Aventura

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Adiós a las vacaciones de Navidad y vuelta al infierno. Estoy harta del instituto prácticamente desde que dejé de hacer sumas y restas. Y tengo ya dieciséis años.

Ya estaba delante de la casa de mi mejor amiga: Dinah Jane Hansen. Una chica algo bruta, de buen corazón, irónica, en ocasiones con un humor algo negro. Lo más sorprendente de ella era su familia, que era aproximádamente como dos equipos de rugby, y como eran bastante pobres vivían en una misma casa. Una locura. Llamé al timbre y me recibió sonriente.

-¿Feliz de volver a clase, Chancho?

-De todos los jóvenes de este pueblo, tú eres la única feliz en estos momentos, Cheechee.

Solíamos ponernos motes extraños y la mayoría de veces sin demasiado sentido. Emprendimos el camino a clase.

Pertenecíamos a un pequeño pueblo de Ohio, Davisville, de esos que tienen apenas dos o tres clubs para salir por lo que sueles encontrarte siempre a la misma gente los viernes por la noche.

Llevábamos repitiendo el mismo camino cuatro años, podríamos hacerlo con los ojos cerrados. Siempre nos llamó la atención durante el recorrido una casa algo apartada de las demás, muy abandonada, pero que obviamente no lo estaba, ya que en algunas ocasiones las luces estaban encendidas cuando anochecía.

-¿Mirando la casa misteriosa otra vez? -Dinah interrumpió mis pensamientos.

-Un día deberíamos acercarnos y ver qué hay exactamente. No entiendo por qué no lo hemos hecho en todos estos años...

-PORQUE NO SABEMOS QUIÉN, O PEOR, QUÉ HAY AHÍ. Y luego soy yo la loca según la gente que nos rodea...

-No estoy loca simplemente quiero aventura.

-Si quieres aventura estúdiate todos los temas que quedan de Biología.

-Hoy entraré al volver, con o sin ti. -ella estaba parada observando la vivienda. Al oír mis palabras aceleró el paso hasta quedar de nuevo a mi altura.

-NI HABLAR, NO TE DEJARÉ ACERCARTE.

-Bien, a tu novio le encantará saber lo pegadita que estuviste a Liam en la fiesta de Elsa.

-¿QUÉ? ESO ES CHANTAJE BARATO. Sólo estuvimos hablando y sabes que me pone como una moto en plena carrera.

-Entonces no te importará que Julio lo sepa.

-Me preocuparía más que lo supiera mayo PuffAJAJAJAJAJA. -levanté una ceja amenazante. -Vale, vale, sólo bromeaba. No diré nada y además... te acompañaré. No voy a dejar a la pesada de mi mejor amiga ir sola a la muerte segura.

-No sé si prefiero ir acompañada, no eres lo que se dice silenciosa.

-¿Y tú qué? Seguramente te tropezarás con algo y te llevarás todo lo que encuentres por delante mientras caes al suelo.

-... Si nos pasa algo por tu culpa seré yo la que te mate si lo que hay dentro no lo hace antes.

-Dudo que tengas fuerza.

-QUIERES DEJAR DE SACAR MIS DEFECTOS EN LA CONVERSACIÓN.

-Ay, ya, Karla, no hagas dramas. 

-QUE NO ME LLAMES KARLA.

-¿Prefieres Carlos José? ¿Antonio Valerio?

-¿De dónde sacas esos nombres...?

-Mi madre pilló sin querer el otro día el canal Corazón Salvaje. Adivina, todo telenovelas mexicanas. Ni siquiera las entiende pero le gusta verlo porque salen buenorros en caballo todo el tiempo.

Todos y cada uno de los rostros que esperaban a las afueras del recinto escolar a que éste abriera sus puertas derrochaban felicidad. La misma que derrocha Spiderman cuando llueve y se humedecen las paredes.

Nuestro grupo de amigos estaba sentado en el césped, alguno incluso aprovechaba los últimos minutos para dormir. Normani, gimnasta, bailarina, actriz, video gamer profesional y quién sabe qué otras cosas, hacia volteretas laterales.

-¡TEN CUIDADO! -gritó Dinah cuando pasó bastante cerca de nosotras. -Si sigues así vamos a pasar a llamarte la ruleta rusa.

-MIS NIÑAAAAAAAS. -Ally vino corriendo hasta nosotras para abrazarnos fuertemente.

-Allyson, nos vimos el sábado.

-Para mi es mucho tiempo. -seguía sin despedirse.

-Y para mí. -en esta ocasión las palabras fueron dichas por Hailee. Se notaba a leguas que buscaba tener algo conmigo, no sé hasta que punto su deseo dejaba de ser carnal, pero tenía seguro que ella y yo no encajaríamos en ningún aspecto. Había protagonizado su primera película "importante" en septiembre y desde que llegó como nueva alumna este año se creía la dueña del mundo. No solía salir con nosotros habitualmente, sólo en el instituto. La primera razón era que nadie solía avisarla, la segunda, siempre estaba demasiado ocupada con sus clases de interpretación.

-¡Chicos! Mila y yo pensamos ir después de clase a... -le tapé la boca inmediatamente.

-A limpiar el coche de mi padre. Ella opina que cuantos más mejor pero en realidad es una tontería, no son necesarias más de dos personas para limpiarlo, ni que fuese una limusina. -todos rieron. Dinah mordió mi mano.

-¡AUCH, ANIMAL!

-¿No te han enseñado que a los caimanes no se les debe poner la mano en la boca? ¿Se la pondrías a un león? ¿EH? ¿EH?

-Bah, lo que sea. 

Las puertas se abrieron y la oleada de zombies entró al edificio tambaleándose. Dinah tiró de mí cuando trataba de saludar a Alex, un buen amigo. 

-¿Por qué no quieres que nos acompañen? Cuantos más seamos más se disminuye la probabilidad de morir para cada uno.

-Porque sea lo que sea lo que haya no le será de buen gusto ver a unas diez personas espiando su casa. Si somos dos no será todo tan violento, ¿entiendes? Menos es más.

-Eres la mente fría aquí.

-Y, en efecto, tú la mente caliente.

-No es precisamente la mente lo que tengo caliente, Juan Fernando.

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TACHÁAAAAAAAAAN. OPINIONES, OPINIONES, VAMOS, VAMOS.

Besiiiiiiii :)

Me declaro inocente (Camren) - PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora