Prólogo. Descención

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Han pasado 80 años desde la finalización de la 4ta Guerra Shinobi en la que el niño elegido por los sapos, Naruto Uzumaki, derrotó junto a sus compañeros a Madara Uchiha, convirtiéndose en leyendas del mundo. Pero después de tanto tiempo, los guerreros envejecen y la fuerza se desvanece, y en este día, acompañado por sus hijos, nietos y bisnietos, Naruto Uzumaki se postraba en su cama, ya con su cuerpo traicionado por el tiempo, murió, para él era una alegría, hace años vio morir a Sasuke, a Sakura y sus amigos, incluso vio morir a su esposa, su amada que había protegido de tanto.

Pero el lo comprendía, para que las generaciones avancen, los viejos tienen que irse del mundo, el progreso era la promesa de las próximas generaciones. Ahora podía ver la luz, como de forma súbita sus preocupaciones se desvanecían y la cálida y fuerte luz lo abrazaba, en un hálito que recibió la figura del ahora joven. Sus dorados cabellos tomaron un fulgor particular, casi divino y, la emanación de vapor dorado comenzó a formar una silueta, una que no había visto hace años y al mismo tiempo quiso sollozar, pero la alegría era tal que no pudo permitírselo y simultáneamente la forma tomó su rostro, con manos firmes, pero tan etéreas a la vez, detrás de ella se formaron cada vez más figuras que poco a poco se materializaron, eran todos aquellos que fueron valiosos para él, cada camarada, amigo y maestro, y a él lo sostenía su esposa, tan radiante como sus días más mozos y  la podía sentir, cosa extraña al carecer de vida alguna; y por simple inercia la abrazó con una fuerza delicada, como si estuviera sosteniendo una flor. Esto era tan impactante que no lograba creerlo, su mujer tan joven como en aquellos días que soplaba el suave viento veraniego que regaba de vida a su pueblo; logrando así aplacarlos de cualquier tribulación.

Su esposa, de radiantes ojos rojo granate, le dedicó una sonrisa de amor inigualable, ambos se levantaron y se abrazaron, Naruto era notoriamente alto, pasando por una cabeza entera  al amor de su vida, ante las danzantes miradas de ambos amantes, sellaron su reunión con un beso de realización y paz, así estuvieron unos segundos, para luego separarse y tomarse de las manos cada uno.

- Naruto-Kun - Dijo suavemente la joven pelirroja de tez blanquecina.

- Karin-Chan - Respondió el rubio, acariciando con sus manos las de Karin.

Ambos se acariciaban las manos, hasta que ella rompió el silencio.

- Te estuve observando, desde que fallecí, no hubo momento en el que te hubiese sacado los ojos de encima. - Dijo, haciendo que Naruto baje la mirada, escondiendo sus ojos que amenazaban de llorar. - La forma en que ayudaste a toda la aldea durante 10 años, con tu corazón roto y la edad perforando tu cuerpo, hicieron que la espera de verte aquí, sentirte junto a mi de nuevo, se haga interminable... - Las palabras de la joven atravesaron al ahora joven rubio.

Las pequeñas y a simple vista frágiles manos de la pelirroja tomaron las mejillas de Naruto, obligándolo a verla, pudo ver sus lágrimas saliendo como si de un niño se tratara, pero como esperó esa sonrisa tan cálida que la había enamorado y salvado de su oscuro camino, prevalecía como una promesa antigua.

- Yo te amo, quiero tener la eternidad a tu lado y si he de renacer, lo haré junto a ti, no me imagino un mundo en el que no me hagas falta. - Las palabras tan dulces del Uzumaki hicieron que del pecho de Karin salga una luz dorada, denotando sus fuertes sentimientos de unidad a su amado.

Y repentinamente, para cortar la maravilla en la que vivían los amantes apareció otra silueta a su lado, esta era la de un hombre que flotaba sobre 6 esferas, como era obvio para todos, este era el Rikudo Sennin, Naruto aún así no le quitó el ojo a su esposa.

- Naruto-Chan, así que te llegó la hora... - Dijo el Sabio, llamando así la atención del ninja. - No quería arruinar su reencuentro, pero me temo que hay algo, un problema que trasciende esta dimensión. -

Con un gesto de aprobación, Karin soltó a su amado y dejó que hablaran.

- Verás chico, este mundo, el mundo shinobi, antes era un mundo oscuro, cuando al principio solo había oscuridad y monstruos de apariencias horrorosas, esas criaturas desaparecieron debido a una colisión de mundos, este chocó con otro y crearon a los humanos, el mundo en sí fue cambiado para bien. - Explicó Hagoromo. - Este suceso se repetirá y los resultados no serán positivos para ninguna de las partes, ya que ambos se juntaran en un horrible lugar inhabitable regido por el caos y devuelto a sus antiguos habitantes. -

Las palabras del sabio alertaron a Naruto, con un semblante impasible, suspiro y vio a su esposa, que lo veía preocupada, realmente no querían volver a separarse, sabía que el hombre frente a él le pediría que ayude a evitar la colisión.

- Yo... yo se que es el deber que me llama a ayudarte, pero mi corazón, tan cansado y con la necesidad de descansar me pide quedarme... - Dijo el rubio, ladeado la cabeza. - No me puedo perdonar el no hacer nada, pero tampoco me puedo perdonar por nada del mundo dejar a Karin por 1 segundo más. -

Rikudo asintió y luego vio a Karin, sonrió y le dijo:

- Joven chica, tu Alma y la de Naruto-Chan están conectadas, lo sé, su separación los destroza por todos los poros, así que te pregunto, ¿lo ayudaría a salvar a dos mundos y a sus habitantes? - Con seriedad miro a la joven que tenía sorpresa y decisión en sus ojos.

- Naruto-Kun es mi destino, ambos estamos atados por nuestro mutuo amor, lo seguiré hasta el fin del mundo, y si he de morir de nuevo, será a su lado. - Las palabras tan seguras motivaron a Naruto e hicieron que Rikudo se sorprenda un poco.

- Está bien, pues déjenme explicarles la misión, deben ir al mundo 2, allí ustedes no existen, a diferencia de aquí, el mundo 1, allí pueden tener una forma física a diferencia de aquí, en donde están muertos, lo que haremos es hacerlos reencarnar allí, sus memorias y experiencias corporales resurgirán a la edad de 16 años, así aseguraremos de que estén en unos cuerpos y edades óptimas, para no separarlos los haré reencarnar uno cerca del otro, pues su lazo de amor supera la reencarnación. - Las palabras del anciano dejaron reflexionando a la pareja. - Y por cierto Naruto, hace un tiempo le conté a tus padres de este plan y estuvieron de acuerdo en reencarnar el tiempo suficiente. -

Eso dejó con una sonrisa al Uzumaki, que se sentía más seguro ahora.

- Y tengan en cuenta de que sus apellidos cambiarán, por la descendencia de tu padre Naruto, tú serás Phoenix, mientras que por tu madre, serás Lucifer, tus clanes son sumamente poderosos y tú, Naruto serás el demonio más poderoso que podría haber existido jamás. - Con esas palabras dichas, el sabio creó un bastón con una gudoudama y con ella tocó la frente del Uzumaki, haciéndolo desaparecer.

- Y tú Karin, mientras mirabas todos estos años a Naruto, no quise interrumpir tu vigilia, así que contacté con tus padres, que gustosos aceptaron el ayudar a los de Naruto, serás Sitri por tu madre y Bael por tu padre, junto a Naruto forjaras el futuro de su nueva vida. - Y ante la mirada de la pelirroja, el sabio toco su frente con la punta del bastón, haciéndola desaparecer de la misma forma que a su amado. - Espero que ustedes puedan salvarnos a todos... - Fueron las últimas palabras del Sabio de los 6 Caminos.

FIN PRÓLOGO

Bueno, este fue el final del Prólogo de esta nueva historia, me siento motivado de hacer alguna buena por fin, espero que lleguen a leerla y que les guste, espero y la puntuen y la lean, intentaré ser lo más activo posible, cuídense todos :D

Palabras: 1300

Naruto DxD: World TogetherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora