Sinfonía.
Liam estaba tumbado en mi cama, con mantas hasta el pecho. Me encontraba sentada a su lado. Mi mirada recorría cada rastro de su cuerpo y de su rostro. Una y otra vez, sucesivamente. Liam era un chico muy guapo; su sonrisa era cautivadora y su personalidad era excelente, leal y sincero.
Sin embargo, su situación actual había sido mi culpa, él había acabado tan... herido porque baje la guardia durante 2 minutos. Es mi maldita culpa. ¡Joder!
Me acerqué a su rostro y lo miré fijamente. Tal vez... sentía la respiración de Liam contra mis labios. Observé su rostro relajado y sereno mientras dormía. La herida del costado ya había sido curada, solo necesitaba descanso.
Posé mis labios sobre los suyos y cerré los ojos. El contacto fue tan suave, casi indetectable y a la vez tan cargado de emociones, de emociones que yo misma suprimi para no llevar a mi manada a la extinción.Mis propias emociones eran un detonante que acabaría con la manada al igual que en aquel entonces...
“Hacía solamente unas semanas que había escapado de aquel orfanato, después de años de abuso y sufrimiento, después de ver cómo niños de mi edad perdían la vida o eran olvidados. Había ingresado allí siendo solamente una pequeña niña sin el conocimiento necesario para sobrevivir por mi cuenta, y ahora, años después me encontraba vagando entre caminos que nunca pensaría.
Ahora entendía a mi padre… cuando me decía que era un monstruo. Mis uñas crecían hasta que se volvían garras afiladas, un excelente olfato y una vista aguda empecé a tener. Un instinto de supervivencia que era incluso tenaz. Por eso huí. No quería sufrir más abusos pero tampoco quería herir a nadie.
En mi largo camino, una pareja me encontró. Viajaba con ellos sin rumbo fijo, huyendo de allí para allá; como yo, eran monstruos que no tenían a donde ir. Me explicaron lo que era tener una manada, que éramos en realidad, cómo tenía que sobrevivir y mil cosas más. Sin darme cuenta, habíamos creado una manada particular; a nuestro paso más como nosotros se nos unía. Sin un camino o un destino que cumplir.Con el crecimiento de nuestro peculiar grupo, nos era imposible escondernos en los territorios ocupados por las manadas nativas de la zona. Muchas veces conseguíamos huir, aunque algunos caían a nuestras espaldas. Con el cambio de estaciones, los miembros iban y venían; y con ello acabé siendo la líder de la manada.
La pareja que me había acogido y criado habían muerto durante una inspección para ver si había riesgo o no en unas tierras cercanas a donde estábamos refugiados.
Sus cabezas llegaron a mis manos.
No sabía cómo pasó, ni cómo. El dolor de sus muertes me nubló la vista, una corriente de fuego fluyó por mis venas. La ira haciendo estragos en mi persona cuándo las saladas perlas caían de mis ojos surcando por mis mejillas hasta caer.
Lo último que recuerdo antes de caer en un abismo oscuro y frío fue mi aullido de dolor y enojo, creando una promesa de sangre.”
Dereck seguramente no me perdonaría aún cuándo era mi mejor amigo. Anna y todos, incluso Jerry y Liam me odiarían. No lo podía permitir. Me separé y respiré hondo.
Me levanté de la silla y salí fuera de la habitación. Me dirigí al despacho y me senté en la gran silla de cuero y reposé mi cara entre las palmas de mis manos. La puerta fue tocada y entraron Yuli y Pau -las centinelas de Liam-. Les hice un ademán y se sentaron en las sillas delante de mi escritorio. Bien, ¿qué querrían?
—Nuestro antiguo aquelarre quiere destruir tu manada. Son poderosos y si lo logran demostrará que son más fuertes que ustedes o los demás. —Habló Pau, su tono era inexpresivo mientras se dirigía hacia mí. Su mirada sin una pizca de mentira.—
—En nuestro caso, somos pacifistas e incluso odiamos la sangre humana, somos “vegetarianas”. —Siguió Yuli casi con irritación— Además, seguimos lealmente a Liam, ahora nuestro señor y lo protegeremos ante todo.—Añadió.—
Asentí. Vale, su aquelarre quería destruir mi manada, alzarse con el poder, esas dos vampiras son vegetarianas y pacifistas. ¡¿Dónde cojones vivo?! Demasiada información para tan poco tiempo de preparación sobretodo para protegernos de una pelea. Sin embargo, lo imposible era mi especialidad.
—Bien, gracias por informarme, también por decirme que sois leales a él, me deja más tranquila.—Comente sonriendo.—
—Hay... algo más—Susurraron las dos a la vez.—
—¿Y es?
—Qué ellos atacaran mientras estéis débiles, el ataque de hace unas horas atrás fue una distracción. Y “él” vendrá a por ti. —Dijeron a la vez, seriamente.—
Apreté mis labios juntos, abriendo el enlace mental con mis subordinados más leales y los siguientes en la cadena de mando.
"Luck, Juliet, Dereck, Anna, venid a mi despacho. ¡Ya!"
Di la vuelta sobre la silla para quedarme viendo la ventana. Necesitaba pensar.
—Primero, aumentar la guardia. —Elevé mis dígitos según pensaba en voz alta, citando para mí todas las cosas que debía hacer o mandar.— Segundo, poner en protección a los demás que no eran capaces de luchar. Tercero, poner guardia extra en mi habitación. Cuarto, revisar a mi manada y a las casas.
No permitiria traición, espías o enemigos.
Gruñí en respuesta a ese pensamiento. Los mataría.
Los chicos ya estaban en el despacho, habían entrando en silencio aunque sus aromas les delataba.. Me giré y vi que esperaban órdenes. Me levanté de la silla, acercándome para quedar frente a ellos, sentándome en la mesa.
—Luck, guardia extra en todos los sitios, toque que queda a las 20:00.
—Entendido.
—Juliet y Anna, pongan a salvo a los que no puedan luchar. Protegan a cada uno de ellos. Julieta te guiará a nuestros refugios.
—¡Si!—Afirmaron al unísono, aceptando el encargo.—
—Dereck, guardias extras en la puerta de mi habitación. ¡Rotundamente prohibido, dejar que Liam luche en su estado!—Él asintió en silencio. — Luego, revisa las casas o los sitios donde puedan estar escondidos espías o enemigos. A los traidores... ya sabes que hacer.
—Por supuesto. —Apretó su mandíbula y miró a Anna, que estaba tensa al igual que Juliet. Anna estaba algo incómoda al comprender cuál era el destino de los traidores que estuvieran en nuestras filas.—
—Vosotras dos. —Señale a Yuli y a Pau.— Me protegerán entre las sombras para cuando aparezca ese bastardo.
—Entendido. —Escucharlas decir lo mismo al mismo tiempo era casi terrorífico.—
Poco a poco salieron todos para llevar a cabo las asignaciones, cerrando la puerta cuando el último de ellos se marchó.
Protegería a todos con mi vida, no dejaría que todo se repitiera. Nunca.
Cerré los ojos y recordé a Liam. ¿Se habría despertado?
Me llevé los dedos a los labios.
Me apetece besarlo.
Había sido tan estúpida al rechazar a mi pareja. Sin embargo, debía protegerlo de “él”.
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Alfa Roger - Actualizando
Novela Juvenil- Soy Sinfonía, Alfa de los Roguers. ¿Alfa de los Rogues? No, eso es imposible. Era posible que ella fuera el líder de aquellos renegados. Se suponía que los lobos solitarios, que abandonaban la manada o que eran expulsados de la misma no tienen...