𝚅𝙴𝙽𝚃𝚄𝚁𝙰 | ɴᴏʀᴇɴ

𝟒| 𝖆𝖗𝖗𝖎𝖇𝖊 𝖞 𝖉𝖎𝖛𝖆𝖌𝖚𝖊

Renjun caminó entre los árboles, como si de hecho no se hubiera perdido entre estos horas antes.

aún no se podía confiar del todo, no solo por el tal Jeno, que a pesar de haberle caído muy bien y seguía siendo un desconocido.

Además estaba el peligro de los cazadores, realmente no sabía si aun seguirían cerca o no, sin embargo habían pasado varia horas y no habia sentido ni un solo rastro del aroma a humano, algo que le tranquilizaba un poco.

Caminó adentrándose más en el bosque sin perder del todo al río, el cual seguía siendo su guía para volver. Después de un buen rato de caminar, encontró un segmento del río por dónde atravesar y así lo hizo, lo cruzó y siguió caminando.

Pasaron un par de horas y ya estaba muy cansado, había anocheciendo e incluso comenzaba a hacer frío, aún estaba húmedo por la última vez que entro al agua, su capa ya había desaparecido y ni siquiera supo en qué momento. Su ropa estaba muy maltratada a causa de la transformación, la bolsa donde había recolectado anteriormente las frutillas estaba pintada de rojo, por la pulpa de frutas que en algún momento del día y con el ajetreo, fueron apachurradas, aunque durante el tiempo que había caminado logro conseguir más frutillas a su paso.

Por más tonto que se fuera, la culpabilidad le hacía pensar que si ya iba a llegar tarde mejor no llevar las manos vacías.
Renjun estaba muy nervioso y la culpa lo carcomía. Su familia estaría muy preocupada.

En algún punto en la larga caminata, empezó a reconocer algunas áreas que fácilmente lo llevaron a casa, incluso con la oscuridad de la noche ya caída.

Cuando llegó a casa logro ver luces prendidas desde la cabaña. Se sentía gigantescamente culpable, Sohee no solo estaría molesta, la conocía los suficiente como para saber que la preocupación sería superior y no quería preocupar a su familia, también se sentía muy mal por Chenle.

Caminó hasta la entrada donde justo antes de tomar el picaporte la puerta fue abierta de golpe.

Chenle se encontraba ahí en la entrada, claramente se veía muy molesto. Se notaba que había llorado, tenía la cara levemente hinchada y ruborizada.
De inmediato se le lanzó sobre él aprisionándolo entre sus brazos, apretándolo con mucha fuerza. Renjun también lo abrazo.

—eres un idiota.— Habló por fin el menor, y continuó, a la vez que se le humedecieron los ojos de nuevo.

—No sabíamos nada de ti, pensábamos que te había pasado algo, Sohee fue al pueblo hace una horas para ver si sabía algo de ti por ahí.

—perdón, en serio, me siguieron unos cazadores y me escondí.

Dijo el Omega mayor con verdadero arrepentimiento y de igual manera se le humedecía los ojos.

—lo sé.— Respondió el menor, captando toda la atención del mayor quien lo miró expectante.

Chenle le explicó. —Sohee salió a comprar al pueblo temprano, después de que salieras, estando ahí escucho que un grupo de cazadores se habían puesto de acuerdo para salir hoy a buscar lobos por qué según habían visto a uno merodeando en el bosque.

Renjun abrió los ojos grande al escuchar lo último.

Chenle continuó. —Cuando regresó, tu aún no habías llegado. Obviamente íbamos a pensar lo peor, esperamos mucho tiempo pero Sohee estaba más que angustiada así que salió para saber si escuchaba que los cazadores encontraron algo, pero aún no regresa... En serio nos tenías muy preocupados.

El menor de dio un golpe en el hombro al mayor a manera de desquite y el otro solo se talló con la mano. No podía reclamarle nada, simplemente lo dejo pasar.