Capítulo 2: Mi vida

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Me llamo Guillermo Díaz, tengo 16 años y la vida resuelta, que aburrimiento, ¿verdad?

Mi padre es dueño de una de las empresas mas poderosas del país y mi abuela gana mucho por su jubilación, parte de ese dinero me lo dan a mi como excusa de no estar en casa cuidandome.

Yo no voy a la escuela... Si lo pienso fríamente creo que ni siquiera he puesto el pie en una...

Mi psicológico dice que esa es una de las muchas razones de mis cortes y mis depresiones.

Recuerdo que hace poco le pedí a mi padre me inscriba en una escuela pública, a lo que aun no he conseguido respuesta.

Me entristece pensar en que todas la conversaciones que tenemos acaban con un "lo siento, pero últimamente tengo mucho trabajo"

Me gustaría que mi padre se fijase al menos una vez en mi, ya sea para regañarme o para aplaudirme, no me gusta mi vida, pero tampoco la odio, soy alguien muy confuso y fácil de corromper, esa es una de las razones por las cuales nunca he tenido amigos.

Llamaron a mi puerta y me sobresalto, estaba tan concentrado en mis pensamientos que ni siquiera me había dado cuenta de que me llamaban.

- Adelante - dije desganado sin esforzarme en modelar mi tono de voz, total a nadie le importa si estoy triste o feliz.

- ¿Joven?- llamo tímidamente una de las criadas de la casa - a su padre le gustaría hablar con usted sobre algo.

- Ah, vale ya voy - la desgana me ganaba, pero si no bajaba iba a ser mucho peor...

Mi habitación esta en el tercer piso de nuestro chalet y el despacho de mi padre esta en el segundo piso solo tengo que bajar las escaleras y llegar a la tercera puerta, la que tiene una cabeza de un ciervo colgada a un lado. Las paredes de la casa están pintadas de colores oscuros y apagados, con vinilos rojizos con detalles de flores granates. De vez en cuando hay algún que otro cuadro por las paredes, pero sigo pensando que a mi padre se le olvidó el gusto en la Edad Media.

Llegue a la puerta y sentí un escalofrío, muy pocas veces mi padre me llama y cuando lo hace es por algo de vital importancia. Acerqué mi mano a la dorada manilla de la puerta y la bajé, sintiendo el frío del metal contra  mis manos.

Él estaba sentado en su imponente silla detrás de su enorme mesa y rodeado de montañas de papeles, todos escritos a ordenador.

-H-hola - dije para que se diera cuenta de que estaba allí

- Ah, Guille, hijo mío, bienvenido, toma asiento anda no te quedes ahí parado - me dijo amablemente, como si estuviésemos a punto de hacer un trato importante.

Tomé asiento y lo miré expectante, esperando a a que continuara.

- ¿Recuerdas que hace poco me dijiste que te gustaría ir a un instituto? - No jodas... ¿Enserio? ¿Se acordó? ¿Que coño? Rió un poco por mi expresión y continuó con su charla - Ya veo que te acuerdas jaja, bien pues entonces supongo que te imaginaras lo que viene ahora...

Extendió un papel hacia mi para que lo leyera:

"Instituto Virasoles"

¿¡EH?! Le mire con los ojos abiertos como platos , no me esperaba que me hiciera la matricula y menos que fuera tan rápido.

- Si gustas puedes buscar información en Internet sobre el instituto. -me dijo, yo ya sabia lo que él quería, que me fuera.

- Valee...

¡Por fin!

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Siento la tardanza, espero poder continuar mas las historias mas seguido ahora que ya casi termino los exámenes.

Muchas gracias por los votos y los comentarios positivos, no sabéis cuanto me ayudáis a continuar ^^

~Dark~

Estudiantes de intercambio (Willexby)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora