Professor. [Tom Riddle]

01.

Séptimo año en Hogwarts.

Noviembre 15; 1978

 Jane.

Corro por los pasillos de las mazmorras en camino hacia la clase de pociones.

Estoy llegando 20 minutos tarde ya que mi querido hermano creyó que sería una grandiosa idea robar las llaves y mi varita de mi dormitorio dejándome encerrada hasta que el prefecto escuchó los golpes y abrió la puerta. 

Mi túnica revolotea a mis costados mientras voy a toda velocidad. Encontrándome a centímetros de la puerta luego de unos buenos cinco minutos de carrera entré al salón, provocando un gran estruendo en la puerta, ganándome la mirada de los alumnos de Gryffindor, mis compañeros de Slytherin y por supuesto del Profesor Slughorn.

—Potter. ¿Cuál es tu excusa esta vez, querida? -Preguntó Slughorn.

Decir que mi reputación me precede es algo más que obvio cuando se trata de mi impuntualidad, aunque hoy no fuera mi culpa es una contra siete años de llegadas tarde.

—No hay excusas hoy. -Contesté observándolo con pena.

—Te lo dejaré pasar porque es lunes y me sorprende que solo te hallas demorado 25 minutos. -Expresó mientras daba la vuelta para volver a su asiento. —Siempre tardas mas de 40. -Añadió burlón mientras se sentaba. 

Hizo un ademan indicando mi asiento y sin pensarlo caminé a el. 

Observe a mi hermano intentando contener las risas. Para mi suerte, Slughorn me ubicó detrás de él y una vez que me senté jalé su cabello provocando que su cabeza se hiciera hacia atrás. 

—¿Qué tal tu ejercicio matutino? -Preguntó burlón mientras reía. 

—Eres un idiota, sabes lo mucho que me cuesta esta clase. -Respondí enojada. 

soltó una carcajada.

—Siempre llegas tarde. -Se excusó. 

—Como sea, dame mis cosas o te golpearé. -Contesté seria sin separar la mirada de sus ojos.

 Él sabe que hablo enserio. 

Realizó el mismo movimiento y comenzó un concurso de miradas amenazadoras. 

Típico Gryffindor, cree que puede ganarme.

La voz del profesor Slughorn interrumpió, haciéndonos voltear a ambos en su dirección.

—¡James y Jane! ¿Tienen algo que aportar a la clase además de sus pleitos de siameses? -Cuestionó el profesor mientras nos observaba para nada feliz. 

—Gemelos. -Corrigió James. 

—¿Disculpa? -Respondió Horace. 

—Somos gemelos, no siameses. -Añadí dándole una pequeña sonrisa apretando los labios. 

El profesor volteó los ojos y dirigió la palabra hacia James.

—Potter, dale sus cosas a tu hermana. -Habló y volvió a sentarse. 

James me dio mis llaves y varita de mala gana para luego voltearse y seguir con el libro de lectura.

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La campana sonó indicando el receso, tenemos 3 horas seguidas de pociones los lunes y nos dan un descanso de 20 minutos en el medio. 

Salí del salón con James a mi derecha, mientras caminábamos por los pasillos una persona cubrió mis ojos, haciéndome frenar.