indicaba que ocurrirían cosas buenas? , bueno hasta el momento se puede apreciar que están ocurriendo tal vez para alguien más porque definitivamente para Moisés y Ramsés no.

Se quedaron en silenció, uno pidiendo a los dioses que le concedieran la felicidad y otro lamentándose por como su corazón actuaba.

—Ramsés —Susurró el joven ex príncipe —Oh Ramsés, ¿por qué tenía que pasar esto?

—Estamos echos para esta juntos. —Ramsés se alejó para acariciar las mejillas de Moisés, sonriendole, besando con delicadeza una de sus mejillas. —Por eso, y no por otra cosa.

Se apreciaron, pudiendo observar en los ojos del otro todos esos sentimientos escondidos en su corazón, les provocó una sonrisa, podían intentarlo, estaba mal y se sabía, pero intentarían ser felices a pesar de ello.

Antes de salir de la habitación se fundieron en un dulce beso pactando así sin necesidad de palabras que ahora eran más que hermanos, más que amigos.

¿Puede que esto haya sido algo bueno?

.

Las puertas se cerraron a sus espaldas, Aarón y Moisés habían ya abandonado el palacio estaban en dirección a la villa, Moisés se encontraba muy callado, no había dicho nada en cuanto regreso de hablar con Ramsés y eso le preocupaba a Aarón.

—¿Qué fue lo que te dijo hermano?

—No mucho, solo dijo que debía dejar esa idea absurda, y que regresara a como todo era antes.

—¿Y luego? —Aarón quería saber todo, sentía que algo no estaba bien.

—No acepte. La libertad de nuestro pueblo sucederá tarde o temprano. —hizo una pequeña pausa antes de continuar. —No se llegó a nada, pero dijo que lo pensaría.

No se dijo más, y Aarón ya no pregunto otra cosa. Llegaron a su casa y contaron todo lo ocurrido, todos estaban tristes de que la petición no haya sido concedida, pero su esperanza aún seguía, así que dejaron rápido el tema de lado y se dedicaron a comer para luego ir a descansar preparándose para el siguiente día.

Un día más siendo esclavos.

Solo debes ser leal a mi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora