Capítulo 10: Catorce

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"Hey," Kyungsoo no pudo evitar el movimiento sorprendido de sus cejas cuando escuchó el inconfundible sonido de pies arrastrándose contra el piso y miró hacia arriba para ver a su hija caminando hacia la encimera de la cocina. "Te levantaste temprano hoy."

"Tarea," se quejó Jia, su voz contenía un poco de aspereza después de despertarse, a pesar de ser tan dulce como la miel. El sueño todavía no había abandonado sus ojos, mientras se los frotaba con cansancio, antes de dejarse caer en la silla vacía frente a él. "Tengo que terminar todo antes de ir al estudio más tarde hoy."

"¿Hoy es la última práctica antes del recital?"

Jia asintió con un bostezo profundo. Kyungsoo tuvo que luchar contra la sonrisa que tiró de sus labios. Siempre estaba orgulloso de ver a su bebé trabajando tan duro en su arte, bailando con el corazón en ese escenario. Tenía talento y disciplina, los ingredientes perfectos para crear genio. En la humilde opinión de Kyungsoo, al menos. Solo tenía catorce años, todavía le quedaba un largo camino por recorrer. Pero considerando su corta edad, él estaba muy orgulloso de todo lo que ella había logrado con esfuerzo.

No era fácil ingresar a las academias de ballet más prestigiosas. Ni siquiera cuando tu padre era Kim Jongin. Sin embargo, eso ni siquiera había importado en el caso de Jia. Se las había arreglado para hacerlo todo ella sola.

"Está bien," asintió Kyungsoo. "¿Desayuno?"

"Por favor," Jia reprimió otro bostezo, y Kyungsoo sintió la necesidad de extender la mano y acariciar su cabeza, y luego empujarla hacia el más fuerte de todos los abrazos. Pero ahora era mayor. A ella realmente ya no le gustaba. Atrás quedó la niña que lo atacaba por detrás con sus abrazos espontáneos, desapareció la niña que se reía cada vez que él se inclinaba para acribillarla con besitos y hacerle cosquillas.

Ella estaba lista ahora. Era una bailarina Una pequeña bailarina exhausta, dividida entre pasar la mitad de sus días en la escuela y la otra mitad en la escuela de ballet. Fue demasiado de lidiar para una niña pequeña, pero lo había hecho bien hasta ahora.

"¿También puedes prepararme un café con leche, como a papá?"

"¿Latte?" La ceja de Kyungsoo se arqueó en su frente. Le dio una mirada por encima del hombro, apartando momentáneamente la mirada del cereal que estaba obteniendo de los estantes. "¿Desde cuándo bebes latte?"

"Desde que necesito escribir un informe de diez páginas sobre un dictador tonto que murió hace 200 años."

Los labios de Kyungsoo se movieron de nuevo. No sabía si reír o llorar. Se conformó con girar al tazón de cereal y fruncir el ceño rápidamente.

Estaba bien, pero estaba cansada. Todo eso era demasiado trabajo para una chica de catorce años. No es como si la hubieran obligado a hacerlo, insistía en hacerlo ella misma. Y si ese era el caso, no podían detenerla. Ella los odiaría, si se metían.

Exhaló, con los ojos yendo hacia el calendario. Las vacaciones de verano no podían llegar más rápido. Jia necesitaba el descanso, tanto como él.

"Bien," se rindió. "Pero no te acostumbres."

"¿Qué? ¿Beber café o que lo preparas para mí?"

"Es demasiado pronto para ser así de insolente," se dio la vuelta, deslizando el tazón de cereal en el counter de mármol hacia su pequeña. Ella solo le dio una pequeña sonrisa, a lo que él entrecerró los ojos en broma.

"¿Dónde está papa?"

"Todavía durmiendo," Kyungsoo se sentó frente a Jia. La vio verter leche sobre el cereal, antes de tomar la cuchara. Su cabello generalmente liso recogido en una cola de caballo apretada o moño estaba suelto, desordenado por dormir. Se veía tan linda con los ojos muy abiertos por la sorpresa mientras miraba la hora en su teléfono. "Te lo dije. Te levantaste temprano."

The Devil Raises Hell - KS (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora