ʀᴏsᴀ ʏ ɴᴇɢʀᴏ - 𝑇𝑟𝑢𝑒𝑝𝑙𝑖𝑘

𝟎𝟒🌸

Habían pasado tres horas desde que Mateo decidido tomar una siesta. Según el, serian solo un par de minutos, pero era mas que obvio que no lo iba a cumplir y fue peor cuando su celular comenzó a sonar, logrando alterarlo cuando lo hizo despertar.

-¿Que?- Hablo de mala gana y sin abrir los ojos, después de agarrar su celular de la mesita de luz.

-Encima que te llamo hijo de puta.- Le contesto su mejor amigo del otro lado.

Separo su oreja del celular para poder ver la pantalla, dándose cuenta que se le fue la hora.

-No me digas que recién te despertas.-El silencio culposo lo dijo todo.- Menos mal que te dije que no duermas, gil.- Siempre le pasaba lo mismo.

-Ya se, pero no me pude resistir a mi cama.- Hablo mientras seguía acostado.

-¿Le pediste permiso a tus viejos para lo de hoy?- 

-Se fueron otra vez, ¿Podes creer que no me avisaron?-

A su amigo le daba cierta decepción y bronca la manera en que sus padres nunca estaban para el, solo aparecían para exigirle mas sobre el estudio, porque Mateo quedaría como heredero de la empresa, como le decían ellos "tiene que estar a la altura" aun que no fuera lo que el quisiera.

-Son tus papas, puedo creerlo.- Contesto sabiendo de sobra, como eran estos.

-¿Me venís a buscar después?- En realidad quería preguntar otra cosa, pero no sabia como hacerlo.

-Si, Teo.-

-¿Venís solo?-

-Dijo Manu, que va llegar después de nosotros, si eso es lo que te importa.- Respondió riéndose.

-Yo nunca dije eso.- Hablo nervioso.

-Repetilo hasta que lo creas.- Sabia que si hubieran estado juntos, su amigo ya lo hubiera golpeado.- Bueno, prepárate que mas rato llego.-

-Ta' bien.- Dijo con cierta pereza.

-Y bañate, sucio.- Fue lo ultimo que dijo antes de cortar.

Se le escapo un "forro de mierda" después de terminar la llamada. Se levanto de la cama y fue directo a la cocina para comer algo, ahí fue cuando vio un pote de tintura color rosa, justamente la idea que tenia desde hace tiempo, por fin la iba a cumplir.

Era el momento perfecto aun que estaba con el tiempo un poco justo, no era la primera vez que lo iba hacer. Eligió proteger bien su tatuajes y busco una botella de decolorante, un pote para preparar la tintura y un pincel para poder hacerlo mejor. Después de decolorarse espero un rato y fue hasta el espejo, por fin aplico la tintura color rosa por todo su pelo.

Los nervios mientras esperaba que terminara el tiempo, para poder ver como quedaba su pelo, pero estaban los dos extremos; Sale bien o sale mal.

Ya empezaba a desesperarse cuando pensó en Manuel y en que no le podía dar motivos para que se burlara de el. Fue hacia el baño, y dejo salir agua de la bañera, para poder quitar el sobrante de tintura en su pelo.

Cuando por fin, estuvo frente al espejo, se pudo ver, sentía que quería llorar de emoción por que le encantaba como quedo, era justamente el color que quería. Por un momento sintió inseguridad sobre lo que pudieran pensar, pero automáticamente se le vino a la mente lo que le dijo Manuel "La libertad la tenes siempre que la busques, rosita." Haciéndolo sentir seguro sobre lo que había elegido.

Se dio cuenta que no quedaba nada de tiempo para que lo fueran a buscar, le avisaron que no podía bañarse debido a lo reciente del tatuaje, por lo que busco la ropa que quería usar, sabiendo que esta vez quería por alguna razón resaltar, por mas que a la vista de personas ajenas siempre resaltaba.

Se decidió por un pantalón blanco tiro alto, bastante ajustado marcando sus caderas, lo acompaño con una remera del mismo color que tenia la espalda transparente y era un poco mas suelta, dejando a la vista su tatuaje, es que quería presumirlo siempre que pudiera.

Y como si hubiera echo todo en tiempo récord, escucho como tocaban el timbre de su casa, haciéndolo bajar para abrir. Se rió mucho al ver la sorpresa en la cara de su amigo al mirar su cambio de color.

-Ahora sos completamente un algodoncito de azúcar.- Dijo para apretarle los cachetes como si fuera un nene.

-Y vos sos completamente un boludo.- Contesto imitando sus gestos.

-Palacios, sos un agresivo de mierda.- Intento parecer ofendido.

-Mentira, cuchurrumin.- Dijo después de guardar sus cosas en la mochila de su amigo, excepto el celular.

Y así, salieron de la casa empezando a caminar hasta donde seria la famosa joda de Lombardo.

Por otro lado estaba Manuel, que tuvo que irse antes de su trabajo porque había recibido una llamada del hospital. No sabia porque había aceptado ir a esa joda, se sentía como si fuera una persona demasiado adulta, pero teniendo veintiún años, pensaba que ya había pasado la etapa de tomar alcohol hasta desmayarse, prefería cosas mas tranquilas o juntadas con menos gente, eso era mas lo suyo. Lo curioso era querer ver a Mateo, tal vez, sacarse la intriga de como seria en una situación así.

Hace unos minutos había llegado y ya tenia unas grandes ganas de irse al ver como había gente afuera vomitando, entre otras cosas mas. Si no fuera porque estaba acompañado de un muy animado Daniel, ya lo hubiera echo.

Hasta le parecía raro lo lejos que llego su amistad con el, porque se conocieron cuando estaba quedándose con su abuela, no era la persona mas sociable, pero Daniel, se esforzó mucho para poder entablar aunque sea una conversación con el y así, después de muchos años hasta trabajan juntos.

Entraron, buscando con la mirada a las personas que tanto les interesaban, hasta que sintió como su amigo lo agarraba de la muñeca, haciendo que vea como su hermano hacia señas a lo lejos, pero no veía a Mateo por ningún lado.

-¿Y Mateo?- Pregunto después de haberse saludado.

-Yo estoy bien, Manu, gracias por preguntar.- Dijo su hermano mientras se reía, después de pasarle una lata de cerveza.- Dijo que iba a buscar algo para tomar.

Tenia esa sensación de querer verlo, es que se desconocía a si mismo con cada acción que tomaba respecto a Mateo. Era todo tan nuevo para el, que ni siquiera sabe bien porque sentía la necesidad de verlo o pasar tiempo juntos. Nunca fue así, no lograba entender todo lo que el menor le generaba.

...

-Les mando mucho amor y gracias por leer 💜