Gran Lobo Feroz

Capitulo 40

El carruaje era muy cómodo y grande, pero no tan grande para evitar el roce entre la pierna de Rixon y la mía cuando el carruaje se movía bruscamente al pasar sobre alguna piedra o rama que se encontraba en el camino.
Miraba por el rabillo del ojo a Rixon cuando esto pasaba, pero al mirar la expresión de su rostro parecia no molestarle en lo absoluto y hasta llego a pasar por mi cabeza de que el buscaba ese contacto, ya que en algunas ocasiones el movimiento del carruaje era mínimo y el casi, casi se encontraba sobre mi, aunque eso era completamente imposible.
¿Por que buscaría mi contacto?

Recargue mi rostro sobre la ventana del carruaje, el cristal helado de esta hizo que mi mejilla doliese, pero lo ignore mientras miraba a través de ella embriagándome de los hermosos paisajes nevados por los que estábamos atravesando.
Danika sentada frente a mí hacia lo mismo mientras acariciaba el pelaje anaranjado de catal que se encontraba dormido en su regazo.

También viajaba con nosotros Biel que desde que habíamos salido del palacio tenía un gesto de incomodidad pura al mirar hacia Rixon. Pero además de eso se estaba comportando de una manera tan extraña a tal punto de evitar cruzar miradas conmigo o cualquier roce hacia mi persona. Danika también lo había notado, pero al estar en el mismo espacio que ellos no podíamos compartir nuestros pensamientos.

Había perdido la cuenta de cuantas horas llevábamos viajando hasta que Nando el guardia que iba conduciendo el carruaje hablo por primera vez desde hace mucho tiempo.

--Estamos a escasos metros de llegar su alteza.

Danika y yo volvimos a mirar por la ventana. Yo no pude distinguir nada hasta que nos asercamos unos cuantos metros más. Frente a nosotros se encontraba una arquitectura de lo mas hermosa y única que hubiera visto antes. Esta se encontraba camuflada entre la vegetación del bosque.

***

Cuando el carruaje por fin paro, Biel bajo de carruaje para después hacerlo Rixon.

Danika me miró con ojos temerosos y con catal aun en brazos yo simplemente asenti y ella comenzó a descender.

Coloque la capa qué mi abuela me había dado la noche en que toda esta locura comenzó. Abrace la suave tela contra mi pecho justo donde se encontraba mi corazón. Mordí mi labio inferior tratando de no llorar ante su recuerdo. Cuanto no daría por tan solo verla una última vez o escuchar su dulce voz. Y no pude evitar preguntarme que opinaría ella de Rixon?

Un pensamiento más íntimo y más temeroso se asomo de las profundidades de mi ser. Trate de detenerlo, pero una parte de mi estaba cansada, muy cansada de retenerlos y simplemente dejo que fluyeran...
Que pensaría ella de Rixon y yo en términos amorosos?

Disipe ese pensamiento de inmediato. No era el primero que me había planteado en el camino hasta acá, ni el primero en mi estadía en la manada del rey de los lobos, así que tenía que parar de pensar en ellos, de pensar en Rixon. Pero era tan malditamente imposible con cada rose de su persona a la mía, de su comentarios estúpidos y de la forma que me hace sentir con solo estar el presente.

Solté un suspiro cansado, tenía que alejarme lo más pronto que fuera de el, después de toda esta locura de las cortes y después de que Aelen y Baco fueran liberados. Tenía que alejarme lo más pronto posible de Rixon, porque si no lo hiciera probablemente jamás quisiera irme, probablemente me sentiría seducida del desastre total que es el rey de los lobos y porque probablemente tarde o temprano tendria qué admitir lo que Rixon ya sospechaba y yo no quería admitir... que me estoy enamorando de el.

Al bajar del carruaje la suave brisa me acarició el cabello y me beso la mejilla como si me estuviera dando la bienvenida.

--Su alteza - Un hombre hizo una reverencia profunda dedicada a Rixon. - Es un gran honor contar con su presencia