3.

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—¡Minho!

Los gritos de pánico que soltaba la omega podían ser escuchados desde cualquier parte de la casa.

Lee aún no pasaba por la puerta de entrada cuando pudo notar el aroma cargado de miedo, el mismo que lo hizo correr escaleras arriba hasta la habitación de donde provenía.

—Ryujin, ¿qué pasa? —invadió completamente la privacidad de la chica y cruzó el lugar para llegar a la orilla de la cama, en donde se encontraba sentada.

—Minho... es el bebé —lloró desesperada, acariciando su abultado vientre —No puedo sentirlo.

El miedo pasó al Alfa, eso no podía ser cierto, se habían esforzado tanto por cuidar a ese pequeño cachorro que no podía permitir que algo le pasara a él, o a la omega, eran su responsabilidad.

Arrodillado frente a ella, empezó a soltar feromonas para poder calmar el llanto desesperado de Ryunjin, acariciando toda la extensión de sus brazos.

—Calma, todo estará bien, ¿sí? —la tranquilizó, posando esta vez una de sus manos sobre las de la omega, quien aún las tenía en su vientre —Vamos al hospital.

Tomó su celular, tecleando rápido un par de palabras para posteriormente presionar enviar.

Necesito que vengas con el auto, AHORA. Es Ryunjin.
12:50 PM

A los cinco minutos una bocina afuera de la casa se hizo escuchar. Con mucho cuidado tomó en sus brazos a la omega, pasando sus manos bajo sus muslos y dejando que su cabeza quedara escondida en su cuello en donde podía sentir por completo el aroma del Alfa.

El viaje parecía interminable para Minho, quien parecía tigre enjaulado sin nada que poder hacer.

—Joder, ¿no puedes conducir más rápido? —gruño molesto hacia el conductor.

—Cálmate, ya estamos por llegar —dijo al virar en una calle hacia la derecha. Miro a la omega, quien tenía uno de sus brazos prisionero con su mano. Apoyaba su cabeza en su hombro, cerca del cuello y mantenía entrelazado sus dedos con los de él. Entonces el auto se detuvo. —Suban, te veo adentro – dijo dirigiéndose exclusivamente al Alfa.

Sin responderle, tomó en sus brazos nuevamente a Ryunjin para cargarla hasta la recepción, en donde se encontraba una joven enfermera hablando por celular.

—Un médico, ahora. Está embarazada y no siente al bebé —le dijo enseguida. Ésta al verse interrumpida en su acción quedó quieta unos segundos, segundos en donde el lugar se llenó del fuerte aroma del Alfa quien se estaba empezando a enfadar por la lentitud de la atención.

—¡Doctor, es una urgencia! —entonces reaccionó, guiándolo a una de las salas que estaban habilitadas para casos de emergencia.

Al llegar al lugar recostó con cuidado a la Omega en una de las camillas, entrelazando nuevamente sus dedos y dándole un pequeño beso en la frente. Si bien Ryunjin había dejado de derramar lágrimas, su lobo daba vueltas sintiendo que algo no estaba del todo bien con su cachorro.

—Buenas tardes, soy el doctor Christopher Bang—un hombre de pelo castaño y algo ondulado hizo presencia en la sala, usando una bata blanca con bolígrafos en uno de sus bolsillo, y unos papeles en sus manos. También era un Alfa. —Su omega queda en buenas manos.

Soltó un gruñido, no le gustaba que otras personas, y específicamente otros Alfas tocaran a la omega, pero su lobo salía que ese hombre era más de ayuda que él y su lobo en este momento.

Sólo el puede saber que pasa con Ryunjin. Cálmate.

Sin tener ganas realmente de salir del lugar, lo hizo, encontrándose con la persona que lo había ayudado, sentado en uno de los asientos de la sala de espera.

—Changbin, gracias por lo de antes —le dijo, sentándose a su lado.

—No hay problema, ¿te dijeron algo? —pasó su mirada por el pasillo, desde que había entrado al hospital un dulce aroma logró captar su atención, pero no podía encontrarlo por ningun lado.

—Nada.

Miró la hora en su celular, 01:21 PM, no había sido demasiado la demora desde su casa al hospital por lo que esperaba que sea lo que sea que pasaba con el cachorro, no se complicara por esa pequeña tardanza.

—Disculpe —la joven beta de antes lo llamó, tomando por sorpresa a ambos Alfas —Necesito que me de los datos de la paciente, por favor —terminó, caminando nuevamente hacía el mesón de la recepción.

Minho, dedicándole una mirada a su amigo, diciéndole que le avisara por cualquier información sobre Ryujin, siguió a la chica.

—¿Cuántos meses de embarazo tiene la omega? —preguntó.

No estaba seguro del todo, cuando él se enteró, Ryunjin tenía alrededor de unos dos meses ocultándoselo.

—Unos siete meses, aproximadamente —contestó algo inseguro, observando como el mismo doctor de antes pasaba corriendo con el que parecía un enfermero hacia la sala en la que había estado.
—¿Pasa algó? —preguntó alarmado.

La enfermera ignoró a Minho, volteándose al escuchar un llamado del doctor diciéndole unas palabras que no logró escuchar ni entender. Ésta volvió su atención a él.

—¿Usted es su pareja o padre del niño? —preguntó apresurada, escribiendo algo a la rápida en el formulario de ingreso.

Un silencio de unos segundos se formó.

—No —respondió seco —ella es mi hermana.

La respuesta pareció tomarla un poco por sorpresa pues su vista se dirigió directamente a él. Toda la omega traía encima el olor del Alfa, estaba esperando una respuesta afirmativa a su pregunta.

—De todas maneras necesito que me acompañe, Ryujin tendrá una cesaría de emergencia.

El mundo de Minho se detuvo.

¿Qué?

ᴛʜᴇ ɴɪɢʜᴛ ᴡᴇ ᴍᴇᴛ | ᴍɪɴʟɪxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora