Antes de empezar con el capítulo, quiero agradecer a todo el mundo que lee mi historia, vota y comenta, realmente me hacéis muy feliz.
Digo esto porque "Estudiantes de Intecarmbio" va a llegar a los 1.000 leídos y a los 100 votos.
Por eso que muchísimas gracias por aguantar mis idas de olla de forma escrita y por alegrarme la semana al leer mi cutre historia.
Os quiero <3 !
( Respecto a la foto de multimedia, me la hizo un compañero porque llevo una semana cantando: " Mi caaaarroooo, ¿¿donde está mi caaaaarrooo?? Que me lo han robaaaaado, anooooche, mientras dormiiiia" la puse porque me hizo gracia y creo que está bien reírse de uno mismo. xD)
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~Guillermo~
Espero de todo corazón que no todo el mundo sea como las chicas anteriores...A ver, que no lo despecho, pero... Bueno, ¡Qué más dá!
Me dispuse a sacar mi comida de la mochila, cuando sentí una presencia acercándose a mi mesa y sentándose a un lado de mi.
-Hola- me dijo, por su voz deduje que era un chico- Soy Raúl
-...- No contesté, ¿Acaso no ve que estoy comiendo?
- Vaya Don Juan, ¿eh? Las tienes locas ya el primer día.- me miró buscando una respuesta que nunca le di- ¿Cómo te llamas Don Juan?
- Guillermo, no me gusta que me llames Don Juan, así que te agradecería que pararas- le dije sonando más borde de lo que pretendía.
-Encantado, me caes bien, eres directo y no tienes pelos en la lengua, creo que nos llevaremos bien.
-Guay- le dije sin mirarle aún
- Hablar sin mirar a la cara es de mala educación, si vamos a ser amigos por lo menos quédate con mi cara, ¿no?
Fue cuando levanté la cara de mi almuerzo, era de mi altura, tenía el pelo castaño y los ojos marrones, también tenía un poco de barba que le aumentaba un par de años más, en una oreja llevaba un pendiente y me miraba curioso.
- ¿Te acosan las mujeres?
- El único que me está acosando ahora mismo eres tú.
- He preguntado las mujeres, no alguien, estúpido.
- En ese caso no. Es la primera vez que me pasa...
- Oh, entonces te pare- no pudo terminar la frase porque la campana empezó a sonar por todo el edificio, anunciando que debíamos volver al infierno y olvidarnos de la felicidad, al menos hasta llegar a casa.
- ¿Que clase te toca ahora?- me preguntó mientras se colocaba la mochila al hombro derecho.
- Si mo recuerdo mal, Biología...- le contesté recogiendo.
- Ala tío, yo ya pensaba que esto iba a ser como una novela juvenil y ahora nos tocaría juntos en la misma clase. Lo que pasa es que a mi me toca Educación Fisica, una pena, ¿nos vemos en el segundo descanso?
- Vale, ¿en dónde?
- Tu esperame enfrente de la cafetería, pero no dentro, ya sabes, donde la fuente.
-Okay, hasta luego- me despedí moviendo la mano en su dirección mientras entraba en la clase casi vacía, de no ser por dos chicos, que parecía que se quedaron en el almuerzo trabajando en una especie de disección.
Me senté lo más lejos de la mesa del profesor posible, si me despistaba, lo que menos quería es que el o la profesora me de la tabarra.
Después de dos horas casi interminables de clase, la campana anunció la luz después de la tormenta. Me dirigí hasta donde Raúl me había dicho que le esperara, justo al lado de la fuente.
