Fin.

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“ 𝒀𝒐𝒖'𝒓𝒆 𝒔𝒐 𝒈𝒐𝒍𝒅𝒆𝒏.
𝑰'𝒎 𝒐𝒖𝒕 𝒐𝒇 𝒎𝒚 𝒉𝒆𝒂𝒅
𝒂𝒏𝒅 𝑰 𝒌𝒏𝒐𝒘 𝒕𝒉𝒂𝒕 𝒚𝒐𝒖'𝒓𝒆 𝒔𝒄𝒂𝒓𝒆𝒅
𝒃𝒆𝒄𝒂𝒖𝒔𝒆 𝒉𝒆𝒂𝒓𝒕𝒔 𝒈𝒆𝒕 𝒃𝒓𝒐𝒌𝒆𝒏... ”

VII: ¿El inicio del fin?.

『💛』

Una suave brisa alborota los cabellos de ambos chicos caminando sobre el acolchonado manto de las hojas marrones, rojas y hasta amarillas.

Una bufanda dorada de líneas negras es acariciada por el viento haciéndola hondar en el aire, el dueño está sonriendo con un sonrojo muy visible en sus mofletes, los ojitos achinados y el timbre de su voz se mezcla con el vapor caliente que sale de sus labios. La persona a su lado acaba de contarle la gran estupidez que le pasó al intentar coquetear con una chica.

—Ese farol me las va a pagar. Creo que aún siento el golpe en la frente.

Se acaricia con sutileza la zona, su mano está cubierta por un guante blanco y la mitad de su rostro por la bufanda que su acompañante le había regalado.

—Ya te lo dije, Raúl, cuando camines mira hacia el frente. — Una semilla de envidia y celos es lanzada en su corazón.

Esta vez Raúl no tuvo suerte en el amor, ¿Y qué pasa si, algún día, la tenga?.

Hace dos años que lleva luchando con este sentimiento romántico, hace dos años que su ser ansía confesarle sus verdaderos sentimientos a Auron, pero siempre lo termina aplazando, y aplazando, y aplazando.

Cada vez que se decidía su cobardía luchaba por cerrarle la boca, y ganaba.

Pero hoy sería el día.

A pesar de lo mal que se sentía Raúl, a pesar del frío que hacía como para andar caminando por el parque, se había decidido, había practicado frente al espejo, todo estaba listo para el gran momento.

—¿Te conté de Sara?.

Frunce el seño rotundamente confundido.

—Ehh...

—La chica de mi clase. La capitana del equipo de porristas. — Viendo la confusión en los ojos de Luzu, Raúl suspira con fuerza y se detiene bajo uno de los árboles. — Tienes que sacar un poco tu cabeza de los libros… La que una vez te pidió tú número.

— ¿La que está saliendo con el capitán del equipo de fútbol?.

—¿Cómo?.

—Deberías apagar un poco tus hormonas.

Desilusionado se recuesta contra el tronco robusto del árbol. — De verdad, no lo entiendo. — Se desinfla lentamente causándole una pizca de ternura a un Luzu que se acomoda a su lado. — No tengo nada de suerte en esto. ¿Soy yo el problema?. ¿O es que son demasiado para mí?. Siempre termino siendo “el amigo”, mientras veo como se come el morro con otro chaval… Tal vez le doy demasiadas vueltas, ¿Y si, sí soy yo el problema?. — Con tristeza mira a Luzu, un puchero en sus labios se dibuja y por alguna extraña razón, sus ojos se dirigen a los labios rojos (por el frío) de su acompañante. — Seguramente lo sea…

𝗚ᴏʟᴅᴇɴ || LuzuplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora