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Afortunadamente todo había salido lo mejor posible con el parto de Ryunjin. Al momento de llegar al hospital y hacerle una ecografía vieron que el cachorro venía con el cordón umbilical alrededor de su cuello, razón por la cual era necesario sacarlo de inmediato. El juicio de Chan fue hacerlo por cesaria, ya que, la omega al haber estado expuesta a estrés con anterioridad podía debilitarse aún más en el parto y hubiera sido una situación más riesgosa para ella y su cachorro.

Porque sí, era un precioso niño.

El prematuro niño de casi ocho meses debía quedarse en observación para monitoriar su salud, y por ende también la de su madre.

Minho luego de haber presenciado el parto y haberle darle todo su apoyo a su hermana, tanto como pudo porque casi se desmaya por ver la sangre, se encontraba esta vez solo en espera de información sobre el horario de visita.

Miraba de un lado al otro, muy dentro de él esperando encontrar a aquel omega que con su olor a fresa lo había logrado calmar momentos antes. Se preguntaba ¿que habrá estado haciendo en el hospital? ¿Y qué tipo de relación tendrá con el doctor? Se vio que eran bastante cercanos por lo cariñosos que se mostraron, pero la última mirada que vio en el castaño era una completamente triste.

Casi como si le pidiera que se acercara y le diera un abrazo.

Y quizás eso era lo que el omega quería.

Pensamientos como esos cruzaban su mente.



[...]

—¡Dos horas esperando! ¿Y para qué? ¡para que me dijeran que volviera en dos malditas semanas! —gruñó el pelirrojo.

Después de haber sido abandonado por su doctor extranjero, pasó alrededor de una hora cuando recordaron su presencia en el lugar y mandaron a otro doctor, el cual solo hojeó unas hojas y le dijo que creía estaba casi curado, y que volviera al cabo de dos semanas para que le retiraran el yeso.

Estaba muy molesto.

Felix que estaba a su lado recostado, se encontraba algo ausente en la conversación, o a los reclamos de Seungmin, éste no podía dejar de pensar en su reencuentro con Chan. Si los recuerdos del hospital lo hicieron recordar momentos difíciles, el ver al Alfa le había traído todavía más recuerdos y no precisamente muy felices.

—Lixie, ¿te encuentras bien? —llevaba un rato hablando solo, y si bien no es algo raro que pasara, si lo era el silencio total del pecoso —¿pasó algo en el hospital? —se atrevió a preguntar.

Felix dudo un momento en hablar, pero necesitaba dejar su coraza a un lado y hablar un poco de sus sentimientos, no sin antes tomarse su tiempo.

—Cuando fui al baño me encontré con Chan —comenzó, jugando con sus dedos, sorprendiendo al pelirrojo por la mención de dichoso personaje desconocido para él —Yo no lo había visto, él me reconoció en el pasillo y cuando lo vi no dude en ir a abrazarlo —hizo una pausa, lo dijo con una pequeña sonrisa que poco a poco iba cayendo, al igual que su tono de voz —quizas no debí hacerlo, volví a sentirme como la última vez que lo hice —entonces unas pequeñas lágrimas bajaron por sus mejillas. Quedó un momento en silencio y levantó su cabeza para mirar a Seungmin para continuar —e hizo lo mismo, se alejó de mí como si no hubiera pasado nada, como si fuera cosa de todos los días el vernos, como si no me extrañara como yo lo extraño cada día —terminó de romperse.

Sin dudar, el menor se acercó al castaño y lo abrazó muy fuerte. Él le había contado con detalle sobre su pasado, o por lo menos lo que había vivido con ese alfa de nombre Chan. Recordó la primera vez que lo hizo, había llorado por un rato pero esa ocación no se comparaba con esta, era mil veces peor. Llevaba perfectamente más de quince minutos y recién estaba logrando calmar un poco a Felix.

En momentos así agradecía tener a alguien a su lado.

Las caricias que Seungmin repartía en su cabello fueron la clave para que éste se acurrucara a su lado y poco a poco volviera a la calma. Ver al Alfa le abrió una herida que creía cerrada hace meses.

Un celular interrumpió el momento, detuviendo las caricias y teniendo al pelirrojo contestando al llamado, que por cierto tenía un ruidoso tono de llamada a opinión de Felix.

—Jaehyun, ¿qué pasa?

Ese nombre hizo que Felix levantara su cabeza de la almohada y mirara directamente al celular, deseando poder escuchar la conversación que no podía oir.

—Entiendo. Sigue haciéndolo, me tendrás dentro en dos semanas cuando me quiten el yeso —respondió, sabía que esa respuesta no le gustaría a su amigo, por lo que desvió la miraba evitando el contacto visual.

La llamada finalizó con un rápido reporte de como habían distribuido exitosamente la mercaderia.

—¿En serio vas a volver, Seungmin? —preguntó una vez colgó, estaba molesto y no era para menos cuando la seguridad del pelirrojo estaba en peligro.

—¿Te recuerdo cómo te lastimaste? Escapando. Y no de cualquier persona, Seungmin, escapando de la maldita policía porque tu querido amigo Jaehyun te abandonó en la entrega —terminó, levantándose para pasearse por la habitación.

Estaba casi arrancándose los pelos.

Sin duda el menor no podía simplemente volver y hacer como si no nada hubiera pasado. ¿Y si no hubiera sido su pierna la lastimada? ¿Y si en cambio, en vez de solo perseguirlo le hubieran disparado? No quería ni siquiera pensarlo.

—Felix... —intentó captar su atención, siendo en vano. El omega estaba tan metido en sus miedos que no lo escuchó.
—Lixie... —volvió a llamarlo con una voz más dulce, lográndolo esta vez.

El castaño dirigió su mirada a él, en sus ojos se podía ver que ya no estaba enojado, ahora estaba asustado de que algo malo le pasara. Él era todo lo que le quedaba.

—No quiero perderte, Minnie —dijo con una mirada triste —si yo salí de un lugar parecido, tu puedes salir de esto, yo puedo ayudarte a salir —insistió, volviendo a sentarse a su lado y tomando una de sus manos —Quizás podríamos irnos a otra cuidad.

Le pareció tierna su actitud, no siempre podía ver esa faceta de Felix y sin duda agradecía que éste se la mostrara para preocuparse por él, no le importaba dejar todo atrás para protegerlo.

—No es tan fácil, este mundo es algo más complicado que en el que estuviste involucrado tú. No te dejan ir como si nada, ellos te golpean hasta matarte —le dijo, acariciando con su pulgar las pequeñas manos del castaño. Felix hizo un pequeño puchero.
—Tienes que estar tranquilo, mientras haga todo bien y sea más cuidadoso que la última vez, todo estará bien —mostro una linda sonrisa, tratando de bajar su preocupación.

Seungmin no estaba seguro de poder cumplir con esas palabras.

Y Felix quería creer en sus palabras, quería creer que todo estaría bien.


ᴛʜᴇ ɴɪɢʜᴛ ᴡᴇ ᴍᴇᴛ | ᴍɪɴʟɪxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora