Epílogo

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1 año después

—¿Estás lista?—Antoine se acerca a mí mientras termina de ponerse el reloj que le regalé por Navidad

—Creo que sí—reviso el interior de mi bolso para asegurarme de que no me dejo nada—. ¿Y tú?

—Preparadísimo—me da un beso corto en los labios y entrelaza nuestros dedos

—¿Has llamado a los niños?

—Sí, mientras te duchabas. Han preguntado por ti.

Esbozo una pequeña sonrisa. Irnos de vacaciones sin ellos ha sido complicado, pero cuando vuelvan a casa de Antoine nos iremos los cinco a algún otro lugar del mundo. Este viaje, en cambio, es para nosotros dos, para mimar un poco nuestra relación. Hemos vuelto al mismo lugar al que viajamos juntos por primera vez, en el mismo hotel, la misma habitación, pero mucho más maduros y sin prisas. Con ganas de comernos el viaje, y a nosotros mismos. Esta noche salimos a cenar por la playa, para celebrar el aniversario de nuestra vuelta como pareja. El paseo hasta la mesa que Antoine ha reservado es apacible. Vamos en silencio, de la mano, disfrutando de nuestra compañía. El lugar resulta ser de ensueño. La mesa, rodeada de velas y pétalos de rosa, parece sacada de película.

—Señorita...—el francés echa hacia atrás una de las sillas para que me siente

—Todo un caballero—murmuro ocupando el asiento

—Para ti, siempre.

Cenamos charlando de cosas variadas, sobre la próxima temporada y su deseo de quedarse en el Atlético, sobre mi padre y su nueva pareja, sobre sus hijos y lo mucho que están creciendo.

—¿Te puedo hacer una pregunta?

—No hace falta que me pidas permiso—sonríe y me besa los nudillos—. Dispara.

—¿Has pensado en... tener más hijos?

Se frota la barbilla con la mano que tiene libre.

—Es algo a lo que llevo dándole vueltas un tiempo. Desde que volvimos juntos. Quiero decir, sé que tú siempre has querido tener hijos, así que sí que he tenido que planteármelo. Nunca te haría renunciar a tu deseo de ser madre. Pero... También tengo que reconocer que ya tengo tres, y que tengo que pensar también en ellos—asiento con la cabeza—. Me encantaría tener un hijo contigo, pero no ahora mismo, Alba todavía es muy pequeña. ¿Pero dentro de un par de años? Firmo encantado.

Esbozo una pequeña sonrisa.

—No hace falta que lo tengamos si no quieres, Antoine. No pienso forzarte a buscar un bebé que no deseas. Puedo adaptarme a esto. Me gusta nuestra vida así, y adoro a tus hijos. Me encantaría tener un bebé contigo, pero... Tiene que ser algo que queramos los dos.

—Tener un hijo contigo sería un regalo, mon amour. Si puedes esperar un par de años, buscaremos a ese niño con ganas—se inclina hacia mí para besarme

—Por ti esperaría toda la vida, campeón del mundo.

Volvemos a besarnos. Los camareros retiran los platos y nos levantamos para acurrucarnos en un columpio situado cerca de donde estamos. El asiento es mullido, como si fuese un sillón. Antoine me rodea con sus brazos y yo me dejo mecer mientras escuchamos el sonido de las olas rompiendo contra las rocas. Cierro los ojos unos instantes, disfrutando de la cercanía de su cuerpo y del lugar paradisíaco en el que nos encontramos. De fondo suena una melodía de violín que me hace relajarme. Noto que el cuerpo de Antoine se tensa.

—¿Qué te pasa, campeón del mundo?—cuestiono acariciando su pecho

—Nada.

—Te acabas de tensar.

—Estoy un poco nervioso.

—¿Nervioso?—arrugo la nariz y me incorporo—Antoine, ¿qué me ocultas?

Se pasa la mano por el pelo. Ahora lo tiene corto, pero no rapado, justo en el punto en que me gusta. Le acaricio el rostro.

—¿Mi amor?—cuestiono y lo hago mirarme

—No pensé que fuera a estar tan nervioso llegado el momento—aparta mi mano con delicadeza y la besa, me coge las dos—. Creo que hace un año los dos dejamos claro que esta segunda oportunidad era la definitiva. Prometiste que irías a cualquier lugar conmigo y yo me juré que nunca me iría de tu lado. Completaste mi vida cuando nos conocimos en 2018 y la volviste a completar cuando me dejaste volver a la tuya. Yo... No soy un experto en palabras, pero hay demasiadas cosas que quiero decirte. Lo que más me gusta de ti es la sinceridad que te caracteriza, porque ya desde el primer día me dejaste claras tus intenciones. Me encanta cómo miras y cuidas a mis hijos, lo cariñosa que eres con ellos, que los quieras como si fuesen tuyos. Desde el primer momento llamaste mi atención, todos mis sentidos se vieron cautivados por tu presencia. Eres como un imán para mí, mon amour. Te quiero, quiero cada pedacito de ti, incluso tu mal humor por las mañanas. Quiero todo contigo. Hoy, mañana y todos los días de mi vida. Cuando nos separamos... Aquella noche fuimos dos auténticos cabezotas. Fue, sin duda, la peor noche de mi vida. Pero tuve claro, incluso con toda la rabia que sentía consumiéndome, que iba a volver a ti. Porque tú y yo estamos hechos el uno para el otro. Y por eso hoy, aquí, en un lugar tan especial para nosotros, recupero aquello que compré para ti y que nunca tuve el valor de tirar porque sabía que, algún día, volvería a tener la oportunidad de formularte esta pregunta—suelta mis manos, las cuales me llevo al rostro para limpiarme las lágrimas mientras saca algo de su bolsillo, una cajita negra, se arrodilla delante de mí—. ¿Me harías el hombre más feliz del planeta y te casarías conmigo?

Rompo a llorar de la emoción al verlo delante de mí, con el anillo, tal y como me lo había imaginado un millón de veces. Sin poder articular ni una sola palabra porque no me sale la voz, asiento con la cabeza. Asiento un montón de veces hasta que su sonrisa se vuelve todavía más amplia y me coloca el anillo. Después me abraza, me levanta entre sus brazos y me hace girar mientras llena mi rostro de pequeños besos.

Je t'aime—murmura sobre mis labios mientras me mira a los ojos—. Gracias por reconstruirme, mon amour.

—Yo también te amo—lo beso cortamente—. Gracias por ser tú, campeón del mundo. Incluso después de todos estos años siempre serás tú.


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Y hasta aquí All these years. Estoy feliz con el trabajo que he realizado con esta historia. Pese a que tal vez me ha quedado algo corta, creo que ha sido emocionalmente muy intensa, una buena historia para traer a Griezmann de vuelta a esta cuenta. Espero que os haya gustado y que el final os haya parecido digno del trabajo que vengo haciendo estos meses. Me da algo de pena ponerle punto y final, pero creo que es el momento propenso para hacerlo, ya que la evolución de los personajes ya estaba cerrada. Volver a escribir sobre Griezmann me ha traído muy buenos recuerdos y estoy deseando traeros más contenido sobre él (sin olvidarnos de nuestro querido Llorente, no lo dejamos de lado, pobrecito), así que estar atentxs a mi perfil porque en breves traeré adelantos y novedades de nuevas ideas que tengo en mente. También os invito a pasaros por el resto de mis novelas, ya sean las de Antoine o las de Marcos, mientras no traiga las novedades. Me gustaría saber qué os ha parecido esta historia, qué sentimientos os ha traído de vuelta y cuál ha sido vuestra parte favorita. El campeón del mundo volverá pronto con una nueva historia, mientras tanto, os leo por comentarios y en mi perfil.

Os quiero! <3

All these years [Antoine Griezmann]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora