CAPÍTULO OO4 ────── DESPUÉS DE TODOS ÉSTOS AÑOS ¡!
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ACTUALIDAD, BOMBAY
ARSYN MIRÓ A EL GRUPO de bailarines de Kingo sin saber qué sentir, estaba entre impactada, horrorizada y un poco enamorada de la chica que cantaba.
Realmente estaba confundida, ¿no la película que grababan era de superhéroes? ¿por qué cantaba? ¿se había perdido de tanto mientras estaba concentrada en su trabajo?
Le sonrió incómoda a un bailarín que la miraba mientras hacía caras raras que probablemente él consideraba seductoras y Arsyn sólo pensaba en si estaba sufriendo un derrame cerebral.
—Bienvenidos —escucharon la voz de un hombre mayor a su lado—. Yo soy Karun, el asistente de Kingo —se presentó y Sersi, Arsyn, Sprite e Ikaris se miraron entre sí—. Es un honor estar en presencia de los grandes eternos —admitió con una sonrisa y ellos lo miraron confundido.
—¡Aaaahhh! —el gritó agudo de Kingo se escuchó por todo el set, haciendo que voltearan en su direccion—. ¡Son mis amigos de la universidad! —comentó emocionado como si tuviera que aclararles a los demás quiénes eran—. ¡Hooola jefe! —se acercó a abrazar a Ikaris hablando en el mismo tono y la castaña comenzó a pensar que se había tragado al pájaro loco—. ¡Justo a tiempo! —se separó de el otro eterno y los miró a todos—. Bienvenidos al set de la Leyenda de Ikaris —les dijo con una enorme sonrisa y Arsyn alzó las cejas sorprendida—. ¡Yo te interpreto! —le comentó emocionado al hombre—. ¿Te gusta el vestuario, jefe?
—Tenemos que hablar —lo interrumpió rápidamente Ikaris, pero él lo ignoró.
—Dile al director que tengo unas notas para él —le informó el moreno a su asistente.
—Esto tiene que ser en privado —Sprite adivirtió.
—Ah, ¿Karun? —preguntó dándose cuenta de a qué se refería la pelirroja—. Lleva conmigo como cincuenta años. Confío completamente en él —le restó importancia—. De hecho cuando nos conocimos creyó que era un vampiro y trató de empalarme el corazón —contó riendo.
—Ya le pedí perdón muchísimas veces —respondió el humano risueño.
—No he quedado satisfecho, pero ya casi, yo te aviso —le dijo y Arsyn suspiró cansada, odiando el hecho de que Kingo hablara tanto—. Oh, no, aún no me arreglo para la otra escena. Acompañenme, hablaremos acá —murmuró—. Les encantará lo que sigue, estoy pendiendo de un cable porque no puedo volar —explicó emocionado, y aunque la castaña odiara que no los dejara hablar, le alegró verlo tan feliz y apasionado por su trabajo—. Esperen, ¿están reuniendo al equipo? —preguntó por fin dándose cuenta.
