02.

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 Esto es una tortura.  

La constante mirada del Profesor Riddle mientras explicaba me hacia sentir nerviosa.

Demasiado nerviosa.

James pareció haberlo notado ya que dio media vuelta y acomodó mi cabello negro detrás de mi oreja mientras hablaba.

— En cinco minutos termina la clase, no te preocupes.- dijo sonando muy tranquilo. 

— Lo insulté. ¡¿Cómo voy a estar calmada!?- Respondí en voz baja con histeria. 

— Solo pídele disculpas, Jane. - obvió girándose.

La campana de fin de clase sonó mientras que todos guardan sus cosas rápidamente y salían del salón despidiéndose del señor Riddle.

Mi hermano me tomo por los hombros cuando estábamos saliendo por la puerta hasta que escuchamos que alguien pronunciaba nuestro apellido. 

— Potter.- llamó el señor Riddle con frialdad.

— ¿Sí?- respondimos al unísono. 

Analizó la situación unos segundos hasta que mencionó. 

— Gemelos.- comentó con una ceja arriba, observándonos detenidamente de pies a cabeza. — ¿Nombre?- preguntó dirigiéndose a mi hermano. 

— James, señor.- Contestó estirando su mano para darle un apretón. 

Riddle lo observó indiferente y tomó su mano por unos segundos con una sonrisa torcida, soltó su mano y me observó para luego hablar. 

— Señorita Potter, la necesito en mi oficina para charlar sobre un asunto importante.- Dijo mientras asentía levemente con la cabeza y se dirigía de nuevo hacia el salón, cerrando la puerta detrás de sí. 

El miedo se apoderó de mi cuerpo y le hablé a James.

— Es mi fin.- dije sin rodeos.

— Las acciones tienen consecuencias, pequeña serpiente.- Contestó mientras salía corriendo hacia el comedor.  

Inhalé profundamente, mis manos tiemblan levemente mientras me acerco a la puerta y apreto con firmeza el cerrojo. Decidida entré a la sala y cerré  con cuidado. 

Ahí se encontraba él...

Sentado en su silla, mirando un pergamino con un semblante serio. A pesar de encontrarme muy nerviosa por el motivo de su llamado, debo admitir que es MUY ATRACTIVO. 

Al parecer notó que lo observaba descaradamente ya que alzó la mirada y se puso de pie.

— Puede tomar asiento en mi escritorio.- Comentó señalando la silla detrás del mismo mientras volteaba para servir té.

Asentí en silencio y me senté en donde me dijo, rápidamente el se volteó y habló con la tetera en la mano.

— ¿Té?- Preguntó alzando una taza.

— No, gracias.- respondí observando mis manos.

— Me gusta que me miren a los ojos cuando hablo, Señorita Potter.

Solté un pequeño suspiro y con todas mis fuerzas, levante la mirada encontrándome con la suya. Estiró una sonrisa de medio lado y habló. 

— Iré al punto, Jane.- Dijo mientras caminaba a paso lento con su taza en la mano y tomaba asiento frente a mi. 

En ese momento mi corazón dio un brinco y mi respiración comenzó a acelerarse.

ES MI FÍN. 

— Me tomé la libertad de revisar tu expediente y pude observar que has reprobado los últimos tres exámenes.- Dijo ojeando lo que parecían las notas del profesor Slughorn. 

— ¿Qué?- Solté de repente.

¿Acaso no va a regañarme o reportarme por haberle faltado el respeto?

— Lo que escuchas, por lo que veo te están costando mucho brebajes simples como el "felix felicis." "Amortentia." y la "Poción multijugos."- Comentó dejando las notas de Slughorn frente a mi. 

Miré los papeles y luego lo observé con confusión en mis ojos. 

— No entiendo su punto, Profesor.- comenté temerosa. 

— Mi punto, Jane. Es que si quieres pasar mi asignatura debes saber preparar a la perfección todas las pociones del cronograma.- Respondió con dureza sin apartar sus ojos de los míos. 

— Trabajé en eso, Señor.- respondí sin saber que decir ante el regaño. 

— Como tu profesor me veo en la obligación de que mejores tus notas antes del final del año.

— ¿A qué se refiere?

Lunes, Miércoles y Viernes. Después de clases, en mi despacho.- Contestó mientras escribía en un papel.—  Sesiones de estudio adicionales te ayudarán a mejorar tus notas.- terminó mientras me entregaba el papel que decía lo mismo que acababa de decir. 

Lo tomé anonadada mientras lo observaba con ojos de plato y los labios levemente separados.

— ¿Va a darme sesiones de estudio privadas?- solté desconcertada. 

— Es mi trabajo hacer que mis alumnos se auto superen, Jane.

— Claro.- mordí mi labio inferior como muestra de mi nerviosismo. 

Riddle no pasó por alto el movimiento ya que su mirada recayó en ellos por unos segundos para luego girar su rostro hacia la puerta y hablar. 

— Eso era todo.-Dijo recuperando la postura inicial en su silla.— Puedes irte, Potter. Te veré el Miércoles en la tarde. 

Asentí rápidamente mientras salía disparada hacia la puerta, Una vez abrí la misma le dediqué una mirada y hablé.

— Buenas tardes, Señor Riddle.

Su mandíbula se apretó y dio una respiración profunda para luego contestar.

— Igualmente para usted.- Dijo cortésmente. 


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Corrí por el pasillo para llegar a la clase de  Mcgonagall.

Una vez dentro, me llevé un gran suspiro de cansancio por parte de la profesora.

Me senté y comencé a escribir lo que estaba en la pizarra. 

Mientras escribía no podía dejar de pensar en lo que ocurrió hacia rato. 

En lugar de reprenderme por mi comportamiento, Riddle se ofreció a ayudarme a mejorar mi desempeño en la clase. 

Debo admitir que hacer que me concentre con un hombre tan atractivo a mi lado va a ser muy difícil.

¡¿QUÉ DIABLOS DICES, JANE?!

ES EL PROFESOR, NO PUEDES PENSAR EN EL COMO UN OBJETO PARA FOLLAR.

Sacudí mi cabeza ante los lujuriosos y estúpidos pensamientos hacia el Señor Riddle. 

No entiendo por qué mi cabeza dice todas estas tonterías hacia alguien que conocí hace apenas 3 horas. 

DEFINITIVAMENTE LAS HORMONAS Y LAS FANTASÍAS ADOLESCENTES HACIA EL NUEVO Y JOVEN PROFESOR DE POCIONES TERMINARON POR AFECTARME COMO A TODAS MIS COMPAÑERAS. 

¡DIOS SANTO, ESTAR A SOLAS CON EL TRES DÍAS A LA SEMANA NO SERÁ BUENO PARA MI SALUD MENTAL!

Merlín, dejo todo en tus manos. 






Professor. [Tom Riddle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora