𝟎𝟕🌸

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Hay miradas que al encontrarse pareciera que se hubieran buscado toda la vida. Hay miradas que como si fueran imanes, no pueden despegarse. Hay miradas que pueden hacerte tocar el cielo y en otras ocasiones el infierno.

Lo importante era poder sentir la magia que generaban, eso era lo que ambos estaban viviendo en estos momentos. Parecía una guerra sobre quien sostenía mas la mirada, pero al mismo tiempo era todo tan pacifico. No era secreto, realmente a estas alturas ya no podía serlo. Ellos compartían esas miradas que aunque no lo admitieran y tal vez no se dieran cuenta, no se las daban a nadie mas.

Mateo, estaba terminando de limpiar las heridas de Manuel, después de que su mirada se desviara a los labios de el, logrando que se diera cuenta, regalandole una sonrisa que lo hizo sentirse mas nervioso. Seguía sobre su regazo, trataba de no pensar en eso, por lo que estiro su brazo hacia el botiquín que estaba a su lado y busco una curita, noto que el castaño estaba mandándole mensajes a alguien, decidió hacer de las suyas. Coloco la curita sobre la ceja de Manuel y se alejo para ver el resultado de algo que le dio un conjunto de emociones. Estaba sentado sobre una persona que a la vista de cualquiera podía ser intimidante, ya sea por su rostro serio o por esos tatuajes que le llenaban los brazos que tenia descansando a sus costados, pero no lo podía tomar enserio al ver la curita color rosa de Hello Kitty que le había puesto.

Manuel, estaba mandándole mensajes a su hermano avisándole que estaba todo bien, que no se preocupara, pero reacciono al ver como el pelirrosa tenia su miraba puesta en el y se aguantaba la risa. Alzo las cejas, sabiendo que algo había echo, abrió la cámara de su celular y se sorprendió al ver algo tan llamativo e infantil sobre su cara. Podía jurar que nunca había si quiera pensado en que se tratara de algo así, eso lo hizo reír por la manera tan inocente en la que Mateo lo estaba viendo, por lo que decidió también sorprenderlo, logro sonreír al sacarse una foto, lo cual definitivamente había dejado embobado al menor.

Y volvían otra vez a compartir miradas con cierta complicidad, como si todo fuera lento, de alguna manera acercándose. Pero a veces la suerte o el destino no quieren acompañarte, fue exactamente lo que paso cuando escucharon como el celular de Mateo comenzaba a sonar desde algún lado del living recibiendo suspiros de frustración por parte de ambos.

Mateo, aprovecho a levantarse del lugar en el que estaba, para que no se viera su vergüenza aun que fuera demasiado tarde, decidió contestar sin ver quien era.

-¿Hijo?, ¿Cómo estas?- Pregunto su papa.

-Bien, ¿Pasa algo?- No quería ser así, pero estaba enojado con el hecho de que ni siquiera le avisaran que se habían ido.

-No me hables así, Mateo.-

-¿Como queres que te hable?, No me avisaron que se fueron.- Hablaba olvidándose que había alguien mas ahí.

-No tuvimos tiempo, tuvimos que venir a Córdoba porque son negocios urgentes.-

-Para ustedes siempre todo es urgente.- Estaba tan cansado de esa situación.

-¡Es lo que hacemos por vos y  tu futuro!- Decía su padre como si su hijo no lo supiera de memoria.

-¡Yo nunca te pedí que planees mi futuro, Pedro!-

-Mas respeto que soy tu padre.- Se escucho como suspiraba.- Te llamaba para ver como estabas pero como siempre no se puede hablar con vos. Todavía no sabemos cuando volvemos así que te pido que no pase nada mientras no estamos.-

-No te preocupes, chau.-

Se despidió sin esperar ninguna respuesta y es que cualquiera pensaría que lo hace de caprichoso, pero no. Toda su vida se trato de ser lo mejor para sus padres, sin importarle recibir nada a cambio, pensando que así tendría el cariño que muchas veces le había faltado, pero nunca llego.

ʀᴏsᴀ ʏ ɴᴇɢʀᴏ - 𝑇𝑟𝑢𝑒𝑝𝑙𝑖𝑘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora