2. Instrucciones

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El ojeroso sostiene mi brazo como si no tuviese la más diminuta noción de lo que es el espacio personal. Ya le he dicho que no, es tiempo y esfuerzo que no pienso dedicar teniendo tantas cosas encima, es más, prácticamente no puedo hacerlo.

—Suéltame— pido con tranquilidad, no permitiré que algo así me haga perder los estribos, sería ridículo.

—Una disculpa— pide bajando la mirada y liberando mi brazo de su agarre —. Se que no es tu responsabilidad, así que trataré de hacerme cargo lo más que se pueda, vendré a diario y haré su limpieza, compraré su comida...— explica.

Como si tener una mascota fuera solo eso, la atención, el olor y la paciencia no son cosas sencillas de llevar, una responsabilidad así no es algo que desee si no es por obligación.

—Yo también ayudaré— comenta Denki con una sonrisa.

Ah... ¿cómo negarme a esto para que no vuelvan a insistir...?

—No deberían estar hablando de esto conmigo, después de todo, esta es casa de mis madres, no mía— mi madre les dirá que no, estoy prácticamente segura, ella es quien tiene la última palabra.

...

Mierda... ¿cómo es que llegué aquí...? Me encuentro recibiendo un par de mensajes de Denki: "Hoy iremos a tu casa después de la escuela", "Sí, Shinso vendrá conmigo". No tiene ni cinco minutos que Hana les aviso que la gata está aquí y ellos ya quieren venir.

Esperaba una vez en casa poder respirar en paz, sin embargo, parece que ahora no solo debo vigilar a una gata vulnerable, sino que también debo esperar al par de muchachos encargados de la misma. Hacer tarea no es una opción, podría ensuciarse y no es cómodo, leer un libro parece lo más adecuado.

Escucho el timbre, deben ser Denki y su amigo, coloco un separador en el libro y lo dejo sobre la mesa, posteriormente, me dirijo a la puerta para dejar entrar al par de estudiantes de héroe.

Un rostro alegre por parte de mi exnovio es lo único que se necesita para calmarme un poco, pues te tengo la suficiente confianza a ese gesto suyo como para por fin poder descansar un poco, se que puede volverse alguien realmente responsable y decidido en la situación correcta.

Dejo pasar al par sin mucho revuelo. Me limito a mostrarles el lugar y por fin alejarme un poco del sitio para dedicarme a pintar.

Yuki se encuentra a mi lado, esa gata vieja tan acostumbrada a mi se ha vuelto una dormilona de tiempo completo, cuestión que a pesar de quitarme la oportunidad de jugar con ella como antes, también me da la oportunidad de pintarla más cómodamente.

—En verdad te pido una disculpa, sé que esto debe ser molesto para tí— dice mi amigo rubio sentándose al lado mío.

Permanezco callada unos segundos, pensando en que decir.

—Bueno, pero ya no hay vuelta atrás, tendremos que sobrellevar esto...— le respondo arqueando una ceja, siendo completamente sincera.

—________... quería decirte esto de frente, sabes, sé que nuestra relación no fue la mejor, pero, realmente aprecio que sigas siendo mi amiga— me dice con una sonrisa que parece nostálgica.

Creí que la parte de las disculpas ya había terminado hace meses.

—No sería tu amiga si no me agradaras, por algo acepté ser tu novia en su momento— contesto entre risas.

—¿Qué me dices? ¿Volvemos a reconstruir esa amistad?— pregunta, es verdad que si nos hemos distanciado un poco, supongo que volver a la relación que teníamos a inicios de secundaria no haría daño.

Asiento con la cabeza, entonces tomo un par de hojas de la carpeta que tengo a mi lado.

—Ten— le digo extendiendo los papeles hacia él -. Tengo más en mi cuarto por si los quieres- son varios de los dibujos que hacía de él cuando eramos una pareja.

—Vaya... recuerdo ese día, habíamos ido al concierto de Panic! At The Disco y decidí dormir en tu casa. En un momento me escabullí para poder dormir al lado tuyo— narra sonriente —. No creí que fueras tan mala como para dibujarme mientras dormía.

—Te mirabas lindo— le respondo, ahora que no estamos juntos es mucho más fácil decirle eso.

—Seguro... y por eso dibujaste incluso la saliva escurriendo de mi boca— comenta mirándome mal, yo le sonrío divertida, a decir verdad, lucía tan torpe que parecía tierno —. Todavía me pregunto como logré dormir de esa manera.

Nos sonreímos el uno al otro, en gesto de diversión e incluso complicidad.

—Sabes, ¡creo que tengo una idea!— me mira sonriente —. Seguro que muchos de mis compañeros querrán dibujos tuyos, ¿quieres que te haga promoción? Incluso puedo hacer las entregas, después de todo, debo ir a la escuela a diario.

La propuesta es buena, es solo que no quiero aprovecharme de esto.

—Es tu talento, _______, somos amigos, eso es lo que los amigos hacen, apoyarse. ¿Por una vez puedo hacer algo por ti?

Lo pienso con cuidado, está bien...

—De acuerdo... pero, te ganarás una comisión de un 5% por cada entrega, no te haré trabajar gratis, ¿de acuerdo?— no es mucho lo que le ofrezco, de esta forma será más fácil que acepte, si nos va bien le daré un extra de vez en cuando.

—Está bien...— responde alegremente —. Oye, ¿te cuento que tal ha ido desde que te fuiste de intercambio?

Denki y yo nos ponemos al día, me cuenta sobre su curso en la escuela, como conoció a su amigo e incluso, una vez que se siente más cómodo, me habla sobre la chica que le gusta. Es increíble ver lo mucho que este chico ha cambiado en un año y eso es muy agradable.

...

— Oye, ______, debo volver a casa, se hace tarde — se despide Denki —. Shinso, es hora de irnos — llama a su amigo.

El muchacho ojeroso se acerca a nosotros, observándome de pies a cabeza, como tanteando el terreno.

—Si no te molesta, quisiera quedarme un momento más— dice con la mirada fija en mí y un gesto casi suplicante que me parece por demás algo curioso.

—Como gustes— respondo, no ha hecho más que apreciar a sus mascota, será divertido saber como maneja al menos una cagada de gato o algo así, en vista que la minina apenas puede mover las patas delanteras.

—Entonces, tal vez deba quedarme un poco más— comenta Denki con un suspiro que denota su prisa.

—Puedes irte, tienes prisa, ¿cierto?— denoto a mi amigo, quien solo me responde con un "cierto", para luego despedirse y salir de mi casa.

Decido hacer como que no pasa nada, en realidad, no creí que de verdad este muchacho se quedaría sin Denki, pero, ya no hay modo de arreglarlo. Comienzo a hacer mi tarea, ahora sobre la mesa de la sala, para así poder estar más al pendiente.

En esta ocasión ha tocado anatomía, área en la que soy relativamente buena, producto de tantos bocetos que he hecho con anterioridad.

—Joder, es cierto que eres buena— escucho la voz del muchacho de apellido Shinso, la cual rompe el casi completo silencio.

Volteo a mirarlo con algo de sorpresa, acción que parece causar en el la misma reacción que causó sobre mí su exclamación. Nos miramos por unos instantes, la impresión ha sido mucha y tal parece que ninguno de los dos sabe muy bien como reaccionar.

—Denki me dijo que dibujabas bien— dice el muchacho bajando la mirada, el ambiente sigue tenso.

—Ya veo...— respondo sin poder procesar todo esto.

—Eh... ¿cómo se prepara la fórmula láctea?— ambos hacemos intentos inútiles por alivianar la situación.

—Lo dice la caja— respondo relajadamente y con simpleza, señalando el sitio. Esto es realmente incómodo.

—Oh... cierto— responde, de acuerdo... no estoy segura de que podamos llevarnos bien o siquiera intercambiar más de dos frases seguidas.

DIBUJOS. Hitoshi Shinso X Lectora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora