Disfrutaba el calor que me brindaba los pequeños rayos de sol que se filtraban entre las ramas de los árboles y la leve brisa con olor a lavanda que acariciaba mis mejillas con dulzura.
Tara estaba tranquila y un poco ansiosa. Ya había pasado una semana desde mi transformación y una semana de no ver a Owen.Lía me conto que tenían que arreglar algunos problemas en una de las fronteras y que pronto regresarían.
Si una semana es pronto para ellos, no quiero saber cuánto es mucho.Me recosté en el pasto y cerré los ojos mientras los pájaros cantaban y revoloteaban a mi alrededor. Cerré el libro que lía me dió - te ayudará a comprender los cambios que tendrá tu cuerpo en los siguientes meses- dijo y eso fue todo. Era un libro viejo de pasta dura maltratada, hojas amarillentas casi llegando al marrón y una luna llena en la primera pagina. Y estoy más que agradecida ya que si hubiera tratado de explicarme cómo mi abuela realmente moriría de vergüenza.
Después de que llegara a mi habitación y soltará la típica historia de " la abejita y la flor" decidí que no quería escuchar esa charla.
Mi momento de relajación termino al sentir un pequeño jalón que me hizo grita. Me levanté de un saltó y investigue el lugar, pero no había absolutamente nada. Me había alejado un poco del castillo y me adentre en el bosque -Nadie que no sea de nuestra manada puede atravesar la fronteras- recordé lo que apolo me había dicho.
De nuevo un jalón, pero este lo sentí mejor. Era como si estuviera conectado con mi corazón y entrañas. Era el lazo que nos unía a mi y a mi mate. A Owen.
Acaricie el lazo con mimo esperando a que eso lo calmara pero este me respondió con un jalón nervioso y expectante.Me tense un poco mientras Tara soltó.
Nil nos está llamando.
--crees que estén heridos? Puedes sentirlos?
Un enorme miedo se acumulo en mi pecho.
Sigue el lazo, Sam.
Y así lo hice. Seguí el lazo atravesado una gran cantidad de terreno en cuestión de minutos. Aún cargaba conmigo mi inhalador aunque sabía que yo ya no lo necesitaba y que solo era un pequeño peso extra, pero me negaba a dejarlo, nunca olvidaría aquellas ocasiones y lo que sentía al no tenerlo cerca en un ataque de asma.
Un olor. Un olor diferente me golpeó con fuerza y este era como a... vainilla, canela, y... -olfatee un poco más maravillada por el aroma- había un olor extraño. Un olor que no podía identificar.
Y este último me pareció hipnotizante.
Mío
Soltó Tara y yo me reí al ver que Owen no era el único territorio de la manada.
Un tirón exigente me tomo por sorpresa. Di un saltito mientras cubría mi boca para no gritar.
Me adentre en el bosque mientras que mi vestido se enredaba en ramas de los arbustos y mis zapatos se hundían en el fango. Un escalofrío recorrió mi columna vertebral de un momento a otro, mi piel se erizo al instante y casi salía de mis labios un gemido. Esta vez recibí una caricia dulce y amable de parte del lazo.
Sonreí.
--Sal de tu escondite Owen -Rei- Vamos a casa.
moví mi cabeza en dirección del castillo. Y tan pronto como lo hice el olor desapareció y el lazo se volvió tan callado que solo pude sentir una pizca de tristeza en el para después desaparecer por completo.
Después de casi una hora tratando de encontrar a Owen en el bosque decidí irme. No tenia idea de que le había pasado, pero cuando lo tuviera en frente le preguntaría y tal vez lo golpearía.
Al regresar al lugar donde me encontraba, busco el libro que lía me dio, pero no logre encontrarlo por ninguna parte. Tal vez Owen se lo a llevado para chantajearme mas tarde. Típico de el.
Regrese al Castillo y ninguna señal de el por ninguna parte.
***
Me despierto de golpe sudando y jadeando entre las sábanas revueltas.
Había tenido un sueño... Un sueño extraño. Este sueño se había sentido tan real podría jurar que alguien realmente me toco y acaricio. Que alguien realmente me... beso.
Acaricie mi cuello justo cuando una tenue brisa proveniente del balcón rozo mi piel. -Mire extrañada las cortinas ondearse. No recordaba haber dejado abierta la puerta de este abierta- Solté un suspiro pesado y me lévate de la cama de un salto para cerrarla, pero me detuve al instante, cuando mis pies se hundieron en la alfombra y algo me escurría de entre las piernas.
Me sonroje de inmediato al saber que este era producto de mi sueño y excitación.
uno, dos, tres golpes en la puerta de mi habitación y después unos ojos color sangre se hicieron presentes frente a mi.
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Gran Lobo Feroz
WerewolfSamara Zimmerman es una joven estudiante de fotografía. Junto a sus amigos Baco y Aelèn se dedican a la búsqueda de la fotografía perfecta en uno de los pueblos más misterioso y mágicos. Al llegar Samara es sorprendida al escuchar un relato de un v...