𝟐𝟏🌸

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Sin poder evitarlo la felicidad por el logro de su novio fue aun mas fuerte. Se acerco, lo abrazo por la cintura y lo alzo haciendo que Mateo, rodeara su cintura con sus piernas, y sonriera con mucha emoción.

-¡Bebe!, estoy tan orgulloso de vos.- Hablaba Manuel.

-Gracias por esto y por todo lo que haces por mi, amor.-

Y Mateo, simplemente lo beso, deseaba plasmar ese momento para siempre en su mente y poder repetirlo para toda la vida. Manuel, le respondía ansioso, deseando nunca separarse de la persona que lo hace feliz.

El castaño sintió como todo comenzaba a tomar otro sentido, como de repente al sentir los labios del pelirrosa en su cuello, hacían que se perdiera y no sabia si su novio estaba listo para dar ese paso.

-¿Amor?- Pregunto Mateo, mirándolo a la cara.

-¿Estas seguro de esto, rosita?- Se notaba la inseguridad en su voz y a Mateo, le causo ternura.

-¿Si estoy seguro de estar con vos?- Pregunto Mateo y Manuel, asintió.- Quiero estar con vos para toda la vida, realmente me muero porque que lo hagamos.-

Solo eso basto para que Manuel lo besara y Mateo, riera ante su emoción, honestamente sentían lo mismo. Ambos lo querían, deseaban poder estar juntos de la forma mas personal que existía, porque ya estaban juntos desde lo profundo de su alma y esto solo seria un paso más.

Manuel, comenzó a dirigirse hacia la habitación que se encontraba en el fondo del pasillo, caminando con Mateo sobre el y recibiendo gustoso sus besos. Logro llegar a esa puerta blanca y abrirla, siguió su camino hasta la cama, dejando suavemente a su novio sobre ella.

Cada toque del otro, cada beso, hacia que se perdieran en un fascinación inexplicable, porque el estrés cargado durante tanto tiempo se iría en esos momentos sin darle importancia a nada más.

Se trataba solo de ellos dos, sin teléfonos, ni interrupciones ajenas.

Ambos se deshacían de las prendas que tapaban sus torsos con total desesperación para no pasar mucho tiempo sin tocar los labios ajenos. Mateo, se alejo para ver totalmente encantado el cuerpo de su novio y comenzar a dejar besos el pecho de este, sonriendo cuando sentía los suspiros sobre su nuca y sin esperar más, llevo su boca hacia uno de sus pezones.

Manuel, estaba tan perdido, pero completamente encantado al ver como su rosita dejaba completamente de lado la inocencia que lo caracterizaba y mostraba la picardía que era también parte de el. Por mas que le encantará darle el control, este no iba a ser uno de esos casos, era el momento en el que podía demostrarle a Mateo todo lo que le generaba.

De una forma más brusca, sus manos viajaron hacia el cierre del pantalón ajeno y lo bajo de un tirón. Sorprendiendo a Mateo, quien amaba la rudeza de su novio en esos momentos, era lo que necesitaba y simplemente se dejo hacer.

Con el pelirrosa acostado, sintiendo su cuerpo más sensible de lo normal, abrió sus piernas para colocarse entre medio de ellas y se acercó para comenzar a dejar besos entre sus muslos, amando como se le erizaba la piel.

Acarició suavemente sobre la tela la erección que se encontraba frente a sus ojos y es que no podía explicar todo lo que le generaba ser el quien le causara eso a Mateo. Sin esperar más,ante la atenta mirada de su novio, bajo su ropa interior y rápidamente su boca ya estaba sobre miembro ajeno.

-¡Amor!- Dijo en un gemido ahogado Mateo.

Manuel, sonrió para si mismo al disfrutar casi al igual que su novio con lo que estaba ocurriendo, mientras Mateo no podía contener los sonidos que salían de su garganta al sentirlo y verlo en esa posición tan excitante.

El castaño tenia planeado otra cosa y no podía hacer que su novio acabara en ese momento, por eso, llevo dos de sus dedos hasta la boca de Mateo, quien en ese momento no entendió para que, pero de igual forma los chupo, dejando su saliva en ellos. La sorpresa fue cuando sintió uno, abriéndose paso en su interior, haciéndolo gemir aun mas, pero el segundo definitivamente fue su perdición.

-¡Ah!, b-bebe.- Mateo no podía reprimirse más.

-¿Que pasa mi amor?- Hablo Manuel, usando la misma voz inocente que su novio uso en alguna vieja ocasión.

Mateo, se dio cuenta de esto por mas que quisiera decirle algo a su novio, no podía pensar ante el calor que recorría todo su cuerpo. Pero en un momento la succión en su miembro paro, al igual que los dedos en su interior dejaron de moverse y el solo podía ver con molestia al que antes le estaba dando el mayor de los placeres.

-Tranquilo bebe.- Dijo el tatuado, como si leyera su mente.- Tenemos toda la noche.-

Volvió a besarlo mientras recorría con mordidas el cuello del menor y sentía como este le bajaba la ropa interior, incluso en esos momentos las manos del pelirrosa no perdían la delicadeza y Manuel, estaba más que encantado.

Volvió a besarlo mientras recorría con mordidas el cuello del menor y sentía como este le bajaba la ropa interior, incluso en esos momentos las manos del pelirrosa no perdían la delicadeza y Manuel, estaba mas que encantado.

-P-por favor, amor.- Dijo Mateo de forma desesperada al sentir como ambas pieles rozaban.

-¿Que queres, rosita?-

Y el menor, no sabia si fue por la voz tan grave que uso Manuel o por lo bien que se sentía la forma en la que tocaba su cuerpo. Esa mezcla de amor, pero al mismo tiempo posesividad, hacían que perdiera la razón.

-Te quiero adentro mío.- Hablo mirando fijamente a los ojos contrarios.

Manuel, simplemente sonrió, solo siguió besándolo, para alinear su miembro en la entrada que lo esperaba hace ya tiempo y comenzó a introducirse lentamente en su novio, percatandose de no lastimarlo, era lo que menos quería.

-Si te duele, decírmelo.- Habló entre dientes ante lo apretado que el pelirrosa se encontraba

-No te preocupes.- Contestó en el mismo estado que su novio.- Llevo tanto esperando esto.-

-Yo también lo esperaba mi amor.-

Al terminar de hablar dio una estocada lenta, mientras Mateo, trataba de acostumbrarse al tamaño de su novio lo cual era complicado y nuevo para el. Pero al mover sus caderas, experimento como tocaba un punto que nunca había sentido antes. Tan solo unos segundos después comenzaron un ritmo rápido pero profundo, dejando besos y caricias en donde sea con tal de seguirse sintiendo.

Los sonidos en esa habitación eran tan obscenos que ningún extraño podría soportarlo, eran mezclas de gruñidos y gemidos con la explicación de cuanto estaban disfrutándose y todo el amor que estaban entregando en todo los sentidos posibles.

Era una conexión tan especial, ambos transpirados y poco a poco dando movimientos erróneos al sentir como llegaban juntos a ese clímax tan deseado. Se vuelve inexplicable para ambos, el momento de llegar y soltar un "Te amo", compartido entre respiraciones cortadas.

Quien diría que pasarían el resto de la noche así, entre esas sabanas blancas haciendo el amor.

Estaban tan enamorados que no importaba si estaban al borde del abismo, solo ellos lograban entenderse de esa manera, era tan único que no podrían vivirlo con nadie mas.












ʀᴏsᴀ ʏ ɴᴇɢʀᴏ - 𝑇𝑟𝑢𝑒𝑝𝑙𝑖𝑘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora