𝚅𝙴𝙽𝚃𝚄𝚁𝙰 | ɴᴏʀᴇɴ

𝟑| 𝖊𝖓𝖈𝖚𝖊𝖓𝖙𝖗𝖔

Despertó sintiendo la desesperación por todo su cuerpo, tragaba y escupía agua al mismo tiempo, para luego toser y respirar acelerado con la intención de llenar sus pulmones con oxígeno.

Se estaba ahogando.

Estaba sentado en la tierra húmeda que tocaba la orilla del rio, apretando con una mano la tela pegada a su pierna y con la otra golpeaba su pecho con angustia, sintiendo todos sus músculos tensos, finalmente respirando profundo y escandaloso.

Cuando escuchó —¿Estas bien?— Preguntó una voz que le hablaba con cierta preocupación, proveniente de su lado izquierdo.

Un hombre joven que vestía con prácticamente nada lo miraba desde un lado, mientras daba leves golpeteos con la palma en la espalda ajena, con la intención de aliviar la tos del omega.

Renjun, a causa de la impresión, se alejó de él arrastrándose en la tierra hasta chocar con un árbol.

Como pudo entre el ahogamiento reciente y la imprecion, pronunció —¿Quién eres?

El omega fruncía el ceño mientras lo observaba y analizaba la situación.

Muy a pesar de su pinta bastante descuidada, el chico era increíblemente atractivo, tenía rasgos levemente toscos, pero a la vez tiernos, que lo hacían ver muy guapo, era tal vez un poco más alto que Renjun, de hecho se veía más robusto y bastante musculoso, al menos en los brazos, pero aun así era bastante delgado.

Pero lo que más habia impresionado a Renjun era que aquel chico no era un humano.

Recordó lo que habia pasado, varios minutos antes y se dio cuenta que se trataba del lobo que habia corrido a su lado y el cambia formas que habia logrado percibir incluso antes de eso.

Renjun no salía mucho de casa, al menos no a donde pudiera convivir con gente de edades similares o con algún tipo prospecto, su situación tampoco ayudaba mucho.

El hecho de ser un cambia formas ya era un obstáculo si se hablaba de esos temas, a pesar de que nadie le hubiera dicho alguna vez que un humano y un cambia formas no podían estar juntos, tan solo la idea se sentía como algo prohibido o anti natural, una idea que podía tener raíz en como los humanos se referían o actuaban con los cambia forma, pero sobre todo con la experiencia de Renjun con los humanos.

En convivencia con los humanos sus opciones se limitaban a mujeres, ya que para ellos el hecho de un hombre emparejándose con otro era una total aberración, pero sabía que siendo Renjun un omega aquello tampoco era la mejor opción, lo más seguro era que ni siquiera pudiese darle hijos a una humana, algo muy mal visto en aquella sociedad. Recordaba que los omegas eran vistos como madres o cosas similares, las personas que daban a luz en las manadas siempre eran omegas. Lo más factible era buscarse a un alfa, cosa que veía casi imposible en su situación.

Llego a considerar que él y su hermano menor eran los únicos cambia formas que quedaban, por lo menos en aquella región. Por ende terminó resignándose de emparejarse algún día y evitó fijarse en cualquiera si significaba de forma sentimental o sexual.

Ayudo que no volviera a convivir con nadie aparte de Sohee y Chenle. Los omegas cada vez eran obligados a aislarse más y más en aquella cabaña de piedra, tenían miedo que en algún momento no pudiera siquiera salir de ella, pero de igual manera les aterraba la idea de no regresar a ella algún día.

Y tal vez esa era la razón por la que este hombre llamaba tanto su atención, o tal vez eran simplemente sus hormonas jugándole una broma o algo así.

—eres ese lobo.— Dijo en un tono bajo, más como un hecho que como una cuestión.

El contrario se encontraba viéndolo confundido y le dedico un sí, meneando la cabeza de arriba a abajo.