abrí los ojos con dificultad, tratando de adaptarme a la ausencia de luz. Me senté en el suelo y observé el lugar. A decir verdad, no es tan grande. Tampoco es tan pequeño. Estaba sola y apenas podía escuchar lo que parecían ser las voces de Susie y ralsei. Se oían lejos pero no lo suficiente como para no distinguir las palabras con claridad. Respiré hondo y volví a acostarme.
Volví a sentir ese dolor en el pecho. Esta vez solo intenté regular mi respiración y cubrí mi rostro con el antebrazo.
¿Qué demonios me está pasando?
Escuché a ralsei preguntar por mí y un grito exasperado de Susie diciendo que no sabía. Quería decirles que estaba bien, pero las palabras simplemente se quedaron en mi garganta.
Han pasado unos minutos y ya me he acostumbrado al dolor en mi pecho hasta el punto de que es como si no lo sintiera. Aún estoy cansada y los músculos de mis piernas empiezan a doler de tantas carreras que he hecho hoy, yendo más allá de lo que mi condición física me lo permite. Estoy segura de que mañana no poder ni levantarme y de que pasaré toda una semana con el dolor muscular.
Me levanté con dificultad y me apoyé contra la pared. Me asomé por las rejas de la celda y me fijé si no había nadie y pues... no, no había nadie a quien quitarle las llaves. Tomé las cadenas que estaban en la pared y cerré uno de sus extremos en mi mano derecha. Para usarlo de látigo más adelante. Recordé que aún conservaba todo lo que había guardado en mis objetos.
* Te equipas con el hacha de leñador*
Olvidé que tenía esto guardado. — Lamento haberte obligado a comprar esa espada, kris. — sonreí mientras colocaba el hacha sobre mi hombro. Observé la cerradura y se veía algo oxidada. Mi sonrisa se agrandó y alcé los brazos lista para dar el primer golpe. Golpeé la cerradura con el filo del hacha, provocando algunas chispas por la fricción y que esta se debilitara. Di uno, dos, tres golpes, hasta que por fin se abrió la reja. La puse de nuevo sobre mi hombro y miré el hermoso trabajo que hice, sonreí con autosuficiencia para luego guardar el hacha entre mis objetos.
Si dream me viera, seguro que le daría un ataque.
Negué divertida ante tal pensamiento y me dispuse a caminar por los húmedos pasillos de la prisión en busca de Kris, susie o ralsei. Me detuve al escuchar un sonido metálico. Son pasos y están acercándose; como no tenía donde esconderme, me apoyé sobre una pared, esperando a que, quien sea que venga, aparezca en mi campo de visión para golpearlo. Me asomé un poco para ver quién era y pude divisar a un rudin a unos metros. Solo esperé y, en cuanto cruzó la esquina, le di un golpe en la cabeza dejándolo inconsciente. Te devuelvo el favor. Revisé a ver si tenía llaves pero nop.
Oí la voz de lancer, dándole órdenes a un guardia de que no nos dejaran salir.
Muy tarde.
Me detuve a unos metros lejos de él, sin importarme si me ven o no. Una pared detrás de lancer se abrió dejando ver a susie. Ambas intercambiamos miradas, aunque ella se veía confundida y molesta. El guardia que estaba con lancer pasó junto a mí y, sorprendentemente, no pareció haberme notado.
— Nerd, ve a liberar a la cabra y a kris. — Dudé un momento pero al final decidí ir. Antes de dejarlos me detuve detrás de susie y le miré con seriedad.
— No lo lastimes, todavía es un niño. — Seguí caminando y pude sentir la mirada de ambos.
Caminaba por los pasillos del lugar, deslizando una mano sobre la pared, yendo en dirección a la celda de kris y ralsei ¿Qué cómo sé que voy por el camino correcto? Fácil. Solo me guio por la voz de ralsei. Sonreí y empecé a cantar "Believer".
Al llegar a la celda de los chicos, traté de pasar desapercibida. Me fijé que ralsei estaba cerca de los barrotes, así que aproveche para asustarlo. Salté frente a él con una sonrisa de psicópata, citando las hermosas palabras del "Resplandor". — Here's Jonny῀ — Ambos se asustaron, aunque la reacción de kris obviamente fue diferente a la de ralsei, quien salto hacia atrás y terminó cayendo al suelo. Reí por lo bajo y me disculpé.
*Que gran entrada* Reí.
—Querido, no estoy dentro de la celda. — Me burlé.
— Que bueno que llegaste. ¿Tienes las llaves? — Me encogí de hombros.
— Depende de cual quieres usar. — Kris se acerca a nosotros y se mueve contra los barrotes.
— Obviamente las que son para abrir esta maldita celda. — Susurró, cada palabra filosa, como un cuchillo; por suerte, no me afecta.
Arqueé las cejas con una sonrisa y negué.
— Las malas palabras no te lucen, kris. Y no, no traigo las llaves. — Ralsei me miró con curiosidad.
— Entonces... ¿Cómo planeas liberarnos? — Kris ladeó la cabeza mientras sonreía amenazante, dándole la razón a ralsei.
— Exacto, midory, ¿Cómo planeas liberarnos? — Se burló.
Tengo que echar la cabeza hacia atrás y reír, atrapando la mirada de ambos chicos. Acorté la distancia entre Kris y yo, quedando a escasos centímetros de distancia. — Solo digamos que lo haré a mi manera. — Di un paso hacia atrás y abrí el menú de objetos.
* Te equipas con el hacha de leñador*
Pude sentir como ambos me miraban nerviosos. Levanté el hacha y golpeé la cerradura de la puerta hasta lograr romperla. Recargué el hacha sobre mi hombro y abrí la celda. — Voila. — Ambos salieron y fue ahí cuando me percaté de que Kris tenía puesto unos grilletes. Le miré con cara nula y señalé sus manos. — ¿Qué, eres idiota? — EL señaló la mía con la misma expresión.
*Tú también los tienes.*
— Pero solo en una mano. — Ralsei rio nervioso. Le hice una señal para que extendiera las manos. — Ven, te los quito. — Se negó pero accedió luego de unos argumentos. Se arrodilló extendiendo las manos sobre el suelo. Levanté el hacha lista para golpear la cadena y dirigí mi mirada a ralsei. — Tal vez quieras cerrar los ojos, quizás haya sangre. —Bromeé.
— Ten cuidado. — Asentí murmurando un "no prometo nada"; luego, se escuchó el sonido metálico del hacha, pero no rompí las jodidas cadenas porque Kris se apartó. Abrí los ojos en una sonrisa amenazante y volví a prepararme para dar otro golpe.
— Kris, yo nunca fallo un golpe y te aseguro que si llego a romperte el cráneo... No será por accidente. — Tragó fuerte, asintió y se acomodó como le indiqué. Esta vez sí rompí los grilletes y pude ver que tanto kris como ralsei se relajaron. — I told you. — Le ayudé a levantarse y nos fuimos a buscar a susie. La encontramos a mitad de camino y parecía haber cambiado de opinión con respecto a lo de destruir todo lo que se cruce en su camino.
Nos dirigimos al ascensor. Me senté en el suelo recostada de la pared y kris se sentó junto a mí. — Parecen novios. — Murmuró Susie mientras se cruzaba de brazos, sonriendo de manera burlona.
— Te escuché. — Volteé a ver a kris y, para mi sorpresa, estaba dormido. Me pareció tierno. — Apenas lo conozco... — Dejé de hablar al sentir el peso de kris sobre mi hombro. Le miré de reojo y luego miré a Susie.
— Pero el parece conocerte desde hace mucho. — Arqueé una ceja.
— Me mudé apenas hace dos días. —Ralsei sonrió, por otro lado, Susie se encogió de hombros y se inclinó ligeramente hacia nosotros. — Nada, olvídenlo.
— Aunque si lo piensas bien... Ustedes se ven bien juntos. — Susie rió por lo bajo ante tal comentario.
— Muy cierto— Se burló.
— Si, lo que digan. — Bufé. Hasta ahí llego el tema, debido a que susie quiso hablar sobre el padre de Lancer.