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Jane Potter

Ha pasado una semana...

Una semana, desde la noche en la torre de astronomía con Sirius.

Una semana, en la que estuve evitando a todos, encontrándome a escondidas con Canuto.

Ausentandome a mis clases de apoyo con el Señor Riddle...

Inventaba cualquier excusa y enviaba a mi hermano
para no tener que ver sus malditos ojos manipuladores.

Ahora mismo, era hora de dormir.

Pero debía cumplir con mi castigo, organizando la biblioteca.

Caminaba a paso lento, cansada por el dia tan pesado.

Casi llegando a la biblioteca, alguien me asustó desde atrás, tomándome por las caderas.

-Te tengo. -habló Sirius, mientras que sus manos en mis caderas me volteaban para quedar enfrentados.

-¡Hey! -no logré terminar de hablar cuando juntó nuestros labios en un beso algo apresurado.

Llevé mis manos a su nuca y su cabello, besandolo con locura.

Subió sus manos, de mis caderas a mi rostro, acunandolo como si de una fina porcelana se tratara.

Estaba tan sumida en sus labios y su toque que después de unos 5 minutos, recordé que estabamos en medio del pasillo, junto a la puerta de la biblioteca.

Percatandome de eso, corté el beso y hablé.

-Tengo que ir al castigo. -aún con mis manos en su cuello, volví a acercarme para darle un corto beso. -Y nos pueden ver. -terminé, observando su rostro.

Canuto tiró su cabeza hacia atrás, soltando una gran bocanada de aire y se enderezó de nuevo para verme.

-Lo sé, también debo irme. -una de las manos que acariciaba mi rosto pasó a mi cabello, colocando un mechón detrás de mi oreja mientras hablaba. -Pero verte pasar me vuelve loco. -admitió, mordiendo su labio inferior mientras que bajaba sus manos y me apretaba sobre su cuerpo, mirándome con deseo.

Reí tirando mi cabeza hacia atrás levemente y volví a besarlo. Fue un beso tranquilo, con algo de cariño.

No separamos unos segundos después, me solté de su agarre y entre a la biblioteca, abriendo la puerta lo suficiente para sacar la cabeza.

-Descansa, Black. -terminé con una sonrisa mientras cerraba la puerta.

Giré, recostandome sobre la misma mientras sonreía, viendo hacia arriba, mordiendo mi labio inferior, cargada de emoción por lo que está pasando.

PERO MI FELICIDAD DURÓ HASTA QUE OÍ SU VOZ.

-Mrs. Potter, que agradable sorpresa verla finalmente. - Riddle habló con falsa sorpresa y sarcasmo.

Se encontraba sentado en una de tantas mesas de la biblioteca, sosteniendo un libro en su mano el cual cerró de un golpe mientras me observaba.

-Profesor. -respondí seca.

Alzó una ceja, ladeando la cabeza.

-¿Profesor? -Añadió sarcástico. -¿Ya no me llamas Tom? -terminó, poniéndose de pie, acercándose lenta y peligrosamente hacia mi.

Tragué saliva con nerviosismo.

-Como sea, ya que no cumples con tus clases de apoyo tenía que comprobar que por lo menos cumples con tu castigo. -cambió de tema, echándome en cara la falta de mi presencia toda la semana.

Professor. [Tom Riddle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora