Capítulo 4

424 44 15
                                    


Lentamente se despereza, aferrándose a la calidez entre sus brazos y contiene la respiración al encontrarse con el rostro durmiente del pelinegro, recordando todo lo ocurrido la noche anterior. A juzgar por la luz que se filtra por la ventana, deben ser las seis o siete de la mañana y usualmente se arreglaría para trabajar, comenzando por la pila de documentos que lo esperan en su oficina, pero hoy prefiere quedarse en la cama unos minutos más.

Son contados con los dedos de una mano las ocasiones en que ha visto dormir tan plácidamente al capitán y en las tres (incluyendo la actual) fue a su lado, compartiendo la misma cama. Unos quejidos bajitos llaman su atención, esbozando una sonrisa cuando esos ojos oscuros se abren adormilados.

-Buenos días, Levi.

-Erwin- susurra con la voz pastosa por el sueño hasta que varias imágenes aparecen en su cabeza y traga saliva con fuerza- Erwin, perdóname.

-¿Por qué te disculpas?

-Dije que no me masturbaría pensando en ti... pero me excité con tu voz, no quiero que me evites de nuevo, ¿Podemos olvidar esto? No se repetirá, lo prometo.

-No voy a evitarte, Levi, no quiero olvidarlo y no quiero que lo olvides, aprecio la confianza que depositas en mí, me hace feliz que confíes tanto en mí, sobre todo con algo tan personal como esto- afirma acariciándole la mejilla despacio e intercambian una larga mirada mientras la distancia se acorta centímetro a centímetro, provocando que sus labios se rocen- No, no haremos esto.

-Quiero besarte, Erwin.

-No, no vamos a tener sexo, no voy a tocarte, no te besaré, Levi y sé que dirás que tú también quieres esto, que me das tu consentimiento, pero yo no lo siento así, en este momento eres vulnerable, estás experimentando sensaciones nuevas y superando las malas experiencias de tu pasado, me permites enseñarte porque confías en mí, porque te sientes seguro conmigo y no voy a traicionar eso, no voy a aprovecharme de ti.

-Entiendo, ya no quiero seguir con esto, Erwin, gracias por todo, ya es suficiente.

Esas palabras son tan sorpresivas que tarda unos segundos en reaccionar y observa al menor que se dirige al otro extremo de la habitación, buscando ropa limpia junto a una toalla. De inmediato se acerca, deteniéndolo por el brazo y no pasa por alto la tristeza que desprende.

-Hago esto por ti, Levi, en realidad no quieres besarme, tampoco tener sexo conmigo, estás confundido porque en este momento soy la persona que te da un espacio seguro en dónde explorar tu sexualidad, te prometo que pronto encontrarás a alguien a quien desees besar, tocar, tener sexo y entonces te arrepentirás de haberlo hecho conmigo.

-Te equivocas, Erwin, es precisamente lo opuesto, si continúo con esto voy a confirmar que tú eres esa persona, a quien desearé besar, desearé tocar y tener sexo- confiesa sin un ápice de duda antes de apartarse, escudriñando la expresión del rubio y suspira bajito- No te preocupes, no estoy enamorado de ti, pero sé que en el futuro lo estaré si continuamos con esto, me haces sentir extraño, Erwin y no quiero que estos sentimientos tengan un nombre porque sé que no son correspondidos, tú eres gentil por naturaleza, eres un buen hombre y sé que me aprecias, pero como un amigo, si continuamos con esto voy a malinterpretar tu amabilidad y no quiero perder tu amistad por sentimientos inapropiados.

-¿Crees que enamorarte de alguien es inapropiado?

-No, enamorarme de ti lo es y no cruzaré esa línea, no estoy dispuesto a perderte, Erwin, gracias por todo, iré a bañarme, cuando regrese cambiaré las sábanas.

En cuanto escucha el sonido de la puerta cerrarse, apoya la espalda contra la pared y se desliza por ella, sentándose en el suelo mientras se cubre el rostro, en un intento por ordenar el caos que se arremolina en su cabeza.

-.-.- -.-.- -.-.- -.-.- -.-.-

-Informen a sus escuadrones, eso es todo.

Uno a uno los presentes se retiran, a excepción de una persona y ya imagina la conversación que tendrán, así que se levanta de su lugar con un suspiro cansado, dirigiéndose al escritorio a rellenar las solicitudes que faltan.

-Estoy muy ocupado, Mike, ¿Qué necesitas?

-Cinco minutos de su valioso tiempo, comandante, o tal vez más, depende de si alargarás esto o me dirás la verdad, ¿Qué te sucede, Erwin? Ha estado muy raro estos días- señala recostándose en el sillón y junta las manos tras la cabeza- ¿Me obligarás a adivinar? Nos conocemos desde la academia, aún no te entiendo del todo, pero en ciertos aspectos eres fácil de descifrar y es evidente que algo te preocupa, Erwin.

-Había olvidado lo agudo que eres, Mike... hay una persona a la que estaba ayudando con algo delicado, privado, pero todo se complicó, esta persona quiere algo que no puedo darle y no es que no quiera hacerlo, o sea, ni siquiera sé si lo quiero, el punto es que estoy en una posición en que si hago lo que quiere y aún si yo también lo quiero, me sentiré como si estuviera tomando ventaja de la situación, ¿Entiendes? Esta persona confía en mí y no quiero aprovecharme de eso, además, ni siquiera sé si realmente quiere esto o está confundido, no sé s— ¿Por qué te ríes?

-Siempre haces lo mismo, Erwin, eres un excelente soldado, un excelente comandante, determinado, valiente, tomas decisiones difíciles y apuestas todo por un resultado favorable, pero en lo que concierne a tu vida privada eres todo lo opuesto, tiendes a complicar las cosas más simples y piensas demasiado- señala incorporándose despacio e intercambia una larga mirada con su amigo antes de acercarse, sentándose al borde del escritorio- Corrígeme si me equivoco, esa persona fue directa contigo, te dijo lo que quiere y al parecer tú también lo quieres, el problema no es si estás tomando ventaja de la situación, el problema es que tienes miedo, hay algo en todo esto que no quieres afrontar.

Por supuesto que así es y sabe perfectamente que es aquello, lo comprendió la noche siguiente de lo ocurrido con Levi, cuando fue consciente de por qué era tan cómodo y correcto sostener ese delgado cuerpo entre sus brazos.

-Tal vez estoy malinterpretando la situación, pero solo lo diré, todo esto apesta, vivimos encerrados tras enormes muros, esperando el momento en que seremos devorados y es peor si te unes a la legión, porque cada expedición puede ser la última, así que, si encuentras algo o alguien que te hace feliz, o al menos vuelve más tolerable toda esta mierda, ¿Por qué privarte de tenerlo?

-Porque no quiero herirlo, no soportaría causarle dolor si muero...

-Si se trata de la persona que creo, lamento decirte que llegaste tarde, Erwin, el dolor ha sido una constante en su vida desde mucho antes de conocerte, lo es ahora y probablemente lo siga siendo después de que no estés.

-No quiero aprovecharme de la situación...

-¿Lo que él piense no importa? No lo trates como un niño, es capaz de tomar sus propias decisiones y deberías respetarlo, Erwin, o al menos ser honesto, el que tiene un problema eres tú, no él, quien está confundido eres tú, no él, respóndeme una sola cosa, no lo pienses, solo responde, ¿Tú también quieres lo que él quiere?

-Sí, si lo quiero- admite entrelazando los dedos y evita el contacto visual con el rubio. Ya no es capaz de negarlo.

-Entonces hazlo, deja de complicar todo, Erwin, ya me voy, tengo que entrenar a los nuevos reclutas.

El resto de la tarde se enfoca en el trabajo, optando por no ir a cenar, ya que no desea toparse con el pelinegro todavía. Pasada la medianoche acaba de revisar los informes que se han acumulado a lo largo de la semana y apoya la frente en el escritorio, cerrando los ojos para descansar un poco. Quizás sea por el cansancio que baja la guardia, evocando los recuerdos de ese hombre mientras la conversación con Mike se repite en su cabeza.

-Es cierto, tengo que dejar de complicar todo.

Rápidamente sale de la habitación, chocando de improviso con esa familiar silueta y lo sostiene por el brazo, evitando que caiga al suelo, aunque no logra impedir que la humeante taza que carga en una pequeña bandeja se derrame en su muñeca derecha.

-Lo siento, Levi, ven- pide llevándolo al baño más cercano y se apresura en arremangar la camisa, colocando el área enrojecida bajo el chorro de agua fría- ¿Te duele mucho? Lo siento.

-Fue un accidente, Erwin, no me duele, prepararé más té, ¿Quieres algo de comer?

-Tenemos que hablar, Levi. 

Propuesta (Eruri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora