Capítulo 7

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Advertencia: Contenido sexual explícito. 

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En cuanto termina de preparar la bañera, se gira al pelinegro con la intención de cerciorarse que realmente está de acuerdo con eso, lo cual es un amago al descubrirlo desnudo y durante varios segundos aprecia cada detalle de ese pálido cuerpo; extremidades delgadas, cintura estrecha, un abdomen marcado sin caer en excesos, un par de cicatrices de batalla pasadas y las marcas de las correas del equipo de maniobras por el uso frecuente. El conjunto completo resulta sensualmente cautivador.

-Oi, Erwin, te estoy hablando- insiste chasqueando los dedos frente al rostro contrario, obteniendo un sobresalto y arquea una ceja- ¿Qué te pasa?

-Me distraje, lo siento, ¿Qué me estabas diciendo?

-Quítate la ropa.

Después de cumplir esa petición, se siente cohibido por la intensidad con que es escudriñado y asiente despacio al comprender la muda pregunta. El primer toque de esos fríos dedos en su pecho le provoca un estremecimiento y una discreta sonrisa se apodera de sus labios por la delicadeza de las caricias, como si tuviera miedo de lastimarlo. A medida que los movimientos ajenos adquieren confianza y se acercan peligrosamente a la entrepierna, lo detiene por las muñecas.

-Si continúas vas a obtener algo que tal vez no quieras.

Con cuidado se recuesta en la tina, separando las piernas mientras el capitán se acomoda en su regazo, descansando la cabeza en su pecho y le rodea el vientre con los bazos, depositando varios besos por el cuello.

-¿Qué es ese olor, Erwin?

-Aceite de lavanda, te ayudará a relajarte, fue una larga noche, gracias a ti conseguimos el dinero suficiente para cambiar el equipo defectuoso, todos estaban encantados por conocer al soldado más fuerte de la humanidad.

-Tsk, la mayoría de esos cerdos son peor de lo que imaginé, ¿tendré que acompañarte de nuevo?

-Solo si quieres, no te obligaré a hacerlo, sé que no te gustan este tipo de cosas, Levi.

-¿Te gusta ir a esas fiestas, Erwin?

-No, es parte de mis obligaciones, pero no siempre es malo, por ejemplo, hoy puedo estar contigo.

-Esto es lo único bueno del viaje, ¿A qué hora nos iremos?

-Temprano, el carruaje nos recogerá a las siete, ahora cierra los ojos, te ayudaré a relajarte.

Alcanzando la esponja de la mesa, aplica una generosa cantidad de jabón y la desliza por esos pálidos brazos, continuando con el torso antes de descender a los muslos. En cuanto termina se enfoca en el cabello, masajeándolo despacio y apenas nota lo mucho que lo disfruta, lo prolonga por largos minutos.

-Oi, Erwin, hay algo que quiero probar, ¿Te molesta si lo hago aquí? – pregunta girándose un poco, permitiendo que esos labios capturen los suyos.

-Puedes hacer lo que quieras, no me molestaré, Levi, ¿Necesitas ayuda?

-Eso depende de ti, no me interesan los hombres, ni las mujeres, solo me excito contigo y eso significa que si en algún momento lo hacemos, será sexo anal, por eso quiero probar la estimulación anal, en los libros dice que es importante relajarse para hacerlo y ahora lo estoy.

-Entiendo, ¿Quieres que lo haga yo?

-Me gustaría, pero solo si tú también quieres, Erwin.

Usando una generosa cantidad de aceite como lubricante, busca la aprobación en esos orbes oscuros e introduce uno de sus dígitos, iniciando un lento vaivén que encuentra resistencia al agregar el segundo, así que envuelve la erección del menor.

Propuesta (Eruri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora