The Devil Raises Hell - KS (Traducción)

Capítulo 7: Ocho

Los gemidos de Jongin se amortiguaban en su piel, el contacto de esos labios suaves con su pecho caliente hacía que su cuerpo temblara mientras se movían juntos.

Los párpados de Kyungsoo se agitaron cuando descendió sobre Jongin, moviendo sus caderas con un propósito, su miembro moviéndose a lo largo del de Jongin y creando fricción para ambos. Las manos de Jongin se estaban volviendo más atrevidas ahora, explorando su cuerpo con más urgencia. Kyungsoo solo suspiró ante la reconfortante sensación de los suaves dedos de su marido deslizándose sobre su piel, enterrándose en su cuerpo y sosteniéndolo más cerca.

La habitación se llenó de susurros y suspiros. Jongin susurraba cosas dulces, Kyungsoo cedía ante la dulce sensación de la calidez de su marido rodeándolo bajo la manta ligera.

Gritó cuando las manos de Jongin alcanzaron su trasero. Sus dedos se clavaron en la piel y Kyungsoo soltó una risita mientras caía sobre sus codos, atrapando la cabeza de Jongin entre sus brazos. Su esposo solo sonrió antes de levantar la cabeza para conectar sus labios. Jongin se tragó todos los sonidos que salían de la garganta de Kyungsoo cuando se movió de nuevo, sus miembros frotándose entre sí.

"Vamos," Kyungsoo instó con entusiasmo, presionando contra la entrepierna de Jongin. Solo para aclarar su punto.

La sonrisa de Jongin fue nada menos que malvada.

"Ansioso, ¿huh?"

Kyungsoo estaba a punto de responder, pero las palabras se atascaron en su garganta cuando los dedos de Jongin separaron sus nalgas, un dedo deslizándose sobre su estrecha entrada, haciéndole cosquillas. Decidió callarse, porque sabía que Jongin siempre le daba lo que quería, lo que necesitaba. Además, ¿cuándo fue la última vez que pudo disfrutar de un momento íntimo con el amor de su vida? Si pudiera alargar este momento y hacerlo durar para siempre, lo haría.

Un aliento entrecortado se escapó de sus labios cuando el dedo de Jongin comenzó a masajear la piel sensible alrededor de su entrada. Prácticamente podía sentir su interior gritando por Jongin – un fuego tan eterno ardiendo dentro de él que temía que realmente se quemara.

Se lanzó para besar a Jongin de nuevo. Los labios de su esposo eran dulces. Jongin siempre sabía qué hacer. Cuando su dedo presionó contra el borde, se mordió el labio inferior. Cuando rodeó su entrada y abrió más las piernas, mordió. La mente de Kyungsoo ya estaba en espiral, y ni siquiera habían comenzado todavía.

"¿Papá?"

Y así, el momento terminó.

Se estrelló. Se quemó. Se evaporó. Absoluta y jodidamente se destrozó, junto con el corazón de Kyungsoo y lo rápido que se puso de pie ante el sonido de la pequeña voz que venía de la esquina de la habitación.

No supo quién fue más rápido: él alejándose de Jongin o Jongin alejándose de él. Vio el pánico destellar a través de los ojos de su esposo por un mero momento, y su cerebro no pudo registrar nada más que la absoluta necesidad de alejarse de su esposo, de fingir que no había pasado nada. Sus dedos se clavaron en la manta, tirando de ella más arriba para cubrir su pecho.

Jisu estaba de pie junto a la puerta de su dormitorio. Estaba un poco entreabierta, la luz del pasillo se asomaba, permitiéndole lo suficiente para ver la carita de su niño. Jisu parecía tener sueño. Sus ojos estaban hinchados por el sueño y su pequeño puño frotaba su rostro.

El corazón de Kyungsoo dio un vuelco de nuevo. Sintió la vergüenza llenándolo hasta el límite. Vergüenza, arrepentimiento, tal vez incluso disgusto consigo mismo.

"¿Qué pasa, bebé?"

Kyungsoo todavía estaba tratando de recuperar el aliento y ordenar sus pensamientos revueltos. Seguía apretando la manta contra su pecho, con los ojos muy abiertos e incapaz de enfocarse en otra cosa que no fuera la carita confusa de su hijo. Ni siquiera se dio cuenta de lo tranquilo que sonó Jongin. Cuán firme fue su voz cuando hizo la pregunta.