Indie Gentes - Capítulos extra

Capítulo 44 | Mica

Todos los extras de ella y Pacho nutren el libro de Icónica. Espero que lo disfruten.❤️

🎤🎶

—La recepción del álbum ha sido excelente —explicó el chico de marketing, cuyo nombre siempre olvidaba—. Con solo una semana superó en ventas el anterior. Muchos de los fans están esperando que se anuncie la nueva gira nacional para comprar boletos.

—Recién terminamos una gira internacional —señalé.

Girar era mi parte favorita de ser cantante; la adrenalina de cada concierto me llenaba de vida, de energía, y podría sumarla a mi lista de adicciones. Por suerte era una de las más sanas. No obstante, después de pasar los últimos meses entre giras y grabando el álbum a la vez, muchas veces sin poder siquiera dormir, lo único que quería ahora era irme a una isla lejana y no regresar por un largo rato.

—Ya sabes cómo se mueve esto, Mica —respondió mi mánager, Carlos—. Si no aprovechamos el pico, luego se hará más difícil agotar entradas. Además, será una gira nacional corta. Como la del año pasado. —Se giró hacia Tory, la diseñadora de vestuario—. ¿Has adelantado algo?

Ella asintió y sacó su iPad, desde la cual comenzó a mostrar los diseños en los que estaba trabajando. Sonrió con orgullo.

—Sí. Creo que para esta gira podríamos tener menos cambios de ropa, en la pasada eso nos consumió tiempo. Procuré trasladar la esencia de las canciones en cada uno de los trajes y...

Al toque, dejé de escucharla. No porque no me gustara lo que veía, Tory era una de las personas más talentosas con las que había tenido la fortuna de trabajar. Sino porque llevaba meses pidiendo que hicieran cambios a la forma de los trajes que vestía en conciertos y jamás eran tomados en cuenta.

Según el equipo, mientras más enseñara de mi cuerpo era mejor. El vestuario de Tory solía ser un poco pesado e incómodo, y en ocasiones entorpecía mi desempeño en las coreografías, pero era una de las cosas que las fans más disfrutaban del concierto: el show. Los trajes alucinantes, los efectos especiales, las coreografías, las sorpresas de los bailarines, que pareciera más un espectáculo de Las Vegas que un concierto de una artista que recién dejaba de ser adolescente.

Y, a decir verdad, me gustaba complacer a mis fans. Así que podía sacrificar algunas cosas con tal de lograrlo.

Saqué mi celular y revisé las notificaciones que tenía pendientes. Fue allí cuando me llegó un mensaje al WhatsApp.

Zanahorio: Llegué a tu casa pero me informaron que no estás. No te preocupes, podemos vernos otro día.

Palidecí y mis ojos se abrieron al extremo. ¡Lo había olvidado!

—Mierda —solté y todos en la mesa ovalada me miraron asustados. Me levanté de inmediato y me colgué la cartera del hombro—. Lo siento, tengo que irme.

—Mica, no hemos term... —empezó a decir Carlos, confundido ante mi forma tan estrepitosa de interrumpir la reunión.

—Creo que pueden continuar con el resto sin mí. Me envían un resumen a mi correo electrónico.

No es como si mis opiniones importaran de todas formas, pensé.

Me encaminé hacia la puerta de la sala de reuniones y Nana, mi asistente, se levantó con intención de seguirme.

—Quédate —le pedí—, yo solo... Tengo que ir al baño.

—¿Al baño?

—Sí.