Capitulo -3: Presunto culpable

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La señora sonrió tras el hecho de que podía interesarme el tema, además, en su cara se le notaba que le gustaba hablar mucho, así que yo fuí su víctima perfecta para escucharla.

-En esa casa, hace más de un siglo una mujer fué asesinada -comenzó a explicar- Ella era esposa de un escritor de fama en la época. Se dice que una noche, la mujer había salido como de costumbre a caminar por la plaza -me dijo apuntando en dirección hacia donde quedaba a unas dos cuadras dicha plaza- Pasaba algo, ella no llegaba, así que su esposo se comenzó a impacientar. Él era un hombre de admirar, tenía gran reputación entre los señores de esas épocas, adinerados y de alta sociedad. -me decía comenzando a captar mi atención en su totalidad, cosa que no era fácil- Esa noche tras ver que su amada esposa no llegaba, se comenzó a preocupar y decidió ir a buscarla. Fué a la plaza y no la encontró, así que pensó que ya abría vuelto. Volvió de nuevo a su casa, pero antes de abrir la puerta, quedó helado con la escena que presenció. Había una cantidad considerable de sangre en la entrada y en el picaportes de la puerta había huellas de manos ensangrentadas. Temeroso entró a su casa, encontrándose con un camino de sangre, camino que acababa justo al pie de la escalera, allí vio como en el centro de un gran charco de sangre, estaba sin vida su esposa. 

-¿Quien la mató? -pregunté tras ver que esa historia era parecida a la de los recortes de diarios que me había encontrado esa mañana.

-El escritor tenía un asistente, él le ayudaba en cosas referentes mientras redactaba sus obras en papel. Se dice que ese hombre se sentía atraído a la mujer de su jefe, pero ella nunca le sería infiel a su marido. Él escritor tenía sus sospechas, pero prefirió hacer oídos sordos a lo que todos le decían, además de que su esposa le contó cierto evento que le había ocurrido con ese sujeto. Se le insinuó muy vulgarmente, cosa que él le reclamó a su asistente, el cuál negó el asunto diciendo que eran blasfemias. Estaba tan enojado que recurrió a despedir a su empleado, puesto que podía pasar a peores. Esa misma noche, esa pobre mujer acabó con una puñalada a un costado del torso, muriendo desangrada.

-¿Es todo? -pregunté buscando más información que presentía que esa mujer sabía, pues la pausa que hizo, me decía que era como si me estuviera dando suspenso.

-Hay más... -me dijo con una sonrisa.

-¿Y me a decir? -pregunté con una ceja levantada.

-Preguntas mucho -me dijo con una mirada que me hizo sentir como si yo fuera un detective de la policía investigando el crimen.

-Usted pausa mucho...

La mujer suspiro rodando sus ojos y comenzó a contarme lo que faltaba de historia.

-El pobre señor decaia cada día, con una tristeza profunda que lo hacía morir en vida. Comenzaba a enloquecer buscando al culpable, hasta que se dió cuenta, era su ex-asistente. Lo denunció, pero no pudo comprobar su culpabilidad y quedó impune ante ese crimen. Se dice que tanto fue su dolor, que acabo suicidándose, acabando así, con su tormentoso dolor.

-¿Que tal si no se suicidó? -murmuré para mí misma, pero la mujer pareció haberme escuchado un poco.

-¿Cómo? -me pregunto.

-Eh... No nada -dije para desviar lo que acababa de decir.

-En fin. Se dice que el alma de ese hombre vaga por esa casa, buscando el alma de su esposa, pues como sabes, los que se suicidan no van al cielo, y como su mujer si termino allá, él vaga en el limbo entre tierra e infierno -dijo llevando su mirada hacia un cuaderno y sentandose para seguir en lo suyo.

-Gracias por la información -le agradecí mientras me daba la vuelta para marcharme del lugar. En cuanto abrí la puerta para irme, la mujer me dedicó unas últimas palabras.

-Si encuentras el diario de ese tipo, sería un gran hallazgo.

¿Diario?, ¿Cuál diario? Esa mujer daba muchas vueltas y divagaba cada parte de esa historia. ¿Ese relato tendría una gota de verdad? Talvez, como también puede ser que solo sea un suceso que fue alterado con el paso del tiempo, como muchas otras historias de épocas remotas. 

Dijo que había un diario, pero ¿Que estaría escrito allí? Podría tener información de los últimos días de ese hombre, como también podría tener plasmados los hechos que culpaban al asistente, yo que sé, algo debía de tener, después de todo, la mujer dijo que "Sería un gran hallazgo" Entonces significaba que tenía algo importante allí. Sabía era escritor, así que en esa biblioteca debía haber varias de sus obras. Faltaba un pequeño detalle... No sabía aún el nombre del tipo, pero no le di mayor relevancia, puesto que de seguro buscando entre los recortes encontraría el nombre de ese hombre. 

Entré a la casa con ánimos de adentrarme de nuevo a buscar entre tantos libros y páginas que se guardaban en cada rincón de esa biblioteca, anhelando ser descubiertas para que salieran de sus catacumbas y iluminarse dando así la luz requerida a ese misterio que se fundó hace más de un siglo, atrayendo el foco de ignorantes chismes que solo manchaban el verdadero origen de esa historia. Le daban cambios bruscos y sin sentido, que eran característicos de ser otorgados de gente sin ningún otro beneficio que inventar cuentos. 

De nuevo encontré una nota con una rosa a un lado, en esa mesa. La letra era muy hermosa la verdad, era cursiva y muy bien elaborada, dándole unos aires de elegancia y dedicación a la vez.

"Linda como su nombre,
Linda como su actitud.
Siempre se hacía de esperar,
aún en el más allá.
Los pájaros trinando su dulce cantar,
mientras el viento pedía que cayera la oscuridad.
No puede caer, solo puede ser iluminado, con aquella sonrisa que un día del mundo fue borrado.
Lindas penumbras, mi consuelo frío y tenebroso,
mi catacumba de anhelos y donde mueren mis sueños"

Continuará...

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