Capítulo tres
Jeanine tuvo que hacer juegos de malabares entrevistando a siete participantes en una semana. Todas tenían diferentes personalidades; todas habían cometido diferentes delitos.
Maggy, y su atención de perro, fue un alivio bienvenido para algunas de las demás.
Harriet le recordó a Jeanine a su gato. No dio nada de sí misma, rodeó los puntos principales, consiguió que Jeanine siguiera la conversación, y luego justo al final, cuando Jeanine estaba a punto de rendirse, sonrió y le dio a Jeanine la respuesta que esperaba, sin rodeos, y directo al grano. Al final de su tiempo, fue Jeanine quien agradeció a Harriet una y otra vez por cooperar. Harriet sonrió y agachó la cabeza.—De nada.
Jeanine necesitaba a Harriet en el estudio. Ya había sido evaluada por otro psicólogo años antes y tenía una alta calificación en los criterios de Jeanine. Las entrevistas funcionaron a través de una lista de verificación de rasgos de personalidad. Cualquiera que obtuviera más de treinta puntos era un participante ideal, y Harriet había recibido las mejores calificaciones en cuarenta años. Era una rareza, un patrón de oro.
Lara nunca había sido evaluada, pero Jeanine predijo que también estaba en línea para el estándar de oro. Ella era ideal, otro anotador perfecto, si Jeanine pudiera tenerlo bajo control.
Lara esperó en la oficina, con una sonrisa petulante en su lugar y las piernas abiertas. Jeanine entró en la habitación con toda la confianza que pudo reunir y puso sus papeles sobre la mesa.—La semana pasada, inapropiado.
—Estoy empezando a pensar que esa es tu palabra favorita.
Jeanine mantuvo el pulgar y el índice separados un centímetro.
—Estoy tan cerca de echarte del estudio.
La sonrisa de suficiencia de Lara se retrajo, y ella parpadeó.
—Dime por qué te levantaste la camiseta y no digas que tenías calor.
—Te diré por qué si me prometes no echarme del estudio.
—Bien.
Lara suspiró y se dio la vuelta.
—Quería una respuesta.
—¿Una respuesta? No hiciste una pregunta.
—No necesitaba preguntarlo con palabras.
Jeanine frotó círculos en sus sienes.
—No entiendo.
—Quería saber si me encontraste atractiva. Quería saber si eras lesbiana o por lo menos bisexual.
—¿Qué?
—Te asusté muchísimo, puedo decirlo, pero quería ver si debajo de eso, complacía tus ojos y tu reacción me dijo más de lo que tus negaciones podrían haberlo hecho. Soy lo que no sabías que querías en una mujer. Musculosa y caliente.
La boca de Jeanine se abrió, y las negaciones que iban desde susurros de incredulidad a gritos furiosos se formaron en su cabeza, pero no dijo nada.
—Estoy aquí para un estudio. Si soy lesbiana, o si te encuentro atractiva, es completamente irrelevante.
—¿No vas a negarlo entonces?
—¿Hay algún sentido?
Lara sonrió, mostrando sus dientes.
—No, no hay. Puedes hacerme las siguientes preguntas ahora...
Jeanine se echó hacia atrás sobre sus talones, luego se sentó en su silla. Arregló sus papeles y se aclaró la garganta.
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La Psicópata
RomanceUna psicópata. Una psicóloga. Un estudio. 🏳️🌈 LGBTQI+ Te invito a disfrutar de esta historia, una adaptación que hice para poder disfrutar de esta historia.