Narra Camila
Silenciosamente me escurrí por el suelo pegada a las paredes hasta llegar al punto de destino. No sabía exactamente qué buscaba y el sudor de mis manos no ayudaba en absoluto. Cajones y papeles, era todo lo que pasaba por mi mente. Había una mesa con tres de ellos a cada lado, no podían estar todos vacíos, ¿o sí? Rebusqué rápidamente y muy a mi pesar cuatro de los ya registrados estaban llenos únicamente de polvo, y algún que otro bicho alegre.
-¡Ya tengo los cafés! ¿Qué coño haces en el baño que tardas tanto, cerdo?
Oh, no, no, no, no, estoy muerta. Por qué he venido, por qué, soy idiota debí hacerle caso a Lauren y estarme quieta... Me agaché y contemplé desde mi baja perspectiva como unos zapatos de piel negros atravesaban la entrada y justo entonces...
-¡No tengo papel, eso pasa! ¡Tráeme! -no me lo puedo creer. Tengo diez ángeles de la guarda, por lo menos.
Tras un suspiro el otro compañero salió de nuevo en su ayuda. Aproveché como una bala para saquear los dos último cajones y ¡allí estaban! Dos carpetas amarillas con decenas de marcadores de colores que sobresalían a los lados.
-Os tengo.
Me marché de allí aguantando mi respiración hasta el momento en que mis pies tocaron el suelo de la calle. Corrí sin mirar atrás, me esperaba otro carrerón.
Narra Lauren
Suelo despertar cuando el sol brilla con intensidad a través de mi ventana, pero al parecer alguien ha decidido cambiar eso esta mañana. Aporreaban la puerta sin cesar y mi cerebro aún no era capaz de procesar nada. Después de estirarme un par de veces al fin logré distinguir la voz de Camila.
-¡Lauren, Lauren, eh, Lauren!
-¡Camila! ¿Estás loca, qué pasaría si estuviesen mis padres? -al oír mi voz abrió sin preguntar. -¡Podría estar desnuda!
-Ni que tuvieses algo especial. -abrí mi boca y ella la torció. Sabía que no había sido un punto a su favor. -Quiero decir, eres especial, por supuesto, pero tampoco hay que hacer un misterio para... ¡Traigo algo importante!
-Y no te podías esperar un par de horas más porque...
-¡Porque no, no hay tiempo! ¿Acaso ya has olvidado todo lo que pasó ayer?
-No he podido dormir boca arriba, así que ni mucho menos. Lo siento, estoy algo adormilada aún, ¿que tienes? -pregunté dándole un pequeño beso en los labios. Se quedó algo atontada. -¡Camila!
-Perdón, no me acostumbro. Ven. -tiró de mi hacia el sofá y puso dos carpetas sobre la mesa. -Antes que todo, promete que no te vas a enfadar.
-No puedo prometerte nada, porque no sé por dónde va a salir el tema y no me fío de ti ni un pelo.
-Al menos promete que no mucho... -suspiré.
-Está bien, prometo no enfadarme mucho, ¿contenta?
-Sí. Ayer mientras me dirigía a mi casa noté que un auto me seguía así que eché a correr y efectivamente iban tras de mí. Conseguí escabullirme y pensando que podían tener relación con el cadáver... los seguí.
-¿¡QUÉEE?!
-¡Déjame acabar, déjame acabar! -levantó las manos para protegerse de un posible golpe que nunca llegó. -Eran dos hombres grandes trajeados. Fueron a una fábrica abandonada, ésa que está cerca del polígono donde la gente va a fumar de noche y demás. -genial, cada vez mejor. -Entré CON MUCHO CUIDADO y logré meterme en una oficina desde la que al parecer llevan sus asuntos. Rebusqué en los cajones y encontré estas carpetas.
-¡Tú no estás bien de la cabeza! ¡Muy bien, Lauren, tu primera novia es una enganchada a la adrenalina que...!
-Mira lo que encontré. -dejé de gritar en el momento en que mis ojos tuvieron delante una foto mía, junto con todos mis datos. Físicos, personales... absolutamente todo estaba plasmado en esa hoja.
-Pero qué... -tomé el papel. -¿Por qué estoy yo aquí?
-No lo sé, sólo eché un vistazo rápido y logré verte. Dos mentes mejor que una.
-Pero no es buen momento, ellos me visitarán pronto.
-¿Pronto? Son las ocho de la mañana.
-Pero es fin de semana y hacen planes como pasear, ir a la playa, etc. Así que no puedes ajustar horas concretas.
-¡Tenemos que revisar todo esto pronto! ¡Cuando noten que faltan se pondrán más furiosos aún!
-¿¡Crees que no lo sé?! Mira... vamos a hacer algo, es muy arriesgado pero...
-Vivo por y para el riesgo.
-Investigaremos en mi habitación, y si llegan por casualidad te metes corriendo bajo mi cama. Sosteniendo esto. -cogí una lampara de mesa que estaba desconectada. -Si hay problemas golpeas y nos vamos, si te pillan ya seremos mujeres muertas de todas formas.
-Vale, estoy de acuerdo. ¡Andando! -se había hecho habitual el que tirara de mi mano para llevarme a los diferentes lugares de la casa corriendo. -Coge la tuya y otra, para comparar.
-Buena idea. Qué significarán estos número arriba de la foto... "30.07-02.09"
-Apuesto por fechas.
-Es tres días después de mi cumpleaños... el 27 de julio. -la miré tratando de encajar las piezas del puzzle.
-¿Y si... es algo que tuvo lugar poco después de tu nacimiento?
-O algo que debía tener lugar.
-Exacto. ¡Mira, el nombre de un hospital!
-Es donde nací.
-¿Podrían significar los números una fecha de incubación?
-No, mis padres dijeron que no hubo ninguna clase de problema, y por qué iban a mentirme respecto a eso. -ella pasaba fichas buscando alguna diferencia. -¡UN MOMENTO! ¡Vuelve atrás! Oh, no...
-¿Quién es? -me miró interrogante.
-Es mi hermano fallecido... Chris.
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Me declaro inocente (Camren) - Pausada
FanfictionCuatro paredes limitan la libertad de Lauren, ¿podrá Camila derribarlas?