Kagome caminó con total desdén hacia la habitación de su mejor amigo Koga, que sólo la recibió entre sus brazos en un cálido abrazo.
No tenía mucho qué decir y tampoco ella le platicaría sobre lo ocurrido, no le gustaba hablar sobre sus situaciones románticas, especialmente luego de saber que Koga en algún momento tuvo interés en ella, luego admitió tener deseos diferentes a los de ella y desde entonces fueron grandes amigos.
Él también conocía a Sesshomaru, y su mejor amigo había sido Inuyasha en su momento, luego el menor de los Taisho decidió emprender su propia vida y alejarse de todos ellos.
— ¿Sabías que Sesshomaru me quería? —Koga le miró de reojo y suspiró—. ¿Lo sabías?
—Lo sabía, sí —replicó—. Hace mucho tiempo cuando te escribió una carta y no quise que tú la leyeras. Inuyasha estuvo de acuerdo.
— ¿Qué yo no leyera qué? —toda su atención se fijó en los brazos de Koga por la manera en la que la apretujaron, esta vez no sintió protección en ellos, si no aversión, algo que la hizo asustarse. Asintió con lentitud y pensó en la manera en la que él seguramente seguía amándola, no quería creerlo, pero su percepción y sentido le indicaban que tal vez por eso Raphael desde un principio le insistió que se quedara con él, e incluso que ya no fuera a casa de los Taisho—. Supongo que tengo que olvidarlo.
Se puso de pie excusándose para ir al baño, ya no quería estar más ahí, ya no quería seguir escapando como siempre lo hacía, tendría que enfrentar aquel momento en el que Koga siempre había sido el que se interpusiera en sus planes y el que aparentemente se dedicó a guardarla para él.
—Pediré una pizza, ¿te parece? —la mujer asintió con desesperación como si él la estuviera viendo, y enseguida respondió con un agudo "Sí", lo escuchó alejarse de la puerta del baño y tomó asiento en la taza, sacó su celular y por alguna razón de necesidad de protección llamó al primero que sabría podría ayudarla a salir de ahí.
No llegó si no hasta media hora después, que tocaron a la puerta, Koga pensando que fuera el de la pizza abrió con una sonrisa, que se borró de su rostro en cuento un puñetazo a su nariz lo hizo caer con violencia hacia atrás.
— ¿Por qué no me sorprende que el imbécil detrás de todo esto seas tú? —escupió Sesshomaru al verlo retorcerse sobre el piso intentando detener la sangre que brotaba de su nariz—. Pero claro que tenías que ser tú, si siempre has sido tan estúpido y con falta de imaginación para saber qué quieres en la vida.
—Sesshomaru basta —Kagome tomó de su brazo con desesperación y jaló con fuerza para salir de ese lugar.
—Traicionado por mi propia amiga, corazón quiérete un poco, vuelves a él arrastrándote —el de cabellos platinados enfurecido fue a parar sobre Koga sin ninguna otra intención más que la de seguirlo golpeando, pero una vez más Kagome le tomó del brazo, sus ojos indicaban ruego y una vez más como cuando estuvieron juntos en la cama, hizo lo que ella pidió.
Tomó de la mano a la mujer y la hizo salir de aquel lugar.
Sería costumbre en él hacer lo que ella decía y realmente quería que así continuara. No quería llamarse un masoquista, pero cuando se trataba de aquella mujer, haría lo que fuera para mantenerla a salvo y feliz, no podría negarlo más, desde que se conocieron de jóvenes, robó su corazón, y no podría esconderlo por mucho tiempo.
—De verdad quiero pensar que estabas ahí por tu propia voluntad.
—Lo estaba, te lo juro —sus palabras se atropellaron y lo único que pudo hacer fue suspirar cuando tomó asiento en el copiloto.
— ¿Él es el tipo con el que te viste aquella noche? —agachó la cabeza apenada, sí lo había sido y entonces creyó que era una buena persona, pero ahora pensando en todas aquellas situaciones en los que se vieron entrometidos, y las acciones que alguna vez hizo con ella, ahora dudaba sobre qué buscaba realmente.
—Sessh...
—Kagome —le interrumpió de inmediato, encendió el auto para dar marcha hacia su casa—. Me alegra al menos saber que fui tu primera opción para venir a ayudarte.
—Lo fuiste —sonrió ella—. ¿Existe algún problema con Koga?
—Existen muchos, siempre ha sido un idiota, pero me sorprende que no lo vieras antes.
—Supongo que nunca quise hacerlo —jugó con el cinturón de seguridad por unos segundos y por la falta de respuesta de Sesshomaru decidió continuar—. Él a dicho que tomó la carta que...
—Lo voy a asesinar —gruñó intentando retornar de donde venían, pero Kagome una vez más tomó de su brazo.
—Será en otra ocasión, creo que tenemos que hablar.
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Tentado a tocar.
Fiksi Penggemar+18 Sesshomaru defiende su orgullo a toda costa, y más si se trata de Kagome, aquella niña odiosa que tanto le molestaba en su juventud. Es una pena que después de tanto tiempo, aquella niña se ha convertido en una mujer que hace que sus pensamiento...