Capítulo 2

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De vez en cuando levanta la vista de los documentos que revisa, fijándose en el pelinegro que permanece sentado a un par de metros; en el sillón frente a los libreros de la derecha, con un gesto curioso en el rostro mientras lee el último de los libros que le entregó la semana pasada.

Por más que lo intenta, no ha dejado de pensar en el acuerdo al llegaron y no sabe si será capaz de acostarse con él. No es que le desagrade la idea, sino que una parte de él teme que las cosas cambien drásticamente entre ellos si cruzan esa línea.

-Erwin, ¿Esta mierda es real?- pregunta acercándose al escritorio para enseñarle un párrafo al rubio, quien carraspea bajito- Es asqueroso, tú no lo has hecho ¿Verdad? ¿Quién demonios lo haría? ¿Cómo puedes lamer eso?

-Nunca lo he hecho... escuché que el sexo oral es agradable, es una buena forma de estimular a tu compañero o compañera, por supuesto que lo ideal es que la zona esté limpia... este tipo de cosas debe ser cómoda para ambos y hay otras formas de estimular a tu pareja.

-Las zonas erógenas ¿Verdad? Los lugares donde te tocan y se siente bien, hay una cosa que no me queda claro de eso, en el libro menciona como ejemplo el cuello o el interior de los muslos, me he tocado ahí y no se siente diferente a tocar otra parte del cuerpo, ¿Hay algo malo conmigo, Erwin?

-No, Levi, las zonas erógenas son distintas en cada persona, tienes que descubrir las tuyas explorando tu cuerpo, te enseñaré como lo hago tocando tu mano y luego probarás por tu cuenta.

-¿No es mejor si tocas otro lugar, Erwin?

-Probablemente, pero no lo haré, aún tienes mucho por aprender, Levi, tanto de sexo como de tu cuerpo, quiero que primero entiendas todo esto, que lo experimentes por ti mismo antes de incluir a otra persona, así nadie se aprovechará de ti, ni harás algo de lo que después podrías arrepentirte- explica intercambiando una larga mirada con el menor, quien asiente con una pequeña sonrisa y acata su instrucción.

Siempre resulta satisfactoria la confianza que le entrega. Esos gestos o palabras que le dan el valor de tomar difíciles decisiones en su posición de comandante y reconfortan al hombre tras el uniforme, devolviéndole un atisbo de la humanidad que creyó perdida frente a la imagen de demonio que alimentan terceros.

-Puedes comenzar con movimientos suaves, utilizando la yema de tus dedos- afirma ilustrando el punto en la palma del capitán y presiona un poco- Tú controlas la velocidad, la fuerza, hay diferentes formas de estimular las zonas erógenas, no solo tocando, también lamiendo, mordiendo, apretando, succionando, por ejemplo, no sentiste algo diferente al tocar tus muslos, pero si otra persona te lame o muerde, puede ser placentero.

-¿Y qué lugares puedo estimular por mi cuenta?

-Masturbarte es una de las mejores formas de darte placer a ti mismo, puedes probar tocando, apretando y frotando tus pezones, también está la... la estimulación anal, i-introduciendo tus dedos- carraspea aclarando la garganta y evita el contacto visual por varios segundos, luchando por no cohibirse- ¿Tienes otra duda, Levi?

-Por ahora no.

-Aún tengo trabajo pendiente, puedes regresar a la habitación y probar lo que aprendiste.

-¿No te molesta que haga estas cosas en tu cama?- pregunta bajando del escritorio antes de tomar el libro y colocar el marcador de página.

-No, quiero que estés cómodo, Levi, además, nuestra habitación es el espacio más privado que tenemos, nadie te molestará.

-Gracias, Erwin, por todo lo que haces por mí, siempre intentas entenderme, nunca te has burlado de las cosas raras que hago, ni de mi manía por limpiar y tratas de no incomodarme, realmente aprecio todo lo que haces por mí y me gustaría poder hacer algo por ti.

Propuesta (Eruri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora