•P'ov Calle•
Salí emocionada del cuarto de baño y me fui en silencio a mi habitación, al entrar encendí las luces deseando con todas mis fuerzas ver la reacción que esperaba.
Samuel me miró de arriba abajo sin ninguna expresión en su rostro.
-Daniela, ¿Podrías ponerte algo decente? - me miró de nuevo de arriba abajo para después acomodarse en su lado de la cama. Triste y decepcionada me acosté a su lado.
-Me vestí así para ti - dije triste - no me miras, no me tocas, no me besas... ¿Que sucede? - pregunté ya cansada de recibir tantos rechazos, llevaba casi un mes intentando recibir una muestra de amor de mi esposo y nada.
-No sucede nada Calle, solo estoy cansado, trabajo como burro todo el día mientras que tú no haces nada, solo te la pasas aquí echada - dijo con reproche y me enojé antes sus palabras.
-Cuido de nuestro hijo, me encargo de mantener la casa limpia, me encargo de que siempre tengas tu ropa lavada y planchada, tengo la comida a la hora y me encargo de tu bienestar todos los días... ¿Eso te parece poco? - le reproché viéndolo a los ojos.
-Que no se te olvide que es tu hijo, te recuerdo que yo nunca quise tenerlo y ahora haste cargo de las consecuencias, y mantener la casa limpia es tu deber como mujer, así que no me jodas. - dijo molesto.
-Es nuestro hijo Samuel, te recuerdo que tú también contribuiste por qué no me embarace con los dedos - dije de la misma manera.
-Ese niño es un error en nuestras vidas - dijo y se dió la vuelta - ahora me voy a dormir, no pienso seguir en esta absurda discusión que no nos va a llevar a ninguna parte - y con eso solo se tapo con la cobija, dándome la espalda y dejándome con la palabra en la boca, como si no le importara nada que se tratara de mi o de nuestro hijo.
Me levanté derrotada y rechazada de la cama, por más que intentará captar su atención nunca lo lograba, el solo pasaba de mi, me ignoraba o solo hacia como si yo no existiera. Llevaba meses sin tocarme, sin hacerme suya como tantas veces lo hizo en el pasado.
Con los ojos cristalinos apague la luz y salí de la habitación rumbo a la habitación de mi hijo quien dormía plácidamente en su cuna. Mi pequeño tenía tan solo 8 meses y era sin duda lo mejor que me había pasado en la vida, claro que no era un error, era la persona a la que más amaba en el mundo. Me acerqué a él y lo arropé con cuidado para después dejar un pequeño beso en su frente.
Yo lo amaba...
Y aunque su padre no lo hiciera mi pequeño tenía una mamá que lo adoraba con locura, además de que tengo la fe de que algún día Samuel lo llegué a querer como lo hago yo.
Salí de la habitación de mi bebé dejando la puerta abierta para irme directo al baño, al entrar solo me derrumbe a llorar. Así se habían vuelto la mayoría de mis noche, nunca nada de lo que hacía parecía funcionar, Samuel no hacía más que rechazarme he ignorame todo el día, cuando llegaba solo cenaba, se duchaba y a dormir, ni un buenas noches, ni un beso, ni nada...
Toda muestra de afecto que antes no faltaba se había desvanecido entre nosotros desde que había nacido Daniel, ni siquiera le prestaba atención a su propio hijo.
Cómo pude me quite la estúpida lencería que no sirvió de nada y me coloqué un pijama, agarre mi cabello en una coleta alta y me dispuse a quitarme el maquillaje que me había echo, el que tampoco sirvió de nada.
Al verme en el espejo no pude evitar soltar unas cuantas lágrimas más, no me sentía bonita, ni atractiva, ni deseada... Me sentía un simple estorbo. Sali del baño sin ganas y me fui de nuevo a mi habitación donde Samuel estaba plácidamente dormido, en paz, en calma, como si lo que yo estuviera sufriendo le importara una mierda. Me acosté a su lado y me dispuse a cerrar los ojos, ya me había acostumbrado a dormir sin su calor y solo me deje llevar por el cansancio y la tristeza que albergaba todo mi cuerpo.
¿En qué momento había cambiado tanto mi vida?
¡Yo lo amo maldita sea!
¿Por qué el no puede ver eso?
¿Todos estos años juntos le importan una Mierda?
Mi vida no podría ser peor.
Esta historia fue algo que se me ocurrió de momento, la verdad espero que les guste y le den el mismo apoyo que le han dado a mis demás historias.
Se les quiere y espero sus comentarios.
🧡
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¿Q𝚞𝚒𝚎𝚗 𝚕𝚘 𝚍𝚒𝚛Í𝚊? 𝚌𝚊𝚌𝚑É 𝚐!𝚙.
RomanceDos personas distintas, con vidas distintas y problemas distintos... Daniela Calle ~ Una mujer rota, humillada, sin trabajo, con el autoestima por el suelo y con un hijo... María José Garzón ~ Una mujer trabajadora, inteligente, amable, cariñosa, pr...