𝟏𝟓| 𝖓𝖎 𝖙𝖚, 𝖓𝖎 𝖞𝖔

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Los rayos de un sol mañanero pegaron en sus ojos despertándolo, por un segundo no supo dónde estaba y confundido se levantó rápido de entre la pieles para buscar a su hermano menor.

Renjun toda su vida había compartido una cama con Chenle, incluso en su época de manada, había compartido con él desde que el menor había nacido, por primera vez despertaba de un sueño sin el a su lado, en un ambiente desconocido. Lo busco con la mirada con más calma cuando recordó donde estaba.

Chenle se encontraba durmiendo de lado sobre otras pieles a unos metros de él, siendo abrazado por el humano que los acompañaba.

Renjun sonrió con cariño y luego volteó su rostro para buscar al Alfa.

Jeno se encontraba a poca distancia de él, medio sentado, medio recostado en un tronco, cabeceando, tratando de mantener sus ojos abiertos. Renjun rio.

 Jisung había pasado las primeras horas de la noche vigilando, luego Jeno terminaría la guardia hasta la mañana, pero se estaba esforzado mucho para no dormirse.

El alfa lo miró cuando notó que se había despertado y le dedicó una mirada cansada.

Renjun palmeó las pieles a su lado y el alfa no tardó en sentarse en el lugar.

—Buenos días. —Le dijo el Omega.

Jeno le sonrió y le dio un beso en la mejilla. Renjun sintió un escalofrío y se sintió feliz.

 —Buenos días ¿Dormiste bien? —Preguntó el alfa.

Renjun asintió, acostándose de nuevo con pereza, abrazando la cintura enderezada de Jeno.

Le verdad es que había dormido realmente bien. Podría decir que estando en el bosque se sentía en confianza, a pesar de su comprometedora situación y el constante peligro que corrían, había dormido como un bebé entre esas pieles cálidas y con el aroma agradable de un alfa cerca, un alfa que le agradaba y lo hacía sentir seguro.

Jeno no podía decir lo mismo, no solo por el lugar y la situación, si no porque le hubiera gustado dormir más tiempo.

Jeno imitó al Omega y se recostó, acomodándose en el abrazo y enterando se cabeza en el cuello del Omega respirando su aroma cómodamente.

Su intención solo era recostarse unos segundos, recargar sus energías con la esencia de Renjun y luego volver a su guardia por lo que  quedaba del amanecer, en cambio se sintió cálido y cómodo apretando su cuerpo contra el Omega, cerró sus ojos y su respiración se volvió rítmica hasta que pocos segundo después ya se había dormido. Renjun hizo lo mismo.

Tal vez habían pasado un par de horas cuando un ajetreo combinado con una variedad de aromas los despertó a todos.

Jisung no podía diferenciar aromas como los otros chicos pero si había escuchado el pesado crujir de las hojas del bosque y gruñidos aterradores.

Los otros tres despertaron igual de alertas en el momento que el aroma llegó a sus fosas nasales.

Los cuatro se encontraban sentados entre las pieles, respirando con irregularidad por la sorpresa, pero totalmente alertas y preparados para cualquier cosa. Acorralándoles había un grupo de unos cinco enorme lobos que gruñían y bufaban. Uno de ellos el más grande y aterrador se acercó con cautela para olisquearlos desde cierta distancia y gruño cuando dio con Jisung.

Los otros tres estaban más sorprendidos que asustado, claramente estos lobos no era lobos comunes, a pesar de tener su distintivo, estos lobos olían como ellos y era tan enormes en su forma animal al igual que ellos.

𝚅𝙴𝙽𝚃𝚄𝚁𝙰 | ɴᴏʀᴇɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora