Jeongyeon mordió su labio y recosto su frente en el hombro de su esposa ahora dormida, permitiendo que, una vez que su hermano y la enfermera le dieran privacidad, las lágrimas que había retenido frente a ellos bajaran por sus mejillas, ahogando sus sollozos al apretar con más fuerza su labio, sintiendo el hueco en su pecho crecer tras cada gota cristalina que salía de sus ojos.
Llenando el pacífico rostro dormido de su esposa de besos, posando sus labios en cada uno de sus lunares como siempre había amado hacer, besando sus mejillas para terminar en sus labios rosados y con aquella suavidad que no desaparecía sin importar la circunstancia, juntando sus frentes para finalmente sentarse a su lado, simplemente mirándola como un alma perdida que observa las estrellas para seguir su camino a casa.
Sintiendo como la ironía la abrazaba al caer en cuenta de que no era precisamente ella quien necesitaba volver a casa, sino su Mina.
Porque a pesar de que no la reconociera, de que no la recordara, la mujer frente a ella seguía siendo su Mina, seguía siendo su mano la que sostenía como si fuera su ancla, seguían siendo sus ojos los que la miraban con desconocimiento, seguía siendo su voz la que decía su nombre con tanto cariño y suavidad como antes, seguían siendo los lunares que tanto amaba ver por horas mientras esta dormia en sus brazos, seguían siendo sus dulces labios los que besó momentos antes.
Y el que la hubiera recordado, era la prueba a la que se aferraría para dejar claro que no se equivocaba.
No sabe cuanto tiempo pasó simplemente mirando dormir a la menor, pero solo salió de su trance al sentir una mano en su hombro dejando un apretón que en lugar de asustarla, la hizo pestañear un par de veces para dirigir su mirada a su lado y encontrarse con la expresión tranquila y pensativa de su hermano.
Ni siquiera se había dado cuenta de cuando el pelinegro había vuelto a entrar, pero suspiró en el momento que este le pidió salir de la habitación caminando hasta el pasillo donde no tardo en abrazarla como Jeongyeon no tenía idea de que tanto necesitaba.
Tal vez Sunghoon no era de los mejores conversadores, por eso era medico y no psicologo, pero si que sabía cuando era el momento perfecto de un abrazo y justamente aquel era uno de esos momentos. Ninguno dijo nada mientras el contacto duró, y por mas enternecida que se encontrara, Jeongyeon no volvio a llorar, solo se dejó abrazar por su hermano mientras este intentaba quitarle una parte de ese dolor que cargaba en su pecho y su mirada verde.
Hasta que fue momento de volver a hablar. —¿Que ocurre?— Y fue Jeongyeon quien dijo la primera palabra, con su hermano sentado a su lado en aquel par de sillas fuera de la habitación de la rubia.
Sunghoon tenía un aura de inquietud y nerviosismo que le advirtio de sus ganas de decirle o contarle algo, que parecía que si no lo decía pronto su expresión se llenaría de mas estrés del que ella estaba debiendo manejar en esos días, a pesar de que había dejado su trabajo practicamente abandonado, pero ese tema lo pensaría después. —Yo... Se trata del caso de Mina Noona.— Dijo él con cuidado, teniendo aquella mirada posada nuevamente en su rostro, que parecía luchar por buscar la expresión correcta. —Escucha, estuve hablando con mis tutores y algunos especialistas conocidos suyos, ya sabes, doctores con mas experiencia en esto...— Por alguna razón a la castaña le parecio adorable la forma en la que el menor hablaba, como si él mismo fuera un estudiante sin experiencia y no un Jefe de área, que había perdido muchas noches de sueño en su preparación.
Pero en cierto punto lo entendía, él era cirujano y por mas conocimiento que eso le permitiera adquirir, los asuntos de la mente y los recuerdos, definitivamente salían de sus manos.
Un asentimiento fue lo mas indicado que encontró Jeongyeon para responderle e indicarle que continuara hablando, posando su mano en su pierna, pidiendole silenciosamente que fuera sincero, aunque el golpe fuera duro. —Bueno, todos usaron palabras diferentes pero al final se referían a lo mismo. Que en su estado vulnerable y facil de confundir, ella no debería ir a casa aún.— Contó viendo como la mayor asentía pasandose ambas manos por el rostro con una resignacion que lo asombró.

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Remember Me | JEONGMI
FanfictionUn trágico accidente hace que Mina se olvidé de su vida, su familia, sus amigos, su hija y de su amada esposa, Jeongyeon. Serán días difíciles para la coreana que no solo deberá preocuparse por la salud de su esposa, además deberá lidiar con la amne...