Problematic. [DUZZY, GUNS AND ROSES] | TERMINADO.

Capítulo #5

— ¿Qué sucede Axl? — Preguntó Izzy confundido por la repentina acción de su amigo. El pelirrojo miró por sobre su hombro en dirección de la barra, volvió su visión a la confusa expresión de Stradlin. 

— Uh... Mira, yo, tal vez... ¡Podemos divertirnos un rato sin Steven! — Formuló Axl nerviosamente. Izzy arqueó una de sus cejas sin comprender del todo la actitud de tan extraña de Rose, alejó al pelirrojo que le tenía acorralado contra la pared y se acomodó su chaqueta de mezclilla.

— Has estado raro Axl, ¿Qué es lo que sucede? — Izzy se atrevió a preguntar, pues la verdad ya no soportaba la actitud sospechosa de su mejor amigo.

— Bueno... — Suspiró — Mi plan era que te divirtieras un rato y olvidaras el asunto de la visita de Duff. Sé que lo sucedido sigue rondando por tu mente, incluso ahora que he tocado el tema no te atrevas a negarlo. Sin embargo ... Creo que eso será imposible ahora que Duff está aquí... — La última línea la dijo en susurro y por lo tanto Izzy no pudo escucharlo correctamente.

— ¿Qué?

— ¡DUFF! ¡QUE DUFF ESTÁ AQUÍ! — Se alarmó, incluso más que él propio ex-novio-amante del mencionado. 

— ¿Él está aquí? 

— SÍ ESTÚPIDO, ÉL ESTÁ AQUÍ. ¡POR LA PUTA MADRE!, TE JURO QUE ESTO NO FUE PLANEADO. ¡POR FAVOR IZZY NO ME MATES! — Exclamó mientras juntaba las palmas de su mano como si estuviera rezando.

Izzy no supo que responder, estaba en shock que no se dió cuenta en qué momento sus movimientos tomaron control de su mente y cuerpo, empezando a dirigirlo a la icónica barra en donde yacía Duff y... Un momento, ¡¿Ese era Slash?! 

Izzy se detuvo en seco detrás de los chicos, Steven se giró y le sonrió en forma de saludo.

— Hey Izzy, ¿Por qué Axl y tú tardaron tanto?, ¿Acaso fueron a hacer cosas prohibidas?

Duff se encogió en su lugar al oír ese comentario que para nada le había dado gracia, para disimular su reacción se empinó hasta el fondo su octavo tarro de cerveza. Slash solamente reía como un psicópata pasando desapercibida la mención de Axl en la conversación. Francamente  ni siquiera sabía quién demonios era Axl.

«Estúpido Steven, me las pagarás» Pensó Izzy ante el descarado comentario de Adler quien, evidentemente trataba de hechar leña al fuego. 

— Joder. No. — Izzy tomó por la chaqueta a Steven y lo obligó a pararse de su asiento, lo empujó lejos para poder ocupar su lugar. Convenientemente Steven se había sentado al lado de Duff. 

— ¡Oye ese era mío! — Protestó.

— Era. —  Cortó el pelinegro mientras le lanzaba una mirada fría a Adler. 

Steven se alejó de la barra, algo asustado honestamente, arrastró consigo al perdido Slash; dando privacidad a los chicos con grandes asuntos amorosos pendientes. Consideró por su propio bien, empezar a rezarle al de arriba. 

Izzy llamó al bartender y le pidió una botella de Jack Daniels. Duff se limitó a seguir con la mirada los movimientos del pelinegro, en completo silencio. El rubio para  entonces ya se encontraba bastante ebrio, por lo que estaba seguro que si se atrevía a siquiera abrir la boca de esta saldrían cosas de las cuales podría arrepentirse después, eso, o incoherencias que le terminarían dejando en ridículo frente a su ex-novio-amante. Más seguramente la segunda opción. 

Stradlin estaba al tanto de la atención de Duff hacia él, lo que le provocó formar una tenue e inevitable sonrisa torcida. Izzy quiso hacer un comentario sarcástico al respecto pero se contuvo al recordar la razón por la que había aceptado venir al bar en primer lugar: Olvidar a Duff, superarlo, aunque se supone que ya lo había hecho. Izzy suspiró, manteniéndose callado por unos segundos pensando en que quería por lo menos escuchar los motivos de Duff, si es que él quería hablar de ello, por supuesto.

Si bien es cierto, Izzy reconoce que actuó como un verdadero cobarde al haber evadido la presencia de Duff esa misma tarde. Pero, por ironía de la vida o tal vez El Destino —cualquier mierda en la que quieras creer— estaban allí, el uno al lado del otro. Uno totalmente ebrio, sí. Pero juntos. 

«De acuerdo, realmente ya no tengo nada que perder más que la dignidad» Se alentó el pelinegro. Y con un gran sorbo de su licor ladeó su cabeza, mirando directamente a los ojos a Duff. Quien al principio pareció sorprenderse por el repentino tirón de su camiseta. 

Su cabeza le daba vueltas debido a la acumulación de licor en su sistema. Cuando menos se dió cuenta los labios de Izzy yacían peligrosamente cerca de los suyos.