Capítulo 11

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El regreso de las expediciones nunca ha sido fácil, especialmente por las recriminaciones de las personas que los reciben al otro lado del muro y en cierta manera los entiende, es la impotencia de perder a sus seres queridos de un modo horrible, devorados por esas monstruosas criaturas. Es por esto que no se sorprende de la hostil bienvenida, los insultos, los gritos y los abucheos hasta que se aminoran la marcha, captando un tumulto en la parte de adelante, así que se abre paso con el caballo, ignorando los llamados curiosos de Hange.

A pesar de que suele mantener el control sin problemas, eso cambia al notar la ira con que una mujer increpa al rubio y al liberarse de los hombres que la sujetan, arremete con los puños, apretando un objeto desconocido. De inmediato desciende del animal y se interpone entre ellos, escuchando un nombre que le resulta familiar.

-Yo estaba cerca de su hijo, el comandante no tiene la culpa de que él no esté aquí.

-¿Usted vio a mi hijo? ¿En dónde está? ¡¿En dónde está?!- grita aferrándose al pelinegro con desesperación y niega despacio al escuchar esas crudas palabras.

-Murió, lo siento.

-Miente... mi hijo no... usted lo mató... ¡Mataste a mi hijo, maldito asesino! ¡Asesino! ¡Asesino!

Lo siguiente sucede tan rápido que no es del todo consciente del momento en que se mueve para cubrir al mayor, siendo golpeado con fuerza desmedida y todo se va a negro. Después de un tiempo indefinido abre los ojos despacio, incorporándose mientras se toca un costado de la cabeza.

-¿Estás bien, Levi? – pregunta sentándose al borde de la cama, acariciando despacio su mejilla derecha.

-Sí, ¿En dónde estamos, Erwin?

-En la casa del doctor, te lastimaron con una piedra, ¿Por qué lo hiciste? No tenías que protegerme, fue mi culpa qu—

-Basta, no voy a permitir que cargues con esto y si quieres un culpable, entonces soy yo- afirma apartando la mano ajena, levantándose un poco mareado- ¿De qué me sirve ser el soldado más fuerte de la humanidad si no puedo salvar a mis compañeros? Tuvimos bajas y algunos de ellos murieron a metros de mí.

-No puedes salvarlos a todos, Levi.

-Tú tampoco, pero aún así te culpas, no fuiste tú quien trajo a los titanes, no fuiste tú quien nos encerró en estos muros, no fu—

-¡Fui yo quien los envió a morir! Soy yo quien los envía a morir tras los muros y eso es un hecho, por más que quieras negarlo, Levi, ella tiene razón, soy un asesino y eso no lo puedes cambiar, ya basta de tratarme como si fuera bueno, ¡No lo soy! No lo soy...- susurra cubriéndose el rostro, luchando por manejar el cúmulo de emociones que se esfuerza en ocultar a diario y lamenta mostrar esa faceta tan deplorable, siendo su primera reacción marcharse de ahí- Traeré al doctor, tiene que revisarte.

-Traeré al doctor, tiene que revisarte.

-¿Crees que no sé qué casi todas las noches tienes pesadillas? Dormimos juntos, Erwin, te escucho hablando en sueños, disculpándote con los fantasmas que te atormentan, ¿Crees que no sé la forma horrible en que te ves? Estoy seguro de que nadie te odia más que tú mismo y eso me duele, porque este mundo de mierda se ha encargado de hundirte, porque todos a tu alrededor tienen una imagen tan equivocada de ti y terminaron convenciéndote de que eso es lo que eres, un asesino despiadado, un monstruo, un demonio que envía a jóvenes inocentes a morir, pero la realidad es distinta, eres maravilloso, Erwin- afirma acortando la distancia, abrazándolo por la cintura y se coloca de puntillas, iniciando un pausado beso- Una vez me dijiste, "ojalá pudieras verte como yo lo hago, tal vez entenderías lo valioso que eres", yo me siento igual, eres muy valioso, Erwin, eres lo más brillante en este oscuro mundo de mierda, ¿Por qué te ríes? Esto es serio.

Propuesta (Eruri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora