Parte 7

427 54 3
                                        

Dormitó un buen rato pensando, aunque no tenía otra cosa más que ella en la cabeza y viéndola descansar a su lado no tuvo más ideas que recostarse a su lado para abrazarla. Su dificultad para relacionarse siempre había sido profanada por aquella mujer.

—No te emociones Sesshomaru Taisho —habló la mujer en un murmuro muy bajo que apenas pudo descifrar.

— ¿A qué te refieres? —un bandera se formó dentro de él, ¿él emocionándose? ¿Por ella? No quería aceptarlo, pero tenía toda la razón, un sentimiento más allá de la tensión sexual que emocionaba todos sus sentidos, ocupaba su mente y corazón. Pero ella no tenía por qué saberlo.

—Lo he pensado mejor y prefiero que regreses a tu habitación —impactado por su respuesta titubeó su siguiente pregunta.

— ¿He hecho algo mal?

Para Kagome todo lo que Sesshomaru había hecho estaba completamente mal, empezando porque no podían tener sentimiento alguno por el otro y el rencor que la mujer tenía hacia él luego de rechazarla muchas veces cuando más joven.

Extrañamente lo quería ahí junto a ella y al mismo tiempo azotar su cabeza con una almohada, como sea, un sentimiento entre ellos dos no podía existir, sólo su relación de noche. Era todo lo que podía haber—. Sí, disculpa, sólo querías que te cogiera.

La despectiva forma en la que se quiso referir a ella es lo mismo lo que la hizo molestar.

—Eres un idiota —el albino elevó las cejas muy en alto, furioso por la falsa acusación, no era una persona que soportaría con facilidad el hecho de que golpeaba con fuerza su orgullo.

—Soy el idiota al que tienes que soportar, porque quieras o no vivimos bajo el mismo techo.

—Ay, por favor, el "hombre vives en mi casa".

— ¿Qué sucede contigo Kagome? De pronto me odias y luego quieres tener sexo conmigo, ¿quién puede entenderte?

—Obviamente tú no, porque no piensas en los sentimientos de las demás personas —masculló empujando su cuerpo hacia la puerta.

El hombre detuvo su andar con facilidad para enfrentarla.

— ¿Y no pensaste en los míos cuando rechazaste la carta donde decía que te amaba?

— ¿La qué? —un escalofrío recorrió su cuerpo entero, las palabras del hombre salieron con rencor y ella por supuesto que no sabía de lo que hablaba, en su vida imaginó que él podría llegar a quererla y mucho menos creería que él era una persona sentimental que pudiera escribir cartas.

Pero quería creerle.

El hombre salió de la habitación cerrando de un portazo, su padre estaba ahí de brazos cruzados, bastó tan solo una mirada para saber de lo que quería hablar, asintió entrando ahora a la habitación de Inu.

Tomó asiento en el borde de la cama y llevando sus manos hacia la cabeza la sostuvo con fuerza.

—Te pedí una sola cosa, literalmente no hacerle daño y están peleando a mitad de la noche, para saber quién puede gritar más fuerte.

—O sea, que te molestan más los gritos que enterarte que nos acostamos.

El mayor elevó el ceño, sí, realmente sí le molestaba más que ellos dos pelearan, y es que no le sorprendía saber que terminaron juntos después de tantos años, y por instinto de padre supo de inmediato que ese no era asunto suyo en el cual entrometerse.

Lo único que quería es que ninguno de los dos saliera lastimado de una relación inexistente aún.

—Lo que no entiendo es por qué tuviste que confesarte de una manera tan sosa —Sesshomaru estalló en una risa fingida, no podía asegurar que eso era algún tipo de confesión de amor, pero sí estaba de acuerdo en que aquello había sido un estallido de tirria luego de tanto tiempo que Kagome rechazó su amor.

Un amor del que los dos estaban seguros de que el otro no le interesaba.

—Padre, sé que soy un idiota, comprendo el concepto.

—Lo que no entiendo es por qué no regresas allá y le dices lo que en realidad sientes.

—Esto en verdad es ridículo —se puso de pie, y en verdad lo consideró por unos momentos—. Has encontrado la manera de sacarme de esta casa padre, creo que es momento de irme.

Salió de la habitación de Inu No Taisho decidido a por fin dejar la casa, creía era el momento adecuado de acomodar sus ideas antes de hacer cualquier otra tontería como lo era seguir saliendo con ella, no quería lastimarla, pero tampoco quería ilusionarse por un momento de pasión.

Tentado a tocarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora