Naruto murió por edad, cuando llegó al otro lado su ayuda fue solicitada por Rikudo Sennin, pidiéndole que salve otro mundo diferente al suyo, ya que el mundo ninja y este mundo de dioses, demonios, angeles y otros seres, corren el peligro de colisi...
La luz llega y con ella, los llantos de un recién nacido, nos encontramos en una habitación de hospital en la que se encuentran dos leyendas del inframundo, Minato Phoenix y Kushina Lucifer, están junto a los asistentes del parto y tuvieron a su hijo, Naruto Phoenix.
El niño creció con normalidad, fue educado por sus padres, ellos le enseñaron todo lo que sabían acerca de las ciencias, historia, magia, escritura y demás, pasando por la cosa más importante, la Guerra Santa, bestiario y religiones, fueron 14 años de la vida de Naruto, disfrutó de las clases de sus padres, las veces que salió con ellos y las personas que había conocido.
Aunque había alguien... especial, hace tiempo había conocido a una niña de su misma edad, se habían conocido mediante sus padres, porque los suyos y los de ella eran amigos, durante una cena entre los clanes.
Naruto de 13 años...
Naruto acariciaba sus dorados cabellos que, como su padre, parecían romper las leyes de la física, se encontraban en una gran fiesta en conmemoración a la caída de los antiguos Maou del infierno, a la cabeza de la fiesta estaban los nuevos Maou, Sirzechs Lucifer, Ajuka Belzebub, Serafall Leviathan y Falbion Asmodeus. Para Naruto era una sorpresa ver a Asmodeus, ya que este solía recluirse en su mazmorra de la que nadie sabía de lo que hacía, a Sirzechs su reputación le precedía y conocía a la casa Gremory, a Ajuka lo conocía por ser un maestro arcano y un erudito investigador y a Serafall... bueno, su programa de televisión era bueno.
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Más que los Maou, a él le interesaban los clanes y sus herederos, aunque ellos en su mayoría eran niños mimados, incapaces de defenderse por sí solos, su magia era volátil y explotaba en su contra con facilidad, los únicos que podían regodearse de sus poderes eran su primo, Raiser y Rias, aunque su primo era mucho más mayor que todos ellos y Rias si que podía hablar bien de ella, la conocía por haberse quedado con ella, cuando sus padres debían de atender sus importantes reuniones.
Estaba inmerso en sus pensamientos, sin saber de que a él se acercaban sus padres, su papá, Minato le tocó la cabeza, haciéndole verle y cuando lo vio, vio la sonrisa de oreja a oreja de su viejo.
- ¿Pasó algo, papá? - Preguntó algo nervioso.
- Quiero que sepas hijo, que te queremos presentarte a nuestros amigos más cercanos, tienen una hija que está emocionada por conocerte. - Su padre y su madre le pusieron cada uno una mano en la espalda y se dirigieron a otra parte del gran salón.
Ante ellos, los sirvientes y los de castas menores les hacían reverencias, pero Naruto lo ignoraba, pasando de ellos olímpicamente; al llegar a la mesa objetivo, sus padres se dirigieron directamente, mientras él se quedaba a una distancia.
Sus padres saludaron a las cabezas del clan, una mujer de un cabello negro con las puntas y raíz de azul oscuro, el otro era un hombre de cabello castaño de puntas anaranjadas, estos al notar la presencia de sus amigos se levantaron y se saludaron, mientras sus padres hablaban Naruto comenzó a acercarse a ellos.
