Noa
Octubre 2021El primer mes desde la llegada de Antoine pasa tan rápido que me olvido de lo lento que ha pasado el tiempo desde su partida. Poco a poco retomamos una especia de rutina que habíamos dejado olvidada. Él me recoge por las tardes y me lleva a distintos sitios de Madrid que le parecen adecuados para recuperar el tiempo perdido. Algo que a mí me parece absurdo porque no podemos recuperar dos años en un mes, pero a él le apetece intentarlo.
—¿Has hablado con tu padre?—pregunta dejándose caer a mi lado sobre la hierba del parque
—Ayer por la noche.
—¿Y?
—Bueno. Parece animado.
—Me parece extraño que haya superado tan rápido el divorcio sin tener a nadie—Antoine se rasca el mentón
—Qué más da—suspiro
—Cambiemos de tema—su mano coge la mía y el contacto me hace estremecer, él sonríe de lado—. ¿Has pensado en mi oferta?
—¿Ir al Wanda al partido de Champions? Tentador, pero no quiero que me vean por allí.
—¿Crees que lo sabe?
—Todo el mundo lo sabe.
Suelta un pequeño suspiro y se lleva mi mano a los labios para darle un beso. Todavía no nos hemos besado desde aquella charla. Si bien queremos recuperar el tiempo perdido, no queremos precipitarnos. Y un beso sólo haría incómoda la situación.
—¿Sabes qué?—cuestiona esbozando una pequeña sonrisa
—Sorpréndeme.
—Mia ha preguntado por ti.
Parpadeo.
—¿Se acuerda?
—Cuando nos fuimos a Barcelona lo hacía todo el rato. Preguntaba dónde estabas y por qué no estabas conmigo. Cuando volvió su madre dejó de preguntar. Fue como si hubieses desaparecido de su mente. Pero anoche...—su sonrisa se ensancha y siento la tentación de tocarle el hoyuelo—Anoche me preguntó por ti cuando la arropé.
—¿De verdad?—siento el corazón latir a mil, Mia fue la niña de mis ojos desde que la conocí hasta que nos separamos
Antoine asiente.
—Le dije que, si todo iba bien, pronto volvería a verte. Me gustaría... Me gustaría que conocieses a Amaro y a Alba. Si tú quieres, claro.
—Ya sabes que los niños no son un problema para mí—acaricio su mano con mi pulgar y sonrío—. Además, echo de menos a Mia.
—Y ella a ti. Bueno, y yo también te echaba de menos.
Dejo que sus brazos me envuelvan mientras observamos el atardecer. Apoyo mi cabeza sobre su hombro y suspiro. Ojalá todo fuese tan fácil como este momento. Ojalá todo fuese tan simple como ver una puesta de sol en compañía de la persona a la que amas.
~
—¡Noa!—la vocecita de Mia me saca de mis pensamientos
Observo como corre hacia mí y me agacho para estrecharla entre mis brazos.
—Te he echado de menos, princesita.
—Y yo—sonríe y me da un beso—. ¿Dónde estabas?
—Aquí—sonrío—. Siempre he estado aquí.
No puedo evitar pellizcarle los mofletes mientras me habla de su cole nuevo y de las amigas que ha hecho. Cuando se fueron ya hablaba, pero no de una manera tan clara y rápida. Claro que entonces tenía tres años, ahora ya tiene cinco. Tiene el cabello larguísimo recogido en dos trenzas que, deduzco, no le ha hecho Antoine. Él observa la escena apoyando en su coche, mirando al interior del mismo constantemente. Mía me lleva hasta él de la mano.
—¿Estás contenta, princesse?
Antoine la alza en brazos y ella asiente.
—Pues claro, papá. ¿Cómo voy a estar triste?
No puedo evitar reír ante su desparpajo. Ella sonríe y alza las manos para decir algo, pero dejo de prestar atención cuando una cabeza rubia asoma por la ventana. Es Amaro. La última vez que lo vi tenía meses y estaba empezando a reírse. Ahora es un niño rubio e igual a Antoine. Claro que él no se acuerda de mí, y va a ser como empezar de cero. Como hice con Mia en su día. Antoine lo mira expectante, y después me mira a mí. El pequeño balbucea algo y su padre le abre la puerta. Se baja del coche y me mira desde abajo, con una carita curiosa que me derrite el alma. Me agacho para quedar a su altura y le dedico una sonrisa.
—Hola, me llamo Noa.
Él se señala.
—Amaro.
No puedo evitar soltar una pequeña carcajada al ver su rostro concentrado al paladear su nombre. El pequeño no para de observarme. De repente se gira hacia su padre y se esconde tras sus piernas. Mía hizo exactamente lo mismo la primera vez que la vi. Miro a Antoine y él se ríe.
—No te escondas, Amaro—Mía le pide a su padre que la baje al suelo y coge a su hermano de la mano—. Es una amiga de papi, y es buena.
El pequeño no parece convencido hasta que su hermana me pide que le de un abrazo y obedezco. Amaro me mira con desconfianza, pero termina por asentir.
—Es buena.
Alza los brazos hacia su padre, que parece respirar aliviado, y este lo coge. Me dedica una pequeña sonrisa.
—Has pasado la prueba de fuego. Amaro es duro de roer al principio, pero si te ve con buenos ojos enseguida se abre.
—¿Puedes pintarme las uñas cuando lleguemos a casa?—Mía me mira con ilusión
—Princesse, Noa...
—Claro. He perdido un poco de práctica, pero seguro que lo conseguimos—le guiño un ojo a Mía y esta se sube al coche feliz
Antoine coloca a Amaro en su silla y cierra la puerta.
—Creía que ibas a irte a tu casa—murmura sonriendo—. Quiero decir, me gusta que hayas decidido venir con nosotros.
—Quiero pasar un rato más con ellos. Además, no sería la primera vez que me quedo allí.
La sonrisa de Antoine se ensancha y hace amago de acercarse para besarme, pero retiene sus impulsos y me da un beso en los nudillos.
—Pues vámonos. Alba estará a punto de despertarse para el biberón.
Me subo en el asiento del copiloto y escucho a Mia canturrear algo mientras Amaro trata de seguir a su hermana. No puedo evitar sonreír. Podría haberlos visto crecer si no hubiese sido tan cabezota.
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All these years [Antoine Griezmann]
Fanfiction'Cause after all these years I still feel everything when you are near And it was just a quick "hello" and you had to go And you probably will never know You're still the one I'm after all these years Basada en la canción de Camila Cabello del mismo...