Capitulo 35

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La regla había desaparecido ayer por la tarde y el dolor se había ido junto con ella. Gracias a la diosa Luna.
No aguantaría un día más con esos horribles dolores en el vientre bajo.

Mire el montón de papeles que se habían aglomerado en una pila en mi escritorio al otro extremo de mi habitación. - Solten un suspiro mientras masajeaba mi sien - Los días que me mantuvieron cautiva los cólicos dentro de mi habitación, Rixon se había encargado de mantenerme informada de todo lo que pasaba, ya que leri siempre traía consigo un par de papeles y una tasa de té de mansanilla y canela.

Me levante de la cama y caminé directo al montón de papeles. Tomé unos cuantos y comencé a leerlos, pero nada tenía sentidos.
Ninfas, Faunos, Hadas, Lobos, Vampiros y Elfos. Seis reinos.

Parpadie varias veces. ¿A caso Rixon trataba de burlarse de mi?

Mis pies se hundieron en la alfombra mientras me dirigía a la puerta con aquellos papeles conmigo. Tenía que buscar respuesta a todo esto. Abrí la puerta y comencé a caminar por el corredor en busca de Rixon o en su defecto leri o biel.

Hadas - Repetí en mi mente. - ¿Será posible que... ? - Me detuve al instante en uno de los pasillos cuando un pensamiento me golpeó - ... si los hombres lobo existían la idea de que estas otras creaturas existan no era tan descabellada.

Sentí como toda la sangre de mi cuerpo se helaba de tan solo pensar en aquello.

-- Ya somos dignos de contar con tu presencia? - soltó Rixon con diversión mientras caminaba hacia mi con zancada largas y elegantes -

Al mirarlo, sus ojos emanaron un brillo como si de dos diamantes a la luz del sol se trtaran.
No importaba las veces que hubiera visto aquel brillo antes, siempre terminaba cautibada por el una y otra vez.

--Que recuerde - conteste bromeando- tu nunca has sido digno.

Rixon sonrió y sus colmillo como dos dagas afiladas y listas para cortar se asomaron en su boca. Siguió caminado a mi dirección con las manos en los bolsillos de sus pantalones.

Estaba apuntó de llegar hasta mi, pero este no disminuyó la velocidad. Lo mire extrañada mientras retrocedía uno, dos, tres pasos hasta que algo sólido y extenso me lo impidió.

Rixon llegó tan rápido hasta mí que sólo pude ver sus manos en la pared a lado de mi cabeza. - Trage saliva nerviosa- sus ojos eran aún más hermoso de cerca. Espere a que su olor me golpeara al igual que su aliento en mis labios, pero por más que espere nunca llego.

--Entonces dime... Que puedo hacer para ganar tu favor? .

Soltó Rixon tan cerca de mi que podía escuchas su corazón latir en su pecho.

Tenía que terminar con este momentos, si alguien nos veía así pensarían que nos estábamos besando.

Coloque la palma de mi mano es su pecho duro y cálido y lo empuje con fuerza, pero Rixon no se alejo ni un milímetro de mi. Es mas, mi acción solo lo hizo soltar una risita dejando a la vista eso colmillos más que amenazantes. - en mi mente se formuló una pregunta tan vergonzosa que me hizo sonrojar en cuestión de segundos - ¿Que se sentiría si esos colmillos rozaran mi cuello o ...? - negué en mis adentros y apreté los muslos sin pensar, justo en el momento en que tara se estremeció en mi interior. ¿Porque pensaba esas cosas?

--Lo que debes de hacer es dejar de comporte como un idiota. - Solté y lo empuje con más fuerza-

Rixon sonrió.

--Pero mira que bonita te ves sonrojada - soltó haciéndose a un lado y tirando de mi mejilla levemente -

Tara soltó un pequeño gruñido al sentir el tacto de Rixon en mi mejilla. Pero ese pequeño gruñido no era de molestia y eso me sorprendió.

Gran Lobo FerozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora