Capítulo 19: Esperanza no perdida

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-No debiste intervenir de esa manera – Dijo Eriol mirando seriamente a su mejor amigo.

- ¿Qué querías que hiciera? ¿Qué me cruzara de brazos sin hacer nada? ¿Para eso hicimos este viaje? – Contestó el ambarino mirando hacía la entrada del teatro – Sabes que no me doy por vencido tan fácilmente.

-Debiste llamarme y así podríamos haberlos convencido los dos juntos – Respondió Eriol.

- ¿Qué demonios hubiese cambiado? No me creyeron ni un poco, y dudo que el príncipe Touya te haya dicho algo sobre ser miembro de la Corte Imperial dadas las condiciones.

-Esto no tiene nada que ver con la Corte Imperial – Respondió Eriol seriamente – Encontramos a la princesa y el príncipe se niega a verla solo porque está demasiado dolido... Y lo más importante, Sakura está herida porque piensa que la utilizamos todo este tiempo.

-Era nuestro plan inicial ¿recuerdas? No importa quien fuese la chica, nos equivocamos desde ahí – Dijo Syaoran clavando la mirada en su mejor amigo.

-Pero todo cambió – Dijo Eriol – Conocimos a Sakura y fuimos incapaces de simplemente utilizarla, nos hicimos amigos y confidentes los tres, ya ni siquiera se sentía como trabajo, solo queríamos ayudarla a encontrar a su familia.

-Pues Sakura piensa que yo la utilicé todo este tiempo para conseguir la recompensa – Respondió el ambarino ácidamente – Tengo que cambiar eso a como dé lugar.

-Maldita sea, no vayas a cometer una locura – Advirtió el azabache – Creo que tenemos que ir con Sakura y disculparnos, debe saber que se volvió una gran amiga, y que además... tú te enamoraste de ella.

-Mis sentimientos no son nuestra prioridad ahora – Dijo Syaoran mirando de nuevo hacía la entrada del teatro.

Eriol lo miró perspicaz – ¿Qué tienes en mente?

-Sabes que nunca me doy por vencido.

-Precisamente por eso temo de lo que puedas estar tramando – Confesó él mirando también a la entrada del teatro – Habla.

-Voy a hacer que el príncipe y el señor Amamiya vean a Sakura a como dé lugar, así tenga que obligarlos a hacerlo – Respondió Syaoran señalando el vehículo que estaba al final de las escaleras – Ese es su auto.

Entonces Eriol entendió a qué se refería – Maldita sea, Syaoran... Me niego a dejarte hacer eso.

- ¿Se te ocurre un mejor plan para hacer que ellos vean a Sakura? A mí no me escucharon, así que tendremos que ir por la fuerza – Respondió el joven centrando su vista en la entrada, aparecerían en cualquier momento.

-Te recuerdo que son el príncipe, probablemente ya proclamado emperador, y su abuelo – Advirtió Eriol – Te pueden mandar a prisión por esto.

-Con tal y se den cuenta de que Sakura es la princesa, todo habrá valido la pena – Respondió Syaoran – Escucha, si quieres no te metes en esto, tienes mucho en juego, yo en cambio no tengo nada que perder.

Eriol suspiró resignado – No voy a darme por vencido a estas alturas del partido, y tengo tantas ganas como tú de reunir a Sakura con su familia... Hagamos esto.

-Pero ¿qué hay de Tomoyo y el puesto en la Corte Imperial? – Preguntó Syaoran – Ni creas que vas a tirar eso a la basura por una de mis locuras.

-Tomoyo lo entenderá, y si todo sale bien no creo que haya algo de que preocuparme – Dijo Eriol palmeando la espalda de su mejor amigo – Sino, pues nos haremos compañía en prisión.

-Maldita sea, no Eriol – Intentó persuadirlo el ambarino.

-Allá vienen – Susurró el azabache señalando hacía la entrada.

Una vez tiempo atrás (AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora