Sinfonía
Se había desmayado tras haberlo rechazado como mate, sabía que mi loba estaba enfadada conmigo. Aunque podría sonar algo patético para otras personas, el rechazo de la pareja destinada era más doloroso para quien la sufría. Su corazón parecía ser mutilado miles de veces, los trocitos creados se marchitan hasta que toda emoción, que no fuera el resentimiento y el sufrimiento, desaparecen. Conocía a personas que habían sido rechazadas por su pareja destinada; la locura consumiendo su existencia hasta que apenas había nada.
Por el contrario, yo no sufriría ese terrible destino de locura al ser la causante de ello en mi Liam. Sin embargo, mi alma se retorcía de angustia al verle sufrir de aquella manera. Mi corazón latiendo más despacio de lo que debería, haciendo que fuera más difícil el seguir viva.
Me lleve a Liam a mi territorio, cargándolo sobre mi espalda como podía. Al ser más alto que yo, era un verdadero reto cargarlo sin problema alguno; cosa que se me dificulta al no saber cómo llevarlo de nuevo conmigo. Tardé más de lo esperado en entrar por la puerta de mi hogar, Luck enseguida a mi lado. Sus brazos rodearon a Liam, tomando su cuerpo de mi espalda para cargarlo con más rapidez hasta la superficie mullida del sofá de la sala principal. Me mantuve al lado de Liam, sentada en el asiento más cercano al sofá.
Luck fue a por Juliet, su pareja. Era doctora y podría ayudar a Liam. Juliet había pertenecido a una manada del norte del país, cuya jerarquía era rígida e irracional. El Alfa de aquella manera solo malgasta a los recursos que la tierra proporcionaba, atacaba a los humanos sin razón; creando que fueran los objetivos cuando estos empezaron a cazarlos. Por un momento, el mundo sobrenatural se había visto afectado por aquel irresponsable Alfa. Años más tarde, tras la muerte del Alfa a mano de cazadores, su manada se disolvió; los miembros escaparon hacia otras manadas en busca de refugio, sin querer encontrar el mismo destino que su antiguo superior. Juliet vagó por los bosques y manadas, sin poder quedarse demasiado tiempo en ellos por su condición de Omega. Y en ese momento, fue cuando nos conocimos, momento donde ella se unió a mi manada y conoció a Luck.
Mientras Juliet revisaba a Liam, según entró a la sala, no perdiendo ni un segundo lo observé. En aquella ocasión no pude evitar fijarme en que Liam se veía más bello, más etéreo.
—Rechacé a mi pareja, Juliet.
Me avergüenzo cuando pensamientos que nunca antes se me había pasado por la cabeza hacer acto de presencia.. Debía ser fuerte como Alfa, mi vida no era fácil por mi condición de prófuga. Mi cabeza tenía un precio alto entre los lobos renegados, y aquí estaba yo; pensando en los momentos que quizás él y yo podríamos haber tenido juntos sí solo no tuviera tanto miedo como para perderlo.
Me despejé mirando a la ventana. No tenía que pensar así. Hice lo correcto. Era lo que tenía que hacer para protegerme. Y protegerlo. Sonreí al ver desde la ventana a los jóvenes cachorros de mi manada jugar mientras entrenaban en el campo donde los betas les enseñaban.
Juliet detuvo sus manos, dejando de tocar a Liam antes de levantarse, acercándose a mí aunque manteniendo la distancia que cualquiera tendría frente a un Alfa.
Respiré hondo y la miré seriamente, mis ojos vagando por el rostro de Liam antes de centrarme en las palabras que saldrían de la fémina ante mi.
Liam era un Alfa muy dulce, con un carácter afable y un sentido de la justicia envidiable. Él no conocía el mundo como en realidad era. Solo conocía una pequeña parte de lo que en realidad era. Y eso me preocupaba.
La expresión de la omega era bastante preocupante. Me levanté de la silla, manteniéndome de pie, esperando su diagnóstico.
—Su cuerpo está en tensión por los acontecimientos ocurridos. Su mente agotada de la lucha constante contra el vacío que empieza a invadir su alma.
—Lo suponía.
—Sin embargo, me preocupa su nivel de armonía. No está en sincronía con su lobo interior.
Ese comentario me preocupó. Si un hombre lobo sufría por el rechazo de su pareja, podría convertirse en un renegado. Un salvaje. Por el contrario, si un hombre lobo sufría el rechazo de su pareja destinada, y tras el rechazo la armonía del hombre y la bestia no estaba en sincronía, la bestia se perdería para siempre; quedando la sombra del hombre que una vez fue.
— ¡No sé por qué has rechazado a Liam! ¡Sabes que no ha estado bien! Nosotros solo tenemos una pareja de por vida, Sinfonía.
—Lo sé. —Dije en un susurro. —Pero sabes porque no quiero un mate. No puedo vivir con la sensación de angustia que siento desde que lo conocí. ¡No puedo vivir así!
Mis ojos estaban aguados por las lágrimas que me negaba a expulsar de mis ojos, como una cascada sin fin.
Juliet me abrazó y me dio varias caricias en el cabello. Intentando animarme a pesar de que hacia solo un momento, me había regañado. Como odiaba verme débil frente a mis amigos.
❂
Abrí los ojos al notar un sutil movimiento a mi lado. Dándome cuenta de que me había quedado dormida al lado de Liam, aprecié unos ojos azules que me miraban atentos y cautelosos. Casi como si temiera un nuevo rechazo de mi parte, y más dolor.
Apreté los labios, mi garganta cerrándose al comprender que me podría haber apresurado en rechazarlo.
—Liam.—Lo llame soñolienta, mi garganta apretándose dolorosamente tras decir su nombre. Él sonrió de medio lado, prepotente.—
—Alfa Sinfonía. —Su voz me causó un escalofrío agradable y helado que me estremeció.—
—¿Cuánto hace que te despertastes?—Pregunté curiosa sentándome en el sillón que hacía algunas horas había ocupado, al lado de la cama donde él reposaba. Luck me había ayudado a llevarlo a una habitación.—¿Cómo te encuentras?
Él río, su risa gélida y sin emoción. Luego se acomodo con esfuerzo, sentándose. Su espalda contra la pared.
—Hace 2 horas. —Abrí los ojos sorprendida y avergonzada. Me había visto dormir durante todo ese tiempo. Un calor recorrió mi rostro. Un calor que desconocía. —Estaba algo mareado. Mira qué sorpresa me llevé cuando al despejarme vi a la persona que me había rechazado sin siquiera darme una oportunidad. ¡Casi preferí estar en el infierno!
El enojo en su voz, sus palabras mordaces, maliciosas, rasguñaba mi corazón y a Valentina-mi loba-, y por una vez, entendí cuál era el dolor que las parejas causantes, del dolor del rechazo en su destinado, sufrían.
—Lamento a verte rechazado, yo solo quería pro... —Me mordí el labio inferior, deteniendo las palabras que juré nunca decir a pesar de que mi alma quería gritarlas. — Lo siento.
—No pasa nada. Superaré esto. O al menos podré mandarte al infierno. Ahora vete, tengo sueño. Ya sabes que estoy bien, así que no hace falta que te quedes a mi lado.
Liam se tumbó de nuevo en la cama, dándome la espalda. Levantándome, suspiré, mirando la parte de atrás de su cabeza antes de dirigirme hacia la salida del cuarto.
—Descansa, Liam.
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Alfa Roger - Actualizando
Novela Juvenil- Soy Sinfonía, Alfa de los Roguers. ¿Alfa de los Rogues? No, eso es imposible. Era posible que ella fuera el líder de aquellos renegados. Se suponía que los lobos solitarios, que abandonaban la manada o que eran expulsados de la misma no tienen...