Tortura

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Mina siempre había sido su ángel.

Eso fue algo que supo incluso antes de que la japonesa tuviera conocimiento de su existencia en la universidad y en su clase de teatro e idiomas.

Ese había sido el tiempo en que la vida de la coreana era todo un desastre de rebeldía que la hizo abandonar su hogar, malas compañías, una relación que durante casi 6 años solo estuvo basada en la manipulación que su novia tenía sobre ella y los vicios que por ella había conocido.

Hasta el momento que llevó sus actos de rebeldía a la universidad y su madre apostando al respeto que la menor aun conservaba por ella se atrevió a interferir.

Aún conservaba en su mente el claro recuerdo de la japonesa entrando en aquel auditorio al que debía asistir 2 veces por semana como pago de su castigo, entre las opciones que le ofreció su madre, era eso o el servicio comunitario, y definitivamente prefería perder cuatro horas de su semana en aquel lugar aunque se la pasara durmiendo.

Y definitivamente Ailee también prefería tenerla allí, a salvo y con los brazos cruzados todo el rato que destruyendo su vida con algún vicio.

Mina había aparecido con la misma calma que una noche de luna llena y la misma fuerza de un huracán, atrapando completamente la atención de sus ojos verdes, despertando en su interior sensaciones que ella creía haber sentido antes.

Jeongyeon creyó que estaba viendo la viva imagen de la perfección hecha mujer, sin saber que efectos tendría en ella la menor.

Era tanta la majestuosidad que irradiaba Mina a sus ojos, siendo tan perfecta, tan correcta y amable con todos, que en el momento que salio de su encantamiento se dio cuenta de algo que generó en su interior un amargo sentimiento.

De pronto se sintió indigna de estar en la misma habitación que ella.

La embargó un sentimiento de vergüenza que la hizo sentirse mas pequeña y fuera de lugar que nunca en su vida, pues analizó lo que en ese tiempo había hecho con su vida y aquellos segundos bastaron para que se diera cuenta que su vida y la de Mina eran dos polos opuestos, las dos caras de una moneda, dos lineas paralelas destinadas a nunca encontrarse.

La vida de Mina era digna de una princesa, una princesa con la que todos deseaban compartir, mientras la suya era un desastre de cicatrices, pesadillas y vicios ocasionados por sus malas decisiones, que no le deseaba a nadie.

Se sintió como una mancha negra en la vida inmaculada de la menor, y solo aquel sentimiento y el deseo de deshacerse de él fueron suficientes para que el milagro que tanto había estado pidiendo su madre al cielo ocurriera, y aunque no fue fácil, logró hacerlo con el apoyo de quienes siempre la habían querido.

Fue mucho lo que tuvo que luchar, muchas las pruebas que pasar para salir del agujero en el que se encontraba y cada vez parecía más difícil, pero solo le bastaba con recordar la sonrisa de Mina para seguir adelante, solo le bastaba pensar en la hermosa armonía que era su voz, coro de ángeles, para no rendirse.

Fantaseando con un día tener el coraje de hablarle y que su mirada miel fuera solo para ella, que su sonrisa solo fuera por ella y que su voz solo dijera su nombre.

Y por supuesto que las terapias ayudaron mucho en aquel proceso, pero a su parecer, nada era mejor que una mirada de lejos a la chica de personalidad tranquila y elegante para sentirse capaz de todo lo que quisiera.

Pasó todo un año para que el curso de su vida volviera a su cause, para que la chica mala conducta sin respeto por la vida de los demás quedara de lado, para que sus notas mejoraran en un cien por ciento, para que la relación con toda su familia volviera a ser lo que era antes, para la Yoo Jeongyeon a la que todos admiraban y deseaban conocer y tener en su vida volviera.

Remember Me | JEONGMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora