16. Fin del juego.

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- Creo que es hora de que hablemos Camille.

- No hablo con Judas. ¿Podéis largaros y dejar que me largue?

- ¿Largarte? Pero si estás justo como te queremos. Justo como te entregaste a mi.

Félix.

- Deja que removamos tu pasado, deja que volvamos a ser lo que éramos antes.

- Eso haberlo dicho antes de que mi intimidad fuese una especie de libro apto para todos los público, Félix.

- ¿Félix? ¿Ya no le llamas mentachoco? - dijo Xavier.

Mentachoco fue el apodo que le puse por su pelo negro y sus ojos verdes. Ese helado era mi favorito. Ahora me da asco.

- Creo que el único apoyo que os pondré ahora sería traicioneros. - dije aguantándome lágrimas, no iba a dejar que me viesen débil.

- Venga, Camille, podemos solucionarlo, si sabemos que te mueres por Félix - dijo Xavier - y no hay nada mejor que en vez de entregarse a una persona, hacerlo a dos.

- ¿O has cambiado? ¿Ya no sigues siendo nuestra zorrita?

Este era mi límite, sabía que en algún momento iba a explotar, y sé que no tardaría mucho, y ese momento ha llegado, exploté, lo hice de la peor manera posible, quería venganza.

- Que-os-jodan-gilipollas.

Me levanté de la cama sin importar mi estado, Lo hice sin pensar, ignorando que me quedaban pocas fuerzas y que en un momento caería vencida el suelo, pero aún así, cansada, dolida y aterrada, me acerqué a la mesilla que estaba al lado de la cama, y comencé abrir los cajones, no encontraba nada y se estaban acercando a mi, me agaché y miré debajo de la cama, lo único que encontré fue un maletín, quería abrirlo pero si no había nada dentro habría perdido el suficiente tiempo como para que me pudiesen hacer algo, entonces lo agarré con todas mis fuerzas, me levanté y en una décima de segundo el maletín había impactado contra la cabeza de Xavier. Cayó al suelo, y con el un gran charco de sangre. La cabeza de Xavier impactó contra una pequeña figura afilada que estaba en una estantería de la habitación. Félix lo miró preocupado, pensé que se pararía e intentaría saber como estaba su hermano, pero vi como su cara tornó a una expresión que jamás había visto en él, era una expresión macabra.

- Lo has matado, pedazo de mierda. - dijo mientras sus ojos tomaban un color rojo de la rabia, mientras sus manos temblaban como si fuese a hacer algo que le asustara, pero parecía tan sereno por fuera, que daba miedo.

Sin embargo no me asusté, al menos no lo mostré, todo mi miedo interior se convirtió en rabia externa.

- La pena es que el que está en el suelo no eres tú.

Esa fue la gota que colmó el vaso, Félix explotó, al igual que yo lo hice antes. Comenzó a gritar como un loco empezó a correr hacia mi. No sé como lo hice pero conseguí abrir la puerta a tiempo, logré salir de ahí.

Corrí durante al menos un minuto por un pasillo interminable con un loco detrás. Comencé a escabullirme por cualquier escalera que encontrase. Mientras tanto, Félix gritaba.

- MONSTRUO 13 ALERTA ROJA, MONSTRUO 14 PERDIÓ LA PARTIDA, RUEGO AYUDA DE 9, 10 y 11.

- Ayuda en camino. - dijo una voz que retumbó por todo el edificio, sonando y una otra vez. - Monstruo 15 en camino.

¿Monstruo 15? Comencé a hacer un recuento de monstruos.

Manipulación es el 1, Esquizofrenia el segundo, Desamor el 3, Distancia el quinto, Félix y Xavier 13 y 14...

Al menos somos 17 monstruosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora