Capítulo 2: Cero

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Una vez que se firmaron todos los documentos y se ultimó todo, tuvieron permitido a salir del hospital dos días después del nacimiento de la bebé.

Había sido la cosa más salvaje y aterradora del mundo.

Kyungsoo sosteniendo a la bebé Jia en sus brazos, un pequeño bulto de felicidad, tan pequeño en sus brazos, mientras se dirigían de regreso a casa. Los tres.

"Bienvenida a casa, pequeña," era Jongin quien todavía sonaba conmocionado incluso después de dos días, mientras mantenía la puerta abierta de par en par. Sus ojos estaban llenos de amor cuando dejó que Kyungsoo entrara delante, una mano naturalmente cayendo a la cintura mientras se movía detrás de él, mirando por encima del hombro a la carita que miraba a través de la manta.

Los ojos de Jia estaban vidriosos, pequeñas cosas bonitas, todavía incapaces de enfocarse en nada. Su pequeña boca estaba tirando hacia atrás de vez en cuando, la pequeña cabeza se movía y los pequeños brazos y piernas se retorcían en su agarre. Cada movimiento hacía que el corazón de Kyungsoo diera un vuelco, temiendo que estaba haciendo algo mal incluso si todo lo que estaba haciendo era abrazarla fuerte.

Su corazón dio un vuelco cuando Jongin se acercó y le besó la cabeza en el costado, justo por encima de la ceja. Su mano estaba firmemente envuelta alrededor de su hombro, antes de dejar caer las bolsas y las llaves en el sofá, moviendo el brazo hacia arriba para poder trazar suavemente el dorso de su dedo sobre la mejilla regordeta de su pequeña.

Su diminuta boquita se movió en el bostezo más adorable que Kyungsoo había visto en su vida, una visión que tiró de todas las fibras de su corazón, antes de que sus párpados se agitaran. Kyungsoo casi arrulló en voz alta ante la vista, meciéndola suavemente de un lado a otro al mismo tiempo que Jongin se acercó aún más a él, su brazo se movió para rodear su cintura y abrazarlo con más fuerza.

"La enfermera dijo que le dieron de comer antes de que nos fuéramos," dijo Jongin, casi en un susurro. Como si temiera que ser ruidoso pudiera asustar a su pequeña niña. "Debería dormir ahora."

"Bien," gruñó Kyungsoo, absolutamente odiando el hecho de que tuviera que dejar ir a su angelito.

Caminaron juntos hasta la habitación de la bebé y Jongin encendió el interruptor. El amarillo cálido de la habitación de la bebé estaba iluminado por las luces suaves, junto con las proyecciones de estrellas y osos en el techo del pequeño proyector de luz para bebés.

Kyungsoo contuvo la respiración mientras bajaba el pequeño bulto en sus brazos a la cuna.

Jia ya estaba medio dormida cuando se recostó en la cama, los párpados ahora cerrados, pero los pequeños dedos todavía se movían de vez en cuando. El pañal era demasiado grande en su cuerpecito, la hacía parecer una pequeña rana con su overol verde menta.

Kyungsoo se mordió el labio inferior para no dejar escapar el feliz sollozo, pero los brazos de Jongin lo envolvieron con fuerza, manteniéndolo con los pies en la tierra.

"Duerme bien, ángel," susurró en voz baja, moviéndose para colocar la manta alrededor de Jia con cuidado.

Los dedos de Jongin volvieron a apretar sus costados, brevemente, antes de soltarlo e ir hacia un lado de la habitación. Kyungsoo apartó los ojos de Jia por un par de segundos, solo para ver que Jongin estaba arrastrando las dos sillas puff que habían colocado en la esquina de la habitación de la bebé más cerca de la cuna.

Kyungsoo sonrió cuando Jongin lo descendió, colocándolo sobre sí mismo para que pudiera descansar su cabeza en el hombro de Jongin y apoyar la palma de su mano en su muslo.

"Estamos en casa ahora," susurró Jongin, y sus dedos apretaron los hombros de Kyungsoo, abrazándolo con fuerza. Un beso aterrizó en su cabello, y los labios de Kyungsoo formaron una sonrisa.

The Devil Raises Hell - KS (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora